Siempre nos gusta ser víctimas
Imaginen por un instante que son perfectos exactamente como son. Que jamás hicieron nada malo, que jamás se fueron, que jamás llegaron, que son eternamente la totalidad. Y que tienen la capacidad de cambiar su experiencia, porque son los creadores de su mundo. Imaginen por un momento que cada uno y cada cosa está aquí para ustedes, y que pueden elegir cómo quieren experimentar su mundo.
Esa es la verdad. Lo que ustedes eligen está completamente en sus manos. Si ustedes quieren pueden continuar siguiendo sus programas, pueden seguir haciendo las mismas cosas una y otra vez: la misma culpa, los mismos juicios, los mismos dramas, el mismo sufrimiento… o pueden comenzar a elegir estar en dicha. Rendirse a su creación y disfrutar de todo.
Esto suena irreal, pero es la verdad. Porque una vez que ustedes estabilizan la conciencia, una vez que pueden atestiguar sus programaciones, una vez que sanan ese apego al sufrimiento, pueden elegir. ¿Será instantáneo? No. Es como lo que han aprendido: sus miedos no son instantáneos, se les ha enseñado a través de los años, desde que eran chiquititos: bueno-malo, correcto- equivocado, recompensa-castigo. A lo largo de toda su vida es eso lo que se les ha enseñado. Así que está tan grabado en su sistema nervioso, tan metido en su cerebro, que requiere mucha conciencia del momento presente el cambiar.
Pero a medida que ustedes van cambiando, a medida que van hablando su verdad, a medida que se van quitando sus máscaras, comienzan a ser genuinos, y a medida que comienzan a ser genuinos, dejan de transigir y dejan de tomar todo en forma personal. Porque cada ser humano está en su propio y pequeño mundito, con sus propios pequeños problemitas, y sus propias pequeñas percepciones. Pero te dicen algo a ti, y tú te ofendes. Bueno, tienes otra opción: vas hacia adentro y te conectas con eso que está dentro tuyo, eso que estás sintiendo.
Y lo sueltas, y lo sueltas, y lo sueltas, lo dejas ir, hasta que te vacías. Tenemos tanta información, y siempre está basada en miedo. Viene del conocimiento, del intelecto, y siempre está basada en miedo, siempre.
Tú eres responsable por aquello que eliges. Siempre nos gusta ser víctimas, siempre nos gusta estar culpando al afuera: "Oh, estoy molesta por esto", "estoy triste por aquello", " fallé por culpa de ellos"... ¡Siempre hay una excusa! Pero cuando tomamos responsabilidad comenzamos a darnos cuenta que no hay ninguna limitación: yo me creo a mí misma, yo decido quién voy a ser, yo decido lo que voy a sentir, yo decido cómo voy a responder. Eso es responsabilidad, y viene del amor, viene del amor.
Ustedes tienen que encontrar su verdad, mas allá de los programas, mas allá de la información, en el interior de sus corazones. Esa verdad, esa perfección con la que vinieron al mundo. Porque eso fue perfecto. Ustedes son perfectos exactamente como son, son todos diferentes y perfectos, y responsables de lo que están experimentando. Nadie les hace nada a ustedes, nadie. Eligen sufrir o eligen usarlo para crecer y tomar responsabilidad. Y eso está en sus manos.
"Una vez que sanan ese apego al sufrimiento, pueden elegir. ¿Será instantáneo? No".