Matías Rojas, director: "Colonia Dignidad es una herida abierta"
El 31 de este mes se estrena "Un lugar llamado Dignidad", cinta sobre un niño de 12 años que ingresa al cónclave alemán y se transforma en el favorito de Paul Schäfer.
Marcelo Macellari
En 1996, cuando tenía 12 años, el cineasta Matías Rojas Valencia visitó el casino familiar de Bulnes, un restorán que tenía Colonia Dignidad abierto al público. "Estaba con una cámara y le saqué fotos a algunas colonas y colonos, porque me llamó mucho la atención su comportamiento. Nunca se me fue esa imagen de la cabeza, de esa experiencia en ese lugar, con frases escritas en alemán que yo entendía. Ahí nació mi interés y desde que terminé la carrera de cine estaba la idea de adentrarme en este tema desde un punto de vista cinematográfico", cuenta el director de "Un lugar llamado Dignidad", cinta que se estrena el 31 de este mes y cuenta la historia de un niño de 12 años que ingresa al cónclave alemán comandado por Paul Schäfer.
"Aunque se trata de una película de ficción, la mayoría de las escenas se basan en la realidad", asegura Rojas. "Paul Schäfer les decía a los colonos que el diablo entraba en sus cuerpos y ellos le creían. Literalmente sacudían sus cuerpos para expulsarlo, tuvieron que enfrentar castigos brutales, descargas eléctricas, confinamiento solitario durante años e incluso la muerte", agrega.
La cinta se suma a otras producciones sobre un caso que ha captado la atención de cineastas de ficción y documentalistas: el filme "Colonia Dignidad" (2015), del director alemán Florian Gallenberger; la serie "Dignidad" (2019), coproducción de la compañía chilena Invercine&Wood y la alemana Story House Pictures; y la serie documental de Netflix "Colonia Dignidad: Una secta alemana en Chile" (2021).
"Desde que terminé mi primer largometraje, 'Raíz', dije quizás este es el momento de adentrarme en la investigación y fue un proceso súper largo, que partió en 2014. La película la filmamos en 2019 y ahora en 2022 se estrena en salas. Fue un recorrido súper largo, por las condiciones que tiene financiar cine en Chile. El proyecto como tal partió mucho antes que otros proyectos que aparecieron después, pero para nosotros nunca fue un problema porque siempre con el equipo hemos tenido la firme convicción de que las películas conforman distintos puntos de vista y eso ayuda a reflexionar sobre la memoria reciente del país. Además, no creo que el tema se agote", señala el realizador.
La mirada de un niño
Estrenada internacionalmente en el Tallinn Black Nights Film Festival, en Estonia, y a nivel local en agosto del año pasado como parte de la programación del Sanfic, "Un lugar llamado dignidad" gira en torno a Pablo (Salvador Insunza), un niño de 12 años que recibe una beca para asistir a Colonia Dignidad y se transforma en el favorito del jerarca, el "Tío Paul" (Hanns Zischler). Completan el reparto Amalia Kassai, Luis Dubó, Alejandro Goic y Paulina Urrutia.
-Más allá de esa primera impresión siendo adolescente, ¿qué te motivó a llevar al cine una historia inspirada en Colonia Dignidad?
-A mí siempre me ha interesado el tema de la memoria, no solo en términos históricos, sino también personales, emocionales e íntimos. Creo que Colonia Dignidad como tema expresa mucho misterio desde el punto de vista histórico y también íntimo de quienes formaron parte de ese lugar, quienes fueron víctimas y también los victimarios. Es un lugar sobre el cual pese a que existe mucho material, libros, reportajes, documentales y películas, aún no está narrado del todo lo que ocurrió ahí. Yo soy parte de una generación que creció con la noticias sobre Colonia Dignidad, como el escape de Salo Luna y Tobías Müller, y la posterior fuga de Paul Schäfer. Por ende, me provocaba mucho interés lo que ocurría en este lugar y posteriormente las revelaciones sobre este cónclave me hicieron preguntarme cómo pudieron suceder cosas así durante tanto tiempo y que nadie hiciera nada al respecto, revelándose el entramado que permitió que existiera este lugar. Colonia Dignidad es, como me lo dijo uno de los colonos, una herida abierta y una cicatriz permanente de Chile, por eso es importante conocer que ocurrió desde distintas perspectivas.
-¿Por qué decidiste mostrar la historia desde la perspectiva de un niño?
-Para mí era importante contar esta historia desde los ojos de un niño chileno y descubrir, junto a él, lo que realmente sucedía allí. Pablo es un visitante, alguien que ingresa al asentamiento cuando este llevaba más de 30 años operando. La película se diferencia de otras producciones en que no intenta contar la historia de manera cronológica, sino más bien pretende ser una reflexión de lo que pudo haber sido entrar a ese lugar desde el punto de un niño, para que el espectador vaya descubriendo junto con él las cosas que van ocurriendo, expresando sensaciones y atmósferas.
-La película se filmó en locaciones reales de Colonia Dignidad en Villa Baviera. ¿Cómo fue esa experiencia?
-La mayoría de las escenas están filmadas en locaciones de Villa Baviera, algo muy complejo de lograr y que configuró dos cosas. Lo primero es que el equipo de filmación que comprendía actores y técnicos chilenos y alemanes, estuviera siempre permeado por la atmósfera que significa estar en Villa Baviera, que aunque hoy esté convertido en un hotel y la mayoría de los colonos de alguna forma quieren desligarse de ese pasado, eso es imposible. Lo segundo, es que los lugares se mantenían iguales a la época en que transcurría la película.
La Estrella de Valparaíso