Viñamarino aceptado en Berklee debe reunir 65 millones
Benjamín Azola en noviembre pasado audicionó para la prestigiosa universidad de música de EE.UU. y no sólo quedó, sino que fue becado. Para alcanzar su sueño reúne sponsors que lo ayuden a conseguir su meta.
Desde que tiene recuerdos Benjamín Sebastián Azola Ortiz supo que lo suyo era la música. A los 7 años y siguiendo los pasos del mayor de sus hermanos, comenzó a acercarse tímidamente a la batería y desde entonces no lo detuvo nadie. El año pasado, cuando cursaba cuarto medio en el Seminario San Rafael de Viña del Mar, sus padres se convencieron que lo del menor de sus hijos, "el flaco" como cariñosamente lo llama su madre, no era una simple afición sino que el norte de sus sueños y objetivos.
Su colegio fue fundamental en todo esto. Sus profesores del taller instrumental se percataron del talento innato del joven de actuales 18 años y decidieron apoyarlo, primero incentivando sus cualidades musicales y luego hablando con sus padres y convenciéndolos de que lo de Benjamín no era solo un hobby sino a lo que el joven quería dedicar su vida .
Fue así que cerraron anticipadamente el año escolar y con un NEM de 6,1, Benjamín se concentró en una sola meta: llegar a Berklee, la universidad de música más grande y prestigiosa del mundo.
CON LA MENTE EN ee.uu.
En la casa de Benjamín siempre ha estado presente la música. Su madre, Pamela Ortiz, sicopedagoga de profesión, siempre les incentivó a sus tres hijos el desarrollo de esta área con el propósito de lograr un desarrollo integral del cerebro.
Con los dos mayores ya en la universidad - el primnero terminando medicina en la UV y el segundo ingeniería civil - Pamela y su exmarido, Marcelo, coincidían en una educación tradicional complementada con el área artística pero nunca pensaron que lo del menor de sus hijos sería mucho más que eso.
A pesar de siempre haber cumplido con sus deberes estudiantiles, logrando buenos resultados académicos, Benjamín, apoyado por sus profesores terminó convenciendo a su familia que la música no era sólo un gusto, sino que el sentido de su quehacer.
"Yo supe que quería audicionar a Berklee el 2019, cuando estaba en segundo medio. Desde ahí comenzaron a cambiar las cosas, mi familia me empezó a apoyar más a fondo, buscamos lo del curso online, empecé con clases particulares. La PTU no era una prioridad", relata Benjamín.
El año 2020 y dado que el joven viñamarino sólo había cultivado su talento de manera autodidacta y con la guía de sus profesores del taller instrumental de su colegio, decidió inscribirse en un curso online de la universidad norteamericana, obteniendo la certificación como baterista profesional con máxima calificación.
El 5 de noviembre de 2021 y luego de haberse preparado con la talentosa baterista de la Orquesta del Festival, Javiera Farías, Benjamín viajó a Santiago y audicionó, vía online, para Berklee.
Tras casi dos horas de prueba que consideró tocar, improvisar, cantar y una entrevista de casi 40 minutos, Benjamín cumplió con lo que se había propuesto.
"Siempre fue un sueño llegar a Berklee...cinco semanas después de haber audicionado, me dijeron que había quedado y que me habían otorgado una beca de 8 mil dólares "un descuento del total del arancel", cuenta orgulloso el joven.
Benjamín recibió la maravillosa noticia el 17 de diciembre, un día después de su graduación.
"Yo nunca di por hecho que iba a entrar, siempre estuve con la mentalidad de que lo iba a dar todo y si se daba bien y si no igual era una meta", acotó con extremada madurez este estudiante.
La carrera en Berklee dura 4 años y el arancel anual es nada menos que de 45 mil dólares - unos 40 millones de pesos- sin contar los costos de manutención.
Por lo mismo y dado que a pesar de todos los esfuerzos familiares está lejos de lograr los 73 mil dólares que debe acreditar para poder iniciar la tramitación de la visa que le permita estar en agosto iniciando sus estudios, Benjamín inició una campaña en el sitio "esponsor": https://esponsor.gg/benja-azola, donde cuenta su historia y espera lograr el aporte de todos quienas puedan y quieran ayudarlo.
Pamela Ortiz está feliz y orgullosa con lo que ha logrado el menor de sus hijos pero reconoce que como familia lamentablemente no pueden asumir el costo económico.
"Él ya está matriculado, pero tenemos que acreditar 73 mi dólares para que le otorguen la visa. ¡De dónde sacamos 73 mil dólares! Hicimos un proyecto que se llama decomarmol para poder financiar a mi hijo. Esperamos llegar a la mayor cantidad de personas. El flaco logró entrar, es elsueño de todo músico", termina Pamela, confiada en lograr la meta.