Juan Guillermo Pardo

Nadie sabe cuántas sectas pululan por el mundo y menos lo que ocurre al interior de ellas. Si no hay denuncias siguen causando daño a quienes han caído en sus garras. Conversamos con la hermana María Isabel Silva, integrante de la comunidad católica de Piedra Blanca, sobre el por qué hay personas normales que se integran a este tipo de sectas, contestó: "Arriesgo una respuesta; se trata de personas que han recibido una educación muy rígida, con muchas prohibiciones, muy solos y que por diversas circunstancias han experimentado un quiebre profundo en su personalidad y que han buscado sensaciones sensoriales, físicas, sexuales que poco a poco se han convertido en una adicción que anhela más y más sin freno; si encuentran en las redes sociales un llamado a unirse y compartir sus experiencias, constituyen grupos más peligrosos aún".

-¿Por qué han aumentado tanto estas sectas que tienen una peligrosidad abismante para muchos?

-Se podría decir que en la medida que nos alejamos de Dios se permiten todas estas asociaciones. Incluso se ha dicho que en algunos países de Europa como Holanda se está pensando legalizar la pedofilia como un derecho a entrar en la privacidad de otro que lo admite libremente, sabiendo que para llegar a esos abusos hay todo un proceso de seducción.

Marcadas como Animales

En Estados Unidos hay nuevos movimientos religiosos para todos los gustos, pero nada se asemeja, hasta ahora, con la secta NXIVM. La fiscalía comenzó a investigar a este grupo tras la publicación de un reportaje en el diario The New York Times el año 2017.

Su fundador y líder es Keith Raniere, un hombre que pasaría inadvertido y que no tiene nada de gurú como ha ocurrido con otras siniestras sectas. Fundó la entidad en 1998 y su sede está en la ciudad de Albany, Nueva York. El mensaje con el cual captaban los nuevos prosélitos era simple: "Somos una comunidad guiada por principios humanitarios que busca empoderar a la gente".

Raniere, de 60 años, tenía mujeres esclavas, a quienes se les grababa con sus iniciales con un cauterizador, por lo general en la zona pélvica. Las esclavas de la secta eran obligadas a someterse a ceremonias de marcación, un doloroso ritual que demoraba hasta media hora. Las mujeres se veían forzadas a permanecer completamente desnudas, mientras gritaban y se retorcían de dolor, con testigos que filmaban el ritual. A las víctimas se les dijo que la marca representaba los cuatro elementos, aire, tierra y agua, el cauterizador representaba el fuego.

Muchas de ellas eran jóvenes actrices de Hollywood o ricas herederas. La organización declaró haber captado a más de 16.000 personas en centros repartidos por América del norte y central.

En el mes de agosto se celebraba el cumpleaños de Keith Raniere, era el momento que se reunían los miembros de la comunidad. Llegaban hasta Silver Bay, un balneario del estado de Nueva York, desde diversos lugares de Estados Unidos, Canadá y México. El evento no era gratuito, cada participante debía cancelar dos mil dólares.

Una de las cómplices del líder sectario fue la actriz estadounidense Allison Mack. Ella buscaba nuevas prosélitas y en el juicio, se declaró culpable de cargos de conspiración y crimen organizado. Fue condenada el 2021 a tres años de prisión y luego a tres años de libertad vigilada y el pago de veinte mil dólares. El fundador de la secta se autoproclamaba como la "persona más inteligente y ética del mundo", comparándose con Albert Einstein y Mahatma Gandhi. En el juicio se le declaró culpable de asociación delictiva, conspiración, tráfico sexual y posesión de pornografía infantil, fue condenado a 120 años de cárcel.

En un Rancho de Texas

La Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es una secta separada del mormonismo a principios del siglo XX. Se caracteriza por la práctica de la poligamia con menores. En la localidad de Eldorado, Texas, posee un rancho de 688 hectáreas, construido por Warren Jeffs, quien se considera profeta del movimiento y que se ha casado con 80 mujeres.

En este recinto la policía encontró a más de 400 menores, golpeados y preparados para practicar sexo con mayores de edad. Niñas de unos trece años eran casadas con adultos polígamos y fueron obligadas a tener relaciones sexuales con sus maridos con el propósito de tener hijos.

Los niños que se negaban a las prácticas de la secta se les castigaba, encerrándolos en armarios y los sometían a fuertes tormentos, además no les daban comida. Cuando llegó la policía encontró que varias adolescentes estaban embarazadas o habían dado a luz. A los menores, los miembros de la iglesia les decían que afuera del rancho estaba el demonio que los torturaría.

Warren Jeffs, el líder de la secta, fue condenado a 120 años de cárcel. Allí ha intentado suicidarse y afuera aún algunas de sus esposas lloran su ausencia.

1075 Años de Prisión

Adnan Oktar es un excéntrico telepredicador musulmán turco que ha sido acusado de explotación sexual de menores, agresión sexual, secuestro, chantaje, privación de libertad, calumnia, lavado de dinero, espionaje político y militar, fraude mediante la explotación de sentimientos religiosos.

Los agentes lo arrestaron en uno de sus palacios, que le fue confiscado, junto a un elevado número de armas y vehículos blindados. Además, la policía ha detenido a unas 200 personas sospechosas de tener vínculos con la secta del controvertido religioso.

La detención de Oktar impactó a los turcos porque era conocido por presentar un programa de televisión en su propio canal. En el show aparecía acompañado de jóvenes apuestos y chicas jóvenes, que realizaban bailes provocativos y que el propio líder llamaba "gatitas".

Estas eran sometidas a múltiples operaciones de cirugía estética. Hacía alarde de un machismo exacerbado al describir a las mujeres como "los adornos más bonitos", y defender la cirugía estética como una forma de "mejorar la obra de Dios". En el transcurso del programa el telepredicador realizaba discursos contra el sionismo, la masonería, la teoría de la evolución y negaba el holocausto.

El 11 de enero de 2021 Adnan Oktar fue condenado a 1.075 años de cárcel por cargos de crimen organizado, fraude y explotación sexual, también fueron sentenciados trece seguidores, hombres y mujeres, quienes recibieron un total de 9.800 años de cárcel y una multa que asciende a las 400.000 liras turcas (unos 44.000 euros). Sin embargo, el pasado 15 de marzo de este año, el Tribunal de Apelación de Turquía anuló su veredicto "debido a un enjuiciamiento incompleto y una evaluación errónea", por lo que solicitó un nuevo juicio para todos los acusados.

La conjugación de sexo y fe no son ni nuevos ni inusuales. La historia ha visto el surgimiento, y a menudo el declive, de nuevos movimientos religiosos, muchos de ellos con actitudes sexuales aberrantes.