Falta de permisos municipales frena proyecto para tratar cáncer
Proyecto para la instalación de un moderno sistema de radioterapia, aprobado en 2020 por el Gobierno Regional, destapó una compleja realidad en el hospital Van Buren: muchas instalaciones no tienen recepción de obras, lo que dificulta cualquier intervención en el recinto sanitario.
"A la vanguardia en atención de pacientes con cáncer a nivel latinoamericano quedará el Servicio de Oncología del Hospital Carlos Van Buren gracias a la implementación de un nuevo acelerador lineal que podrá adquirir con los recursos que fueron aprobados por el Consejo Regional de Valparaíso para su financiamiento, iniciativa que se suma al aporte que realizará el ministerio de Salud para la construcción del búnker donde será instalado el equipo con tecnología de punta".
Así describía el hospital Van Buren, en su página institucional, el 15 de enero de 2020, la aprobación por parte del Consejo Regional de $3.600 millones para la compra de un sofisticado equipo conocido como acelerador lineal que, en términos simples, permite destruir células cancerosas con radioterapia, sin afectar el tejido circundante a los tumores.
A ese esperado proyecto, que formaría parte de la unidad de oncología del hospital -que atiende pacientes de las regiones de Valparaíso y Coquimbo-, se sumaría una inversión de unos $2.000 millones de parte del ministerio de Salud para la construcción de un búnker en el hospital, necesario para la operación del acelerador lineal, pues dicho aparato trabaja con rayos X de alta energía y requiere un determinado nivel de aislamiento.
Todo iba bien hasta que se ingresó al municipio el proyecto para la construcción del búnker y se dieron cuenta de que varias áreas del hospital Van Buren no cuentan con los permisos municipales ni la recepción de obras correspondientes lo que, hasta ahora, ha impedido concretar el proyecto.
Se trata de un problema mayúsculo, que algunos cifran desde $200 hasta varios miles de millones de pesos en permisos impagos, y que no solo está trabando esta implementación esencial para el tratamiento de los pacientes con cáncer, sino que además dificultaría cualquier tipo de intervención para reponer, reparar, ampliar o reconstruir el hospital Van Buren, un anhelo que crece en la ciudad.
Una situación similar afectaría al hospital Eduardo Pereira.
Zapato chino
"La falta de permisos de obra municipal y, por ende, las respectivas recepciones (en el hospital Van Buren), está generando varias complicaciones, como por ejemplo, la imposibilidad de instalar el proyecto del búnker para la unidad de oncología, sitio donde se tiene estipulado que funcione un segundo acelerador lineal que permite los tratamientos de radioterapia para enfrentar el cáncer, el cual fue financiado por el Consejo Regional", explica el core Manuel Millones, uno de los promotores del proyecto del acelerador lineal, junto al doctor Roberto Burgos y la consejera Nataly Campusano.
"Hemos constatado que diferentes administraciones del hospital Van Buren y el Servicio de Salud autorizaron obras para aumentar la capacidad de respuesta del centro asistencial, todas esas inversiones muy necesarias por cierto, pero sin permiso de obras del municipio y hoy generan consecuencias. Ahora en esta situación se encuentra la torre quirúrgica, el consultorio de especialidades, la unidad de oncología, la capilla, entre otras obras en uso, y este año, cuando se solicitó el permiso para la construcción del búnker al municipio, este reveló el hecho e indicó que no se otorgaría dicho permiso hasta no subsanar todas las obras ejecutadas en el hospital", explicó Millones.
Según estima el consejero, el monto adeudado asciende a una cifra superior a los $200 millones, pero a ello se suma el hecho de que "muchas de esas obras construidas no cumplen con las nuevas exigencias normativas tanto urbanísticas como sanitarias", lo que dificultaría aún más su regularización.
Nuevo hospital
El tema también fue abordado a comienzos de este me durante una reunión en la Universidad de Valparaíso (UV), destinada a recabar información para definir un plan de acción que permita contar con un nuevo hospital Van Buren.
Tras dicho encuentro, el parlamentario y presidente de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, doctor Tomás Lagomarsino, mencionó que "la universidad nos aportó información muy valiosa que emana de un estudio que sus equipos elaboraron en 2019 y que, entre otras cosas, advierte de los problemas de regularización que dicho recinto mantiene respecto de las normativas municipales y que sería necesario resolver para lograr la aprobación de nuevas obras".
"El camino de la regularización implicaría, necesariamente, obtener recursos por unos ocho mil o nueve mil millones de pesos. Eso no tendría ningún sentido, porque apuntar a regularizar un hospital viejo para luego demolerlo y construir uno nuevo sin duda es absurdo. Por ello, frente a este dilema, surgió la idea de generar una ley de regularización abreviada para recintos sanitarios que sea necesario demoler con el objetivo de construir uno nuevo, sea el caso de este icónico hospital porteño como el de otros que existan en esta región", precisó el parlamentario del distrito 7.
Ley del mono
En el mismo sentido, el consejero Manuel Millones propone que se dicte una ley de regularización, conocida como "Ley del mono", que permita subsanar este problema y avanzar en la construcción del búnker para el acelerador lineal y en futuros proyectos, como la habilitación del Macrocentro Regional del Cáncer, que debería emplazarse en el hospital Pereira.
"El Core solicitó que se busque a la brevedad una solución a este conflicto, al igual que lo que ocurre con el hospital Eduardo Pereira, recinto que también tendría la misma condición de irregular en algunas edificaciones. Dentro de las alternativas está el promover una segunda 'Ley del mono' para infraestructura hospitalaria, ya que la primera ley, publicada el 2009 y que tuvo un periodo de 5 años de vigencia, extrañamente no fue usada por las autoridades de la época. Ahora el camino que adoptó el servicio de salud es licitar una consultoría para hacer la planimetría y estudios que le permitan obtener los permisos de las obras cuestionadas, sin embargo, lo más probable que esta opción fracase a consecuencia del tiempo de las obras y que estas no cumplen con las nuevas normas imperantes en nuestro ordenamiento jurídico y, por lo mismo, en mi opinión, el camino más seguro es una ley especial que de manera excepcional facilite los trámites ante la DOM y obvie algunas normas para poder regularizar distintas obras que, por los años de construcción, hoy no podrían obtener los permisos municipales ni tener resolución sanitaria", agregó Millones.
"Hace más de tres años que acordamos apoyar esta obra del acelerador lineal y aún estamos en la incertidumbre y mientras tanto el centro de oncología sigue atendiendo con un equipo a full y otro obsoleto y con su vida útil vencida y, por lo mismo, este tema lo he conversado con el director(s) del servicio y el mismo alcalde de Valparaíso, además de algunos legisladores, de modo de buscar la mejor solución", añadió el core.