La aymara guardiana de semillas y promotora de medicina ancestral
Silvia Vega Valiente, de 54 años, es educadora tradicional Aymara de la provincia del Marga Marga. Ella es una reconocida dirigenta de la Asociación Indígena Pachakuti y llegó para promover su cultura y cosmovisión.
Jorge Robledo Z. - La Estrella de Valparaíso
"Nuestro conocimiento del buen vivir para ser personas, personas de bien, se basan en 13 principios del "Sumak Kawsay" de la lengua quechua, que tenemos los pueblos andinos (...) todos estos principios se engloban en ser persona. Y por ejemplo, cuando uno vive en comunidad, y el hombre quiere hacer familia, se reúne la comunidad, ellos ven si está listo y le dan el pase para que pueda realizarlo, pues tiene que haber un equilibrio, un conocimiento y un saber de que tiene que ser responsable, íntegro, de hacer el bien, de trabajar, de luchar por su familia, por su comunidad, tiene que saber varias cosas, y para ser "jaqi", es decir, ser persona", sostiene Silvia Vega Valiente, mujer aymara habitante de la provincia de Marga Marga.
Nuestro pueblo nace a orillas del Lago Titicaca. "¡Mira! dónde se dice que nace nuestro pueblo… mi papá nos contaba muchas historias, siempre recuerdo esas reuniones que teníamos porque antes no había luz, y las casas por ejemplo eran simplemente para el descanso, para dormir, nuestro espacio siempre era al aire libre con la naturaleza, con los animales".
Silvia cuenta que milenariamente los aymara han sido agricultores, cultivan sus alimentos.
"Cuando la agricultura se industrializó se empezó a comercializar mucho, con políticas que no le interesan la salud de la gente, porque está llena de pesticidas, han hecho mucho uso y abuso de la tierra, no la dejan descansar, no se preocupan de la temporalidad de los alimentos".
"Wali Yapu" o Buena Cosecha
"Nosotros tenemos una forma de cultivar que es haciendo surcos, porque el surco es como un espiral, unas ondas en la tierra, entonces cuando entra el agua recorre la tierra… para mí el desafío ha sido el habilitar espacios que ya están perdidos, como ahora por ejemplo que estamos en la "Wali Yapu", que en lengua Aymara significa: "Buena Chacra", que está en el Hospital Santo Tomás de Limache".
"Bueno, en ese espacio donde nos autorizaron a realizar el huerto era un espacio donde se botaban escombros, desperdicios, plásticos y cosas en desuso, así que tú puedes imaginar la cantidad de trabajo que hemos tenido ahí, y seguimos teniendo porque esa tierra estaba muy dañada y aun lo está, porque aún no se recupera, pues para recuperar la tierra dañada se demora más de 100 años en volver regenerarse y volver a ser suelos fértiles, así que imagínate, porque quizás el trabajo de nosotros capaz que no lo podamos ni ver en vida".
"La semilla que viene en frasco, en envase, viene con un pesticida y son de colores: hay verdes y rosadas, ese es el primer indicador de que no es una semilla natural. Yo nunca voy a intercambios de semillas, pero me invitaron a dar una charla de los huerteros de Valparaíso y fui, y había un espacio de intercambio de semillas y yo me acerco, y había una señora y le digo: ¡estas semillas no son orgánicas, no son de chacra!, una semilla orgánica jamás tendría un color rosado. Pero igual había hartas semillas de chacra ahí. Lo que pido cuando yo regalo semillas es que la gente las plante y cuide esa semilla, no que tenga por tenerlas. Yo he visto muestrarios de semillas, muy bonitos, pero para qué, no es la idea, la idea es que la semilla se propague, que la gente la plante, la coseche y la preserve en forma natural".
"La aprobación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP-11) es un golpe bajo, es un engaño a nuestras comunidades el haber firmado estos tratados comerciales, ya que al final, en un futuro nos vamos a dar cuenta de qué es lo que estamos firmando en realidad. Yo miro este tratado con ojos de desconfianza en Chile, yo no confío en lo que está pasando. En las promesas que hay, ya nos ha pasado otras veces y ha sido un desastre para las personas que cultivamos, que tenemos esta agricultura limpia, que cuidamos la semilla, es una real amenaza. Pero nosotras vamos a seguir cuidando y resguardando las semillas haya tratado o no haya tratado".
Atención comunitaria
"Acá en Chile tenemos una muy mala salud, estamos muriendo de cáncer al estómago, problemas de vesícula, de páncreas, y un problema te lleva a lo otro, y esto es debido a la mala alimentación de azúcar, de grasas y de comidas saturadas, y no sabemos que le echan a la comida, la carne tiene cosas para que no se pudra, llega a dar miedo. Yo tengo eso tan arraigado en mí, que es super importante tratar de cultivar mi propio alimento, lo que más pueda y es bien difícil, y eso que yo paso metida en la tierra, y ni un 50% de lo que yo como viene de donde yo quisiera, no es fácil, pero trato y se puede".
"Nosotros/as hacemos salud intercultural a través de atenciones comunitarias, que estamos trabajando por el Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI) en complementariedad con la medicina tradicional, son pacientes derivados de los mismos profesionales que atienden en el hospital: nutricionistas, sicólogos y médicos, y los trabajadores sociales (…) es un grupo multidisciplinario de medicina, porque nosotros creemos que el enfoque de la medicina debe ser un enfoque holístico, integral y en comunidad".
"En estos momentos estamos recibiendo derivaciones de los pacientes del Hospital de Limache, pero también puede acercarse al Servicio de Orientación Médica Estadística (SOME) del mismo hospital, y pedir una interconsulta con la medicina de interculturalidad. Sin embargo, no es necesario ser usuario del hospital o no pertenece a la comuna, también puede participar directamente al SOME (...) somos los únicos de estas etnias de origen andino en la región. Y en estos momentos solo estamos reconocidos por los Servicios de Atención de Salud Viña del Mar y Quillota, pero nuestras intenciones y aspiraciones son a nivel regional".
Dentro de los desafíos de estas nuevas atenciones, la educadora multicultural sostiene que "nuestros sueños como pueblos indígenas es que nos gustaría tener un centro integral de medicina, con enfoque andino a nivel regional, ya que estamos en un espacio muy precario porque en invierno no pudimos atender por las lluvias, el frío y la humedad. Finalmente nosotros vamos a seguir igual en nuestros procesos, son nuestras formas de vida. Vamos a continuar con nuestras prácticas nativas".