"Representa una alianza entre lo topográfico y lo animalesco"
El artista Lobsang Durney presenta, en el Palacio Vergara de Viña, la serie "Cerdos pork-teños", donde elabora surrealistas imágenes del Puerto.
En el "Cerdo Las Cañas", un gran porcino rodeado del cotillón de una celebración aparece enfrentando las consecuencias de una juerga demasiado larga; en el "Cerdo Artillería", un gran marrano acorazado apunta en distintas direcciones; el "Cerdo O'Higgins" luce la curiosa impronta de un puerco en el poder; y en el "Cerdo Playa Ancha", encallan, en el cuerpo del chancho, casonas antiguas, troles, barcos y escaleras, con el mar de fondo.
Son parte de los "Cerdos pork-teños", una colección de pinturas del artista Lobsang Durney inspirados en la toponimia de los cerros de la ciudad, mezclada con la imaginería animal, arquitectónica y patrimonial siempre presente en las obras de este creador.
La muestra, que se podrá visitar hasta el 30 de diciembre en el Palacio Vergara de Viña del Mar, incluye 18 óleos de Lobsang Durney, actualmente radicado en Barcelona.
- ¿Qué te inspiró a hacer esta serie sobre los cerros porteños?
-Primero fue mi interés por el surrealismo, ámbito de la imaginación que todo lo puede hacer visible y fantástico a la vez. Pero puntualmente me nació la idea de Lukas, nuestro gran retratista del Puerto, donde en una de sus observaciones heredadas de sus estudios de arquitectura escribía que en cualquier momento los cerros se sacudirían del polvo y el barro, algo así, y eso me hizo clic y me dio la idea de que los cerros estaban vivos, como un gran ente, con sus anécdotas y originalidades particulares. Después era cosa de caracterizarlos en base a sus nombres en una especie de dislalia al cambiar cerdo por cerro, eso abría un campo visual que me orientaba de cierta medida en el diseño de las pinturas. Cabe decir también que el juego de palabras siempre me ha interesado como fuente de inspiración, hacer un ejercicio simple de jugar combinando términos, donde busco inventar arquitecturas, zoomórficas en este caso, devenidas de una antipoesía brutal que se puede antes escribir o imaginar. Quiero agregar que esta serie no hubiese sido posible sin el apoyo del gestor cultural Eulogio Rojas, quien desde los inicios de esta serie (2006) confió y apoyó la producción de la muestra.
-¿Qué representa el cerdo en este imaginario?
-Para mí representa una alianza entre lo topográfico y lo animalesco, el cerdo junto al cerdo buscan construir sus características en un solo gran híbrido, el cerdo con todas sus significancias y el cerro con toda su cultura. El animal en este caso pasa a ser el gran aglutinante y las casas arracimadas el gran aglomerante. Creo también que el cerdo es todo un símbolo al cual no somos indiferentes, desde sus caracterizaciones peyorativas, su consumo humano, hasta la protección animal que debería tener como todo ser vivo. De todas formas el cerdo como animal abstracto fue el punto de partida que me ayudó a extender mi pintura hacia otros animales, después pinté caballos, perros, gatos, y mucha otra fauna en el mismo estilo, invito a ver otros ejemplos en mis RRSS, que me hizo infinita la posibilidad de "Valporizar" cualquier cosa.
-Algunos califican tu obra de surrealista, otros de post punk y otros de distópica, ¿cómo la describirías tú?
-Es interesante en el arte darle un "ismo" siempre al estilo, sirve como punto de referencia para empezar una experiencia conceptual con la pintura. Pero yo calificaría mi obra como "relativista", es decir que no esté mirado por ideas preconcebidas, donde todo pueda suceder y que sea todo libre de interpretación según la propia sabiduría de quien contempla mi trabajo, que puedan ver anacronismos estéticos, escalas referenciales y juegos de elementos entre tantas posibilidades. Como decía Max Ernst sobre "el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección", los elementos no están obligados a ser lo que son y pueden degenerar o mutar su valor objetual cuando se descontextualizan o son dispuestos en otra función, como por ejemplo los ascensores voladores que he pintado.