"Calle Quillota se está transformando en el nuevo Barrio Meiggs"
Masiva llegada de toldos blancos al eje Arlegui-Quillota levanta la molestia de los comerciantes establecidos: "Esto es un comercio ilegal".
Gian Franco Giovines - La Estrella de Valparaíso
Disgustados están los locatarios del sector oriente de Viña del Mar. Desde el lunes, un cuantioso número de toldos blancos han sido instalados por vendedores ambulantes en el eje Arlegui-Quillota, polo del comercio de primera necesidad en Viña del Mar. La situación ha sacado más de algún fruncido de cejas entre los comerciantes establecidos, que se ven cada vez más perjudicados por quienes consideran que representan "una competencia desleal".
Se tomaron las calles
"Esto es un comercio establecido ilegalmente. Uno paga patente, paga impuestos, contratos... Estos llegan, compran y venden y todo para ellos es utilidad", expresa molesto Héctor González (73), dueño del restaurante "Don Tito" de calle Arlegui.
Si bien la desazón de los comerciantes establecidos se arrastra desde hace varios años en Viña del Mar, la instalación de toldos terminó por colmar la paciencia de quienes pagan mes a mes sus contribuciones.
"Es una molestia grande. Los toldos te quitan la movilidad normal del peatón. Hay gente de tercera edad con silla de ruedas, con bastón, que no puede andar hoy por el sector. Un no vidente, por ejemplo, ¿cómo pasa?", se pregunta González.
Emilia López, administradora de la fuente de soda "Jamboree", dice que "esto lógicamente nos perjudica (...) Antes yo tenía autorización para poner mesas afuera, pero ellos se instalaron antes sin mi permiso. Pero uno ya qué va a hacer...", dice resignada.
Exigen regulación
Desde la Cámara de Comercio de Viña del Mar, el presidente de la entidad gremial, Rodrigo Rozas, rechaza la instalación de los toldos.
"Estamos muy preocupados, porque la intervención y esta instalación de toldos blancos, que naturalmente en poco tiempo se van a ver horribles, van a hacer que calle Quillota se transforme en un nuevo barrio Meiggs", advierte, precisando además que la presencia de los tendales dificultan el paso de los transeúntes y generan un clima de inseguridad para los mismos.
Respecto a la irregularidad del comercio informal, Héctor González hace énfasis en que "lo que nosotros necesitamos es que haya una normativa en la cual la municipalidad diga cuál va a ser la postura frente a esto, porque si dicen que el comercio ambulante llegó para quedarse, hay que ver en qué condiciones. Nosotros no nos vamos a permitir pagar patente, para que al frente tengamos una competencia en la cual ellos no pagan", dice el viñamarino, quien incluso se abre a la posibilidad de reubicar a los ambulantes en una feria en el estero Marga Marga.
Rodrigo Rozas, si bien valora esta opción, es categórico con los ambulantes.
"El comercio ilegal por décadas ha generado solamente consecuencias negativas. Se está generando una permisividad a un intercambio ilegal que no es virtuoso. Realmente no podemos tener dos comercios funcionando; uno que paga contribuciones, sueldos; y otro que es totalmente ilegal. Acá necesitamos intervención de todas las autoridades", cerró.