Historias y anécdotas de la política nacional
Una selección de chascarros, sucesos e historietas contiene el libro "Política y humor" del periodista Jorge Abasolo, quien ha sido asesor de diversos parlamentarios.
por Juan Guillermo Prado
Quién podría dudar que las aguas de la política nacional están turbulentas: discusiones, escándalos, volteretas y negociados ya prácticamente no inquietan a la opinión pública. Pero habría en nuestra historia un político íntegro, sin tacha. En el libro "Política y humor", del avezado periodista Jorge Abasolo Aravena, autor de diversos libros como "Chile en el diván", "Intelectuales" y "Apague la tele… aunque sea por un ratito"., se afirma que el expresidente Jorge Alessandri Rodríguez se destacó por su sobriedad.
Abasolo así lo describe: "Tímido y algo depresivo, reconocía haber tenido una infancia triste y que muchas de las cosas en su vida las hizo a contrapelo. Quería ser abogado, pero su padre lo obligó a repetir de curso, pues no quería rivalidades entre sus hijos. Aludía a su hijo mayor, Arturo, que fue compañero de curso con Jorge en la enseñanza primaria".
Agrega: "Entre quienes husmean la historia sin caprichos, sin llevarla a un ideario ideologizado, hay acuerdo unánime en señalar que Jorge Alessandri ha sido el Presidente más probo que ha tenido nuestro país. De costumbres frugales, llevadas a la exageración, vaya este episodio que lo grafica de cuerpo entero".
Jorge Alessandri fue invitado a Estados Unidos y se negó a recibir viáticos. Argumentaba: "¿Para qué quiero dinero si vamos invitados y no es preciso pagar nada?". Era la sobriedad espartana de "El Paleta". Costó convencerlo de que debía aceptar un viático de mil dólares para cubrir eventuales gastos del viaje. Apenas regresó de los Estados Unidos, llamó al entonces canciller y le expresó: "Ministro, aquí tiene el remanente del viático que recibí para el viaje. Cuente bien, porque tuve un gasto". El ministro contó exactamente 988 dólares con 30 centavos. Entonces el Presidente le dijo: "El resto lo gasté en una botica de Filadelfia, donde compré una pasta dental y un cepillo. Me costó un dólar con 70 centavos".
Aguirre Cerda
En las páginas del libro de Jorge Abasolo, que ha sido libretista de renombrados humoristas, aparecen anécdotas de los personajes más pintorescos de nuestra historia política. En 1938, en plena campaña presidencial, un día llegó Pedro Aguirre Cerda a Pocuro, su pueblo natal.
En medio de un acto político de proclamación, Elías Lafferte, comunista, que fue dos veces candidato presidencial, alzó sus brazos a un muchachito semi desnudo, sucio, muy negro… y gritó: "¡Camaradas… aquí tenéis a Pedro Aguirre Cerda cuando se sentaba en las bancas de la escuela de Pocuro para asimilar sus primeras letras!". Sorprendido, el chico atinaba a mirar nerviosamente, mientras profería a la audiencia palabras de grueso calibre.
Una vez terminada la concentración, el candidato Aguirre Cerda, algo molesto, le comentó a Lafferte: "Compañero, está bien lo de negrito… pero pa' otra vez elijan a un mocoso menos feo y no tan garabatero…".
Federico Errázuriz
Echaurren fue Presidente entre 1896 y 1901. Por su facha sus enemigos le decían "sastre remendón". Se tituló de abogado, pero reconocía haber copiado en sus exámenes. Cuando se iba a casar con Gertrudis Echenique Mujica, le avisaron que su futuro marido tenía como entretención enamorar a "chinas", como se denominaba a las asesoras del hogar en aquella época, y a prostitutas. Además, que era bueno para las fiestas.
Errázuriz Echaurren integró a su gabinete a un joven impulsivo, ganoso, de gran magnetismo personal y de fácil oratoria llamado Arturo Alessandri Palma, quien asumió el ministerio de Obras Públicas cuando aún no cumplía los 30 años de edad. Una de sus iniciativas fue proveer agua desde el lago Peñuelas a Valparaíso. En una reunión de gabinete, Errázuriz felicitó al joven ministro Alessandri y este, aprovechando su capacidad de persuasión, le dijo: "Presidente, quisiera pedirle que el lado norte del lago lo convirtamos en un balneario para gente de escasos recursos".
Ante los primeros balbuceos de renuencia de parte de Errázuriz, Alessandri no se dejó amilanar: "Mire, Presidente, los chiquillos pobres andan en pelotas, sucios y con los mocos colgando. Si dejamos ese lado norte para ellos, podrán quedar menos cochinos, con los mocos lavados… y usted ganará en popularidad". Errázuriz se limitó a sonreír… y aceptó la idea del joven ministro.
Alessandri, el Irrespetuoso
Sin duda, el político más comunicativo e irreverente fue Arturo Alessandri Palma, conocido como el "León de Tarapacá", quien fue dos veces Presidente de la República. Sus anécdotas son múltiples. Temuco, año 1920, pleno invierno. En una intensa campaña electoral, "El León" habla del frío imperante y de las inclemencias del tiempo que debe soportar el pueblo.
Entonces, tomando un abrigo, lo arroja a la multitud, que lo sigue aclamando. Cuando se une a su grupo Cornelio Saavedra, su amigo, le refunfuña: "Bonito tu gesto, Arturo, pero el abrigo que tiraste era el mío"… La respuesta de don Arturo vino con la rapidez del rayo: "¿Y qué querías… que tirara el mío, huevón?".
En otra ocasión hubo de enfrentarse en plena Plaza de Armas de Santiago con una mujer poco agraciada, que lo insultaba permanentemente. Con presteza un policía se acercó a la mujer para detenerla, pero fue interrumpido por el viejo león: "No la castigue, por favor… Ya la Naturaleza la castigó bastante".
En cierta oportunidad, un opositor político, a la entrada de La Moneda, le endilgó estas palabras: "¡Viejo huevón…!". Respuesta de Alessandri: "¡Por Dios, qué indiscreta es tu mujer…!".
El Regreso de la Democracia
Un día como hoy, pero del 11 de marzo de 1990, se iniciaron las sesiones en el Congreso Nacional. Fue un momento de muchas anécdotas, aunque la mayoría de los parlamentarios no se conocían. Algunos diputados se lo tomaron muy en serio, creyendo que el destino del país pesaba sobre sus hombros. Y así fue como el diputado Ramón Opazo se presentó vestido de frac. No faltó el nuevo colega que se le acercó y le dijo: "¿Me traería un par de cafecitos?". El hombre había confundido al honorable con un mozo de la Cámara de Diputados.
Canchero y para nada nervioso, el diputado del Partido Socialista, Mario Palestro, se tomó todo con su clásico buen humor. Como venía del Congreso de las décadas de los años 60 y 70, a Mario Palestro le sobraba pachorra. Al ver a su colega Luis Smok con un terno ancho y que no le quedaba muy bien para la ocasión, le endilgó estas palabras: "¿Quién es tu sastre?, ¿te tomaron las medidas en un columpio?".
En un momento en que estaban reunidos varios diputados, Palestro preguntó: "¿Dónde está el baño?". El diputado de Renovación Nacional Eugenio Munizaga le contestó: "Ahí a tu derecha, donde dice caballeros, pero no importa… entra, no más".
Estas son algunas de las historias, chascarros y anécdotas que aparecen en el libro "Política y humor" del periodista Jorge Abasolo.