Relatos de niños que crecieron del golpe
El volumen de cuentos de no ficción "Los niños del 73", de las editoras y autoras Paola Passig y Ximena Ceardi, será presentado mañana a las 18.00 horas en el Centex.
Marcelo Macellari C.
Todo el mundo tiene una infancia que resuena en los rincones de su casa. Y ese sonido se amplifica si la niñez está cruzada por el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 y sus consecuencias posteriores, cuyos recuerdos son el corazón del libro de cuentos de no ficción "Los niños del 73: Fragmentos de una historia rota", de las editoras y autoras Paola Passig y Ximena Ceardi, que será presentado mañana a las 18.00 horas en el Centex (Plaza Sotomayor 233, Valparaíso).
La periodista Paola Passig advierte que las historias de este volumen "son recuerdos mediados por los adultos que somos hoy. No son recuerdos puros. Están texturados, Y en esta mediación, la realidad de esta mirada- memoria se acomoda, transmuta, selecciona. Pero, además, estos relatos son una polifonía de representaciones. 'El pasado sólo puede atraparse como una im agen', sostiene el filósofo alemán, Walter Benjamin. Y eso fue lo que hicimos en estos relatos: atrapamos la imagen de ese día, en algunos casos; del proceso previo, dos o tres meses antes, en otros; de los días posteriores al golpe, en muchos más; e incluso, uno de ellos, se sitúa en las protestas de los primeros años de los 80. Son relatos que se originan en una imagen en que las partes van configurando un todo. El 11 de septiembre de 1973 nos atravesó la vida, pero también nos hizo resilientes. Nos dormimos en un país y despertamos en otro. Así de brutal es la historia".
En tanto, Ximena Ceardi sostiene que "cuando niños pasamos jugando en cuclillas o derechamente tirados o tiradas de guata en el suelo. Nos escondemos debajo de la cama o de la mesa si sentimos miedo o culpa. Mirar desde una altura aún más bajita que nuestra ya pequeña altura de niños es una constante. Vemos, por eso, un mundo distinto al de los adultos. Nuestro enfoque es otro. Este libro fue un llamado a retomar ese enfoque 'bajito', no grandilocuente, para que los que fueron niños y niñas el 73, narraran las vivencias de ese golpe al corazón del país que fue el golpe".
Para la selección de la historia incluidas en este volumen, Paola Passig explica que "pusimos como parámetros, si se pueden llamar así, a personas que hayan tenido entre 6 y 13 años en ese periodo; que tuvieran cercanía con la escritura -porque se trata de relatos 'acuentados' no solo testimonios- y así fueron llegando historias de conocidos y de los conocidos de los conocidos que de alguna manera también fueron delineando el proyecto".
"Los niños del 73: Fragmentos de una historia rota", ya disponible en librerías, considera 21 relatos en total, donde hay dos cuentos de Ximena Ceardi ("La chuica", "Mala memoria") y dos de Paola Passig ("Sémola con leche" y "Tren al sur"), junto a historias de cuatro autores locales: Marcelo Novoa ("Hoy no hay clases"); Marcelo Simonetti ("De miguelitos y rieles"); Philippe Dardel ("¡Ya poh, Troksky, bájese de ahí", y Ernesto Guajardo ("Avenida Central") . Completan la lista de autores Álex Ríos González ("El juego"), Eduardo Rossel ("¡Resistencia pichanguera!"); Franklin Santibáñez ("Natasha"); Jorge Martín Araya Valencia ("El pasaje"); Pilar Reyes ("El cura Mario"); Fernando Jiménez Cavieres ("Tralleguin"); Esteban Valenzuela ("La hoguera y el kiosco pluralista"); Roberto Cárdenas ("Última cena"); Soraya Rodríguez ("Silverado y los techos de La Legua"); Sonia Agüero ("Cuentos prohibidos"); Roberto Rivadeneira ("Pinochet era el Viejo del Saco"); Mauricio Tolosa ("El nuevo mundo"), y José Manuel Gutiérrez Bermedo ("La pañoleta de Allende: siempre listo".
Seguir jugando
Sobre la génesis de este volumen, Paola Passig indica que "tal como lo registra muy bien Marcelo Mellado en el prólogo, el juego es parte de la infancia, la vida es un juego y nuestro libro es también una forma de seguir jugando. Entonces, partimos jugando porque en plena pandemia sugerí a un par de amigas periodistas hacer un taller literario entre nosotras. Yo escribí 'Tren al sur', que relata un viaje que realizamos los primeros días de marzo del 73 -junto a mis hermanas, mi madre y una tía abuela- para que votaran en las parlamentarias del 73. Un amigo leyó la historia y me sugirió hacer relatos de niños del 73. La idea le gustó a Ximena y así empezamos. Ella sugirió sumar a otros autores -aunque yo quería que ambas relatáramos todo-, y bueno, se armó esta polifonía de voces a partir de sus propios autores. Y así el libro comenzó a caminar solo".
"Había una deuda con los niños del 73 -agrega Ximena Ceardi-. Con esos cincuentones o sesentones de hoy que por ese tiempo rondaban entre los cinco y doce años. Una deuda con sus juegos rotos, casi casi heroicos en algunos casos, terribles pero inocentes en otros. Una deuda porque unos papás atemorizados, beligerantes, aturdidos, incluso triunfantes no supieron explicarles las dimensiones de lo que vieron, sintieron o escucharon. Estos niños que siguieron jugando pese a todo, merecían una oportunidad para salir del silencio de debajo de la cama o de la mesa desde donde observaron ese mundo de muchos sueños rotos. Este libro de testimonios acuentados, como bien dice Paola, es también para los adolescentes de hoy. Para los que ya no casi tienen ramos de Historia, en un país que se ha vuelto a polarizar y donde está en riesgo un juego limpio, a veces más sucio sí, de la democracia".
A la hora de destacar algún relato, lo que pasan de golpe del humor al horror, pasando por la nostalgia de otro Chile para volver a la gris realidad de la dictadura, Paola Passig señala que "todas las historias tienen su impronta, su enseñanza, su gracia. Me quedo con la de Eduardo Rossel, que ocupa el humor en medio del horror, y por el ritmo que logra en su texto. El de Marcelo Simonetti que parte de la bucólica mirada de un niño observando su jardín y a su familia dividida políticamente, hasta la brutal irrupción del cuerpo de su tía en una playa; el de Alex Ríos que, justamente, se llama 'El juego' y parte con estos niños jugando entre el material de la mina llevando alimento a sus padres parapetados y decididos a defender el proceso. También el mío, 'Tren al sur', donde aprovechando este viaje en tren de tres noches y cuatro días desde Iquique, se relata a la sociedad completa de esos años. Y el de Franklin Santibáñez, quien como brigadista de la BRP, con 12 años, describe cómo el autor del documental 'Continente en llamas', lo entrevista y le regala puchos mientras él le explica la importancia de la nacionalización del cobre, trazando dibujos en las paredes. Notable".
La Estrella de Valpaaíso