Recuperan 43 vehículos robados que iban a ser revendidos por internet
Banda recibía autos de encerronas y blanqueaba sus documentos para ofertarlos. Creaban empresas lideradas por personas en situación de calle.
Diego Gotelli C.
Tras un año de investigación, esta semana se arrestó a ocho personas que la policía acusó de formar parte de la cúpula de una organización criminal especializada en robar vehículos y limpiar su documentación para ser comercializados.
De acuerdo a la indagatoria, la estructura superior de esta banda se encargaba de recepcionar los autos sustraídos en "encerronas" y "portonazos" ocurridos en la Región Metropolitana, los que luego eran reingresados al mercado formal adulterando sus antecedentes para ser vendidos.
Su modus operandi consistía en crear empresas ficticias, como automotoras, las que emitían facturas ideológicamente falsas que utilizaban para inscribir el auto en el registro nacional de vehículos motorizados como si fuera usado. Antes, adulteraban los números de series del chasis y del motor, entre otros ajustes para dificultar su rastreo.
El fiscal Marcelo Vargas contó que al constituir las sociedades fantasmas en el Servicio de Impuestos Internos la banda solía utilizar a personas sin hogar para nombrarlos gerente general o representantes legales de la empresa, a cambio de darles dinero.
Con esos antecedentes la organización luego ofertaba los vehículos haciéndolos pasar por usados en sitios de venta por internet y en redes sociales, prefiriendo clientes de fuera de la capital.
Como parte de la investigación de la cúpula, la PDI incautó 43 vehículos que habían sido robados, avaluados en más de 850 millones de pesos. Si se suman otras aristas de la indagatoria, que el año pasado ya detuvo a más eslabones de la organización, la policía afirmó que se han logrado recuperar cerca de 120 autos sustraídos.
La indagatoria de la organización seguirá, a fin de esclarecer la relación que existiría entre la cúpula y los ladrones de los vehículos, para dilucidar si los asaltantes ofrecían el botín a las personas encargadas de "blanquearlos", o si estos últimos encomendaban realizar las encerronas.