Viñamarino en medio de la guerra en Ucrania: "Emociona la entereza, están disponibles para luchar"
Daniel Silva se desplazó desde España a Ucrania junto a un camarógrafo para reportear el conflicto que mantiene en vilo al mundo. "Me iba a casar el 9 de marzo", confesó el exalumno de la UVM. El periodista de Mega contó cómo llegó a instalarse a Leópolis.
Juan Riquelme - desde Barcelona
Daniel Silva es periodista especializado en ciencia y tecnología, pero el aumento de la tensión en Ucrania lo pilló en Barcelona, en donde estaba reporteando -como cada año- el Mobile World Congress, evento global que se realiza en España cada febrero, y que tras dos años de ausencia, volvía de manera presencial al recinto Fira.
En eso estaba cuando el conflicto comenzó a subir en tensión, y fue el momento en que sonó el teléfono. El canal para el que trabaja -Mega- tenía la urgencia de reforzar su cobertura en Ucrania -ya contaban en ese país con la periodista Andrea Arístegui- y el exalumno de la UVM, estaba a pocas horas del lugar: no había mucho que pensar.
Y así, luego de reportear una protesta de ucranianos en la Plaza Cataluña en Barcelona, y haber generado contactos que más tarde le serían útiles, Silva emprendió el viaje. Una decisión sorpresiva que además tuvo un componente inédito: el también exalumno del Colegio Profesor Huguet tiene cita para contraer matrimonio por el civil el 9 de marzo, ceremonia a la que asume, ya no llegará.
Preocupación familiar
En Ucrania Daniel Silva comparte con Jorge Sánchez, desarrollador del área de reportajes de Mega, y con quien estaba en Barcelona cuando emprendieron viaje. Ambos tienen pareja, hijos y entre ambos se dan contención en los días lejos de casa.
"En estas circunstancias uno hace amigos. A Jorge lo conocía de antes, pero acá hay mucha más intensidad. Tenemos que cubrirnos la espalda, puede llegar un misil en cualquier momento, dormimos en la misma habitación, estamos todo el día de pie, pasamos las mismas dificultades, entonces tratamos de acompañarnos emocionalmente, nos entregamos contención", dice Silva.
Actualmente el nacido en Valparaíso, pero criado en Viña del Mar, está en Leópolis, a 80 kilómetros de la frontera entre Polonia y Ucrania, en una ciudad que solo ha recibido un ataque de misil de Rusia, pero donde las alertas de ataque aéreo suenan todo el día. "La gente nos ha dicho por ahora estamos bien, y esto puede cambiar en cualquier minuto".
Vuelve Silva a reflexionar sobre su situación familiar. "Me iba a casar por el civil el 9 de marzo, tengo la ceremonia en abril por la iglesia. Hemos tenido un montón de comprensión en la casa. Mi familia está acostumbrada a que me manden a muchas partes, entienden que yo viajo, pero cuando dije que iba a la guerra, lógicamente hay un cuestionamiento inicial del porqué a ti, pero luego entienden", dice Silva.
Agrega sí, que esto ha ido cambiando conforme el conflicto aumenta en tensión. "Poco a poco van perdiendo la compostura, mis papás no la están pasando bien. Mi mamá está muy preocupada por mí, yo sé que está sufriendo, mi futura esposa está en lo mismo, me pregunta cuánto vuelvo, tenemos una hija, y que nos tenemos que casar, poco a poco crece la angustia", reflexiona Silva.
A la guerra
Para Daniel es la primera vez reporteando una guerra. Ha estado en conflictos sociales -Chile y Ecuador- pero no en uno armado como el que está ahora. "Sentí mucha ansiedad, un poco de temor, enfrentarme a algo desconocido que puede ser peligroso, pero también un nerviosismo y una emoción de participar e informar como periodista una noticia de carácter mundial, fue una mezcla de sensaciones súper intensa", contó a La Estrella desde Ucrania, Daniel Silva.
Para llegar a Leópolis, donde están ahora, Daniel y Jorge viajaron por aire hasta Ámsterdam (Países Bajos), y luego a Cracovia (Polonia). Luego de eso, la intención era arrendar un auto en que moverse a Ucrania, pero no pudieron, no había. "Nos costó mucho tomar una conexión de trenes, porque en Polonia no se habla inglés, menos español, entonces fue complejo llegar", dice. Pese a todo, arribaron a Krakovets (en el límite con Ucrania), y desde ahí se encontraron con colegas del canal con quienes se acercaron a Medyka, en la frontera. "Ahí agarramos las cosas y entramos con mochila, ropa, caminando por la frontera. Cuando entras a Ucrania ya vas a la vida, se acaba la internet, no sabes de nada", cuenta.
Y es ahí, en donde la guerra muestra su rostro más triste. "Vimos mucha gente saliendo, pero también gente que llegaba en auto a dejar a su familia, se separan. Pedimos ayuda, y un hombre sin entender lo que necesitábamos, nos llevó a una estación de servicio y ahí contactamos a un ucraniano (Yura Bilinsky) que conocimos a través de una ucraniana en una de las protestas, esa es la persona que nos ayuda, nos da alojamiento, es espectacular".
Ayer era el cuarto día de Silva en Ucrania y una de las cosas que más le ha impactado, es la desolación de las mamás y los niños que se van sin destino cierto y los hombres se quedan. "Nos ha emocionado la entereza, están disponibles para luchar, pelear, la gente se pone de acuerdo, todos dicen que quieren ser parte de las comunidades civiles. Las fábricas están reconvirtiendo, todo tiene que ver con ayudar a los soldados, están frenando poco a poco la súper potencia militar en Rusia. Al comienzo había miedo, ahora más ganas de actuar", dice el periodista.