"Me cautivan esas pequeñas historias nada extravagantes pero cargadas de deseo"
La escritora mexicana Viridiana Carrillo publica por primera vez en Chile. Presentará su libro de relatos este sábado en la Feria del Libro de Valparaíso.
Redacción - La Estrella de Valparaíso
Una niña atisba a hurtadillas a dos vecinas de ambiguo comportamiento que veneran a la Santa Muerte. Un arqueólogo reconstruye con amor y paciencia los fragmentos de una familia. Una mujer inicia una impensada travesía nocturna por una pirámide antigua en compañía de cinco niños, embargados por sus enigmáticas historias.
Estos son algunos de los relatos que componen "Silencio cerca de una pirámide antigua", de la escritora mexicana Viridiana Carrillo, quien publica por primera vez en Chile, a través de la editorial Narrativa Punto Aparte.
A partir de una cita de la poeta mexicana Rosario Castellanos, que da título a este volumen de cuentos, Viridiana Carrillo teje historias íntimas que circundan entre zonas arqueológicas, pueblos contaminados por una termoeléctrica, playas de agua mansa y, sobre todo, por el interior de las habitaciones, donde los secretos se expresan en todo su esplendor.
Nacida en Ciudad Obregón, estado de Sonora, México (1984), Viridiana Carrillo estudió Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Como narradora, es autora del libro de cuentos "Antes del juego" (Nitro Press, México, 2020). Textos suyos aparecen en antologías. Actualmente está radicada en Chile y este fin de semana será una de las invitadas a la Feria Internacional del Libro Independiente de Valparaíso, FILVA 2022. El sábado, a las 18.00 horas, presentará su libro, con la participación del escritor Emilio Gordillo; y el domingo, a las 17.00 horas, estará en un conversatorio sobre literatura mexicana actual junto a las escritoras Yolanda Segura y Sara Uribe, ambas de México. Todas estas actividades se realizarán en el Parque Cultural de Valparaíso, con entrada gratuita, donde hoy arranca una nueva versión de FILVA.
Pequeñas historias
-¿Qué te inspira al momento de escribir tus relatos?
-No sé si yo deba llamarla inspiración. Yo solo ando pensado en alguna historia, la pienso mientras hago toda mi cotidianidad y luego, cuando creo que puedo tener algo, me siento a escribir (...) Me tiene que resultar interesante, claro, emocionar y cautivar, sino pierdo el interés rápido, pienso que no vale la pena. Esto no quiere decir que me pongo a escribir historias épicas, más bien me gusta escribir sobre cosas sencillas, breves. Me cautivan esas pequeñas historias nada extravagantes pero cargadas de deseo.
-Hay una presencia femenina muy gravitante en tus relatos, ¿buscas escribir siempre desde y sobre mujeres?
-Como escritora busco escribir ficción y tratar de hacerlo cada vez mejor. No me cuestiono si los personajes deben ser o no mujeres. Descreo de la llamada literatura femenina, así como imagino que los hombres no piensan en hacer literatura masculina cuando escriben. Es verdad que hasta ahora mis personajes han sido mujeres, pero cuando uso un narrador omnisciente no me detengo a pensar si este podría ser identificado o no como mujer. Supongo que ha sido así solo porque me he sentido más cómoda desde esa voz. O porque me gusta. O porque suelo usar algunas cosas de mi vida, de mis amigas, de la gente que me rodea.
-¿Cómo influyen los territorios en tu narrativa?
-He sido un tanto nómada desde la infancia. Mi madre cambió varias veces de ciudad, de casa. Lo mismo al crecer: he vivido en diversos lugares, en campo, en ciudades, en costas, y en decenas de casas. El paisaje para mí es importante, el clima casi algo vital. Y como mi escritura tiene siempre algo de autobiográfico, no creo que pueda separarla. Muchas personas que he conocido en todos esos lugares las tengo en la memoria y al evocarlas también evoco tiempo y espacio. Sin embargo, soy pésima con indicaciones definidas de lugares, direcciones o nombres de calles. El espacio se me graba por emociones, escenas, historias. Entonces los suelo mezclar en la ficción. Una vez un amigo de Culiacán, cuando publiqué mi primer libro en México, me dijo que yo había escrito un libro de cuentos sobre Chile, y que cuando volviera a ese país escribiría uno sobre México. Quizá tenía razón.