La crisis de esta pandemia se suma a periódicas crisis económicas, también globales, que se suman a otras crisis ambientales, políticas y sociales ya de varias décadas. Toda una espiral que podemos denominar decadencia contemporánea, local y global; un dolor crónico anestesiado por un deseo demasiado atractivo y que nos gustó mucho, llamado consumismo y desarrollo económico. Pero ¿acaso no es eso la historia de la humanidad? ¿Al menos desde la invención de la agricultura en adelante, de la invención de las ciudades puertos y los imperios en adelante, de la invención de los bancos y la ciencia en el Renacimiento, y de la tecnología y la clase obrera en la Revolución Industrial en adelante? Puede que sí, que todo esto sea simplemente la historia de siempre, pero lo que hace la diferencia es que ahora es el planeta Tierra y no el hombre el que no aguanta más al hombre. ¿Es este el fin de una época? No lo sabemos aún, pero sí sabemos que en estas crisis los que más sufren son los más vulnerables, que a su vez viven en las ciudades más vulnerables, en los países más vulnerables y en los continentes más vulnerables. En un rincón del tercer mundo, Valparaíso en pijama y pantuflas deambula por el Van Buren buscando morfina.

Óleo sobre tela

2021

58 x 33 cm