Las plazas de Valparaíso
Estos espacios públicos -en otros tiempos también los hubo privados- tienen historias que han traspasado nuestras fronteras.
Por Juan Guillermo Prado
Cuántas historias, mitos y amoríos han sucedido en las innumerables plazas de Valparaíso. Las hay grandes, que acogen a multitudes, y hay algunas minúsculas como la Plaza de los Sueños, situada en avenida Colón con la Quebrada del Circo, hoy llamada subida Ricardo Ferrari en honor a un antiguo edil del puerto.
En el cerro Florida está la Plaza de los Poetas, con esculturas en tamaño natural de Pablo Neruda, Vicente Huidobro y, no podía faltar, Gabriela Mistral, a quien le robaron las manos.
En las plazas han ocurrido hechos históricos que han establecido leyes o han manifestado su repudio a determinadas conductas. En los inicios del siglo pasado, los obreros trabajaban de sol a sol, sin descansar siquiera los días domingo. El 11 de julio de 1903 se realizó, en la plaza Victoria, la primera manifestación de los trabajadores del comercio con el objeto de solicitar a los empleadores el cierre de los negocios los días festivos.
Por ello, el diputado conservador Alejandro Huneeus García Huidobro presentó, el 4 de agosto de 1903, un proyecto de proyecto de ley de descanso dominical. Fue rechazado por un parlamentario radical quien se opuso porque los trabajadores irían a misa ese día. Sin embargo, tras una larga tramitación, fue promulgada la ley por el Presidente Pedro Montt en 1907.
Las Tesis
El colectivo feminista Las Tesis entonó por primera vez en la plaza Aníbal Pinto, el 20 de noviembre de 2019, "Un violador en tu camino", ese impetuoso himno feminista que denuncia: "Y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía. El violador eres tú".
Cinco días más tarde se representó en Santiago como parte del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y salió al mundo. Se ha interpretado en diversas capitales, como parte de la oposición contra el machismo. La revista norteamericana "Time" incluyó a Las Tesis entre las 100 personas más influyentes el año 2020.
plazas porteñas
Para conversar sobre las plazas de Valparaíso, nos reunimos con Luz María Méndez, profesora titular de la Universidad de Chile, quien afirma: "La plaza más antigua de Valparaíso estaba situada a poca distancia de la iglesia de La Matriz y la quebrada de San Francisco, era llamada inicialmente con el nombre de Plaza del Abasto. En ella se situaba la recova o mercado donde los vecinos y lugareños acudían diariamente a comprar y vender alimentos. Con el terremoto de 1822 se remodeló y se construyó un edificio para el Cabildo, que más tarde utilizó la municipalidad. La plaza tuvo un activo comercio que iba paralelo al ritmo creciente de la actividad naviera del puerto y la llegada en carretas de productos agrícolas de los campos cercanos".
"Luego se instalaron faroles iluminados con velas y se puso una pila central que servía de abrevadero para los caballos", prosigue Luz María Méndez. "A mediados del siglo XIX nuevamente se trasformó y se le denominó Plaza Echaurren en homenaje al intendente Francisco Echaurren Huidobro, quien dirigió el puerto en un período de grandes avances urbanos. Tuvo un bello jardín con una pila con adornos de garzas en metal y una reja que lo circundaba, donde habían plantados naranjos, palmeras y distintas flores", agrega.
-En el bolero "La joya del Pacífico" se canta "la plaza de la Victoria es un centro social…".
-Probablemente, la plaza más importante de Valparaíso en el siglo XIX fue la Plaza de la Victoria, de origen republicano tanto en su concepción inicial como en su construcción. Era recorrida diariamente por los lugareños, arrieros y muleros, porque conectaba con el llamado "camino de las cuestas en los viajes a Santiago, Casablanca y Melipilla. Esta plaza responde al nuevo espíritu más moderno que anima el país y que se conoce como la Generación de 1842. La plaza se anima con una sociabilidad nocturna de quienes acuden a los espectáculos que ofrece el teatro. En ella coexistían el estilo tradicional de ser mercado en el día y otro más refinado y culto en la noche. En 1851, la plaza fue el escenario de combates militares entre las fuerzas del gobierno y los revolucionarios que se plegaron a la revolución en contra de Manuel Montt. Terminado el conflicto se hizo allí una celebración popular con ramadas, bailes, juegos y bebidas. Más tarde, se transforma y se instala una pila central en 1856. Al año siguiente se la arboriza con dos corridas de acacias y olmos. Luego, se le instalan asientos de fierro y madera y se construyen veredas empedradas. La Plaza Victoria, con apoyo de la prensa, se torna en un centro social recreativo, amenizada con bandas de música y desfiles de bomberos. En 1876 se instaló su bello quiosco de música y, en 1877, se colocan cuatro estatuas de fierro que simbolizan las estaciones del año. Por 1880, se alaba su gran esplendor y, en 1891, ya tenía un hermoso jardín central. La Plaza de la Victoria había logrado un estilo acorde al espíritu burgués a diferencia de la Plaza Echaurren o del Abasto que concitaba a los sectores más carenciados del puerto.
-¿Qué pasaba con los inmigrantes y las plazas porteñas?
-Los extranjeros que se instalaron en Valparaíso no participaban de los espacios públicos de la ciudad, sino que construyeron espacios de sociabilidad que les permitía reunirse y expresar sus propias costumbres y tradiciones, y aclimatar las especies vegetales que les recordaban sus lugares de origen. Hubo dos jardines privados muy concurridos por la sociedad porteña, situados ambos en El Almendral: uno era el Jardín Polanco y el otro el jardín Abadie. El Jardín Polanco se situaba junto a la Alameda, hoy avenida Argentina. Fue el más popular, tenía chinganas y un centro social para marineros y extranjeros, con amplios salones donde se interpretaba la música de moda y se bailaba. Aquí se organizaban grandes banquetes para los inmigrantes en festividades patrias. Tenía hermosos jardines con perfumadas flores y muchos picaflores y mariposas. El jardín Abadie fue el más famoso y exclusivo de la sociedad porteña. Lo construyó en 1845 Pablo Abadie, jardinero francés, que organizaba los "promenade concert", donde el público paseaba mientas escuchaba música. Era el centro social preferido de la juventud del puerto. En 1870 lo adquiere la Municipalidad de Valparaíso y lo destina como lugar social público con el nombre de Parque Municipal. Tocaba el orfeón y había conciertos de beneficencia para distintas instituciones filantrópicas. Tuvo rejas de fierro perimetrales, monumentos, jardines circulares y un tranvía eléctrico que pasaba por frente a su entrada principal. En 1930 se le denomina con su actual nombre Parque Italia, en homenaje a la colonia italiana del puerto, la que regaló un hermoso monumento.
"Hubo dos jardines privados muy concurridos por la sociedad porteña, situados ambos en El Almendral: uno era el Jardín Polanco y el otro el jardín Abadie".