Priscilla Barrera Ll.

Aún conserva algo del acento que se le pegó viviendo más de 40 años en Venezuela, país al que Julio Aníbal DíazMolina, decidió emigrar en 1975 por razones laborales pero que reconoce, también empujado por el contexto político que se vivía en Chile.

La empresa de siderurgia para la que prestaba servicios por esos años le ofreció un conveniente contrato en el país del norte del cono sur por lo que hizo las maletas y partió. Primero solo y a los pocos meses, lo siguieron su esposa y la mayor de sus hijas. Allá nacería su segunda heredera.

Durante los más de 40 años en Venezuela, Julio viajaba con frecuencia a Chile pero sólo por vacaciones. Tras enviudar en 2012 y ante el convulsionado escenario político en Venezuela, el 2021 decidió retornar a Chile concretando una idea que por años amasaba pero que se vio postergada, entre otras cosas, por la pandemia del COVID-19.

Fue en diciembre del año pasado que Julio se instaló en Chile con la idea de no volver a moverse de su país. Con una pensión que no supera los 190 mil pesos y la preocupación que representa para él poder apoyar a la menor de sus hijas que es madre soltera, comenzó a gestionar y actualizar sus antecedentes en Chile.

Fue la mayor de sus hijas, Johanna quien le contó de los distintos beneficios sociales para las personas de la tercera edad que brinda el Estado, por lo que acompañado de Carolina, su hija menor, concurrió hasta la Dirección de Desarrollo Comunitario del Municipio de Viña del Mar para pedir orientación y efectuar su Registro Social de Hogares.

Ingrata sorpresa

"Como mi hija menor es madre soltera ella comenzó a hacer sus trámites para el registro social de hogares. Llevó mi cédula de identidad chilena y allí le informaron que hace 14 años una mujer, a la que no conozco, ha venido cobrando los beneficios que me corresponden. Según la muchacha de esta unidad, yo tenía una hija en Iquique, ciudad en la que nunca he estado, sólo de paso. Es imposible, ella ni siquiera tiene mis apellidos, no la conozco. Me dijo que usurpó mi identidad y utilizó todos mis beneficios durante 14 años", detalló el hombre de 72 años que vive junto a sus hijas en el sector de Recreo en Viña del Mar.

El único ingreso de Julio es su escuálida pensión, y dado que recién se está incorporando y conociendo el funcionamiento de los estamentos en Chile, se siente vulnerado y sin saber bien qué hacer.

"Con mi pensión no he tenido problemas, pero de bonos, yo no he sabido. Yo no hago responsable a nadie, pero claramente acá hay una falla en el sistema. Recién regresé el año pasado y ocurre que por 14 años una desconocida ha hecho cobros de beneficios que me corresponden. Aquí pasó algo", comenta Julio quien está decidido a denunciar ante la PDI y en Chile Atiende esta situación que lo tiene marginado de beneficios sociales.

"Para mí no existe mañana, tengo 72 años y no tengo tiempo de demandas y esas cosas. Me siento vulnerado, acá hay alguna conexión extraña. Hay alguien que maneja mi información, el cobro comenzó a hacerse hace 14 años cuando llegué a la edad de jubilar. Yo no le hecho la culpa al Estado, ni al gobierno, ni al Presidente...le hecho la culpa al director de la institución, no puede ser todo tan frágil", cuestionó Julio.

La animalista de Valparaíso, Josefina Letelier, está desecha. Esto porque según nos cuenta y tal como pudo dejar registro en imágenes, los gatos que cuida fueron brutalmente agredidos, ocasionando, incluso, que uno de ellos falleciera hace unas semanas. Así queda al descubierto un nuevo episodio de maltrato animal, los que lamentablemente se repiten más de lo que uno quisiera a nivel comunal.

"Hay una casona abandonada, que está en arriendo hace muchos años en la calle Brasil, en Valparaíso. Ahí llegan muchos gatos de la calle, por lo que yo voy en la mañana y en la tarde a verlos, porque soy animalista y me gusta que estén bien, que tengan su comida, compañía, cuidado y amor", señala Josefina Letelier.

Como de costumbre, durante la semana del 18 de septiembre visitó a sus queridos animales. Sin embargo, se encontró con una brutal imagen. "Veo en el pasillo un monstruo", cuenta entre lágrimas.

"Hasta el momento he averiguado y lo único que me llegó a mí oído por parte de gente que deambula por ahí, es que la casa se la querían tomar y por eso me estaban eliminado a mis animales. Le pegaron a una gata embarazada, ella falleció sin auxilio. Después en el transcurso de las fiestas, se me desaparece el gato negro, el Panter, el día 18 lo encuentro y veo en el pasillo un monstruo. Se ensañaron con ellos, es muy triste, porque son animales indefensos, que no le hacen daño a nadie", precisó.

El consejero regional, Manuel Millones, hoy se encuentra apoyando a la animalista. La autoridad, junto con condenar los hechos, presentó una denuncia en la PDI.

"Lo que sucede en Valparaíso con el maltrato animal y estos últimos episodios de crueldad y muerte sobre perritos y gatitos es brutal y amerita que los que cometieron estos actos salvajes sobre esos indefensos animalitos, paguen por sus crímenes", señaló el Core.

"En razón de la anterior, la ONG denunciante realizó la denuncia ante la Fiscalía y en mi caso en la PDI. Es evidente que las personas que participaron en estos hechos no estaban en sus cabales por la brutalidad de los actos y muerte de esas mascotas", añadió Manuel Millones.