El renacer del centenario edificio de la Bolsa de Valores
Tras el cierre definitivo de la institución financiera, la Universidad Santa María adquirió el 100% del inmueble ubicado en calle Urriola con Prat. La habilitación de un museo y la realización de eventos para la comunidad son parte de los nuevos destinos de la renovada estructura.
Gian Franco Giovines - La Estrella de Valparaíso
En la intersección entre calles Prat y Urriola, se ubica uno de los edificios más grandes y antiguos de la Ciudad Puerto. En la zona que es denominada como el "casco histórico" de la ciudad, se erige una construcción con 107 años de antigüedad: la ex Bolsa de Valores de Valparaíso.
Por poco más de un siglo, el longevo edificio se alzó como el corazón bursátil de la ciudad, el "pequeño Manhattan" porteño. Dentro de sus generosas paredes, se realizaba un alto número de transacciones. Tuvo su apogeo en la primera parte del siglo XX, momento en el que incluso los movimientos superaron en cantidad a los de la Bolsa de Comercio de Santiago.
A pesar de aquellos años dorados, para finales de siglo la Bolsa ya no gozaría de la misma suerte, teniendo que cerrar en 1983, ante la falta de capital para seguir funcionando. Cinco años más tarde, en 1988, la institución volvería a abrir sus puertas -esta vez, como Bolsa de Corredores de Valparaíso-. El segundo aire de la institución duraría veinte años, cerrando definitivamente en 2018 por decisión de la Superintendencia de Valores y Seguros.
Tras el cese de funciones, el edificio siguió con cierta actividad por un año más, principalmente por parte de las distintas empresas que alquilaban oficinas para funcionar al interior de la longeva construcción.
Una nueva vida
En 2019, todo cambiaría para el edificio de la ex Bolsa de Valores. En dicho año, la Universidad Técnica Federico Santa María adquirió el 100% de la propiedad. Esto, con el objetivo de instalar sus unidades administrativas en el corazón de la Ciudad Puerto, además de sentar la base del Instituto Internacional para la Innovación Empresarial (3IE).
"La idea es tener presencia en esta zona de Valparaíso y poder tener más contacto con la comunidad. Aquí podremos hacer eventos y cosas que le sirvan a la comunidad porteña", explica Juan Valenzuela, director de Infraestructura de la USM.
Asimismo, el edificio, que cuenta con cerca de 60 oficinas y amplios salones a lo largo y alto de sus cinco pisos, también será utilizado para realizar un museo sobre la ya cesada Bolsa de Valores: "En el subterráneo del edificio se está pensando hacer un museo, el que todavía se está armando. Hay varias cosas que se quieren mostrar", añade Juan Valenzuela.
"Nuestra intención es que haya una sección donde se muestre la historia del edificio y lo que funcionó acá en la Bolsa durante años. Se está gestionando inversión para ello", señala por su parte Claudio Montenegro, arquitecto que está a cargo de la restauración. Además, sostienen que el museo contará con diversos cuadros y expositores.
La restauración de la centenaria edificación -comenzada en enero de 2021- no ha sido una tarea fácil para el equipo de la USM.
"El edificio estaba bastante descuidado, lo arrendaban con cerca de 40 oficinas", cuenta Juan Valenzuela. "La Bolsa tenía alquiladas sus oficinas en múltiples rubros, con intereses muy distintos, entonces cada uno tomaba decisiones independientes. Había cielos falsos, cornisas en mal estado y redes eléctricas deficientes que se fueron retirando, para volver a hacer aparecer el edificio en las condiciones que siempre tuvo", relata el arquitecto Claudio Montenegro.
En el recinto se han realizado obras como el repintado de paredes, limpieza de cielos, instalación de luminarias led y restauración de candelabros, remodelamiento total de los baños y la instalación de un nuevo ascensor, acorde a las normas que se exigen actualmente, y que convivirá con los dos ascensores clásicos de la ex Bolsa de Valores. Asimismo, contará con un moderno sistema de citofonía, que conectará las más de 50 oficinas del edificio.
Tras 14 meses de obras, estas ya se encuentran casi en un 100% de avance en el plano interno. Para restaurar la fachada, en tanto, están tramitando un proyecto, el que debe ser presentado y aprobado por el Consejo de Monumentos Nacionales.
"Es un edificio que tiene la denominación de inmueble de conservación histórica. Es una construcción distinta a los demás. Requiere otros tiempos, otros especialistas", explica Valenzuela.
"Esto ha significado todo un desafío para nuestra universidad, como también un compromiso con la comunidad, en términos de restaurarlo y volver a darle la dignidad que tenía antes el edificio", cierra Montenegro.