Del cáñamo a la marihuana
Chile fue uno de los grandes productores de este producto vegetal en América, pero la aparición del consumo recreativo de su flor terminó con su cultivo legal.
Por Juan Guillermo Prado
Tres días, entre el 10 y 12 de octubre de 1970, duró el Festival de Piedra Roja, realizado en el sector de Los Dominicos. Fue impactante para la época, se difundió que entre quienes estuvieron se consumió droga, especialmente marihuana, y hubo amor libre. Al ritmo de diversas bandas de rock como Los Jaivas, Los Blops y Agua Turbia, emergió una juventud rebelde que no quería tener relación con la contingencia política. El 4 de septiembre se habían realizado las elecciones presidenciales que enfrentaron a Jorge Alessandri, por la derecha, a Salvador Allende por la Unidad Popular y a Radomiro Tomic por la Democracia Cristiana, y aún no se definía quién sería el próximo Presidente de la República.
El festival organizado por jóvenes secundarios, que hoy se denominarían de enseñanza media, trató de ser una imitación del Festival de Woodstock, realizado el año anterior en Estados Unidos.
En Piedra Roja el caos fue total. Drogas, basura, problemas de sonido y hasta delincuencia fueron algunos de los fenómenos que acontecieron allí. Sin embargo, fue el momento en que parte de la juventud manifestó su rebeldía.
Un Descubrimiento Inaudito
Como consecuencia del citado festival, por primera vez las autoridades percibieron que entre los jóvenes se consumían estupefacientes y una semana después del evento, por un decreto del ministerio de Educación, se constituyó una comisión para el estudio del problema originado por el uso de las drogas, en especial de la marihuana. Era una realidad que había pasado desapercibida por las autoridades de la época.
Este acontecimiento, que estremeció a la sociedad de la época, significó que en aquellas zonas donde se cultivaba cáñamo desde los inicios de la Conquista tuvieran que cambiar de cultivos pues se prohibió su sembrado.
Sin embargo, el cáñamo o cannabis sativa, su nombre científico, originario de los montes Himalayas en centro de Asia, durante milenios se sembró sin problemas. Los primeros antecedentes corresponden a siete mil años antes de Cristo.
El cannabis es una especie dioica, lo que significa que puede ser macho, hembra y, a veces, hermafrodita. Se cosecha anual o semestralmente, aprovecha el suelo de manera más eficiente que casi cualquiera otra y alcanza de 4 a 6 metros de altura en un período de tiempo comparativamente muy corto.
Esta planta se adapta a una gran diversidad de climas y terrenos; su cultivo no requiere del uso de químicos, a diferencia del algodón, y su uso es variado.
Se utilizaba en textiles, en el área alimenticia, medicinal e incluso para hacer papel. La Biblia de Gutenberg, publicada en el año 1456, fue impresa en papel de cáñamo debido a su gran durabilidad. Las velas y aparejos de los navíos de Cristóbal Colón, las alpargatas que usaban los marinos o los papeles de la declaración de la independencia de Estados Unidos fueron confeccionados con fibra de este vegetal.
Los jeans de la marca Levi Strauss, que aparecieron durante la época del oro en California, utilizaban por su resistencia tejido de cáñamo para la confección de los pantalones. En el logo de la marca aparecen dos caballos tironeando unos jeans en direcciones contrarias.
Pero, por intereses económicos, en 1937 en Estados Unidos se prohibió el cultivo de la planta, siendo catalogada como una hierba peligrosa.
En estos tiempos el cáñamo ha sido utilizado en la central nuclear de Chernobyl, situada en el norte de Ucrania, por su capacidad de absorber metales pesados tóxicos y de esta manera eliminar contaminantes de los suelos, como el estroncio y el cesio.
En nuestro país se dictaron el Reglamento de Estupefacientes y el Reglamento de Psicotrópicos, ambos del año 1983, que prohibieron, entre otros, la importación, exportación, tránsito, extracción, producción, expendio, posesión y tenencia de cannabis y sus derivados.
Un decreto supremo del año 2015 modificó los preceptos mencionados con el objeto de facilitar el acceso a tratamientos y medicamentos derivados de este vegetal.
En el Valle de Aconcagua
Sobre el origen de la prohibición del cultivo de este producto conversamos con el historiador Hugo Quilodrán Jiménez, quien es presidente de la Fundación Ispakul Quillota y miembro de número de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile.
"Recién en la década de 1970, por lo menos los agricultores de Hijuelas comenzaron a ser advertidos del cuidado que debían tener con las flores del cáñamo, que se transforma en cogollo y donde se almacena la semilla. Ellos inocentemente las guardaban en sacos para el próximo periodo", relata.
-¿Qué importancia tuvo el cáñamo en las exportaciones chilenas a través de la historia?
-El cáñamo lo trajeron los españoles, ya que era una necesidad vital su uso en las cuerdas, cordeles, cabos, sogas, bozas, jarcias, espías, bramantes, maromas, amarras, guitas, drizas, escotas, cargaderas, amuras, rizos, hilo de acarreto e hilo de vela, lonas y velas en sus naves veleras. De hecho la fundación de Quillota, en 1717, se asocia a una fábrica de aparejos para la navegación a vela.
-¿Qué zonas fueron las más productivas?
-Todo el curso del río Aconcagua fue muy utilizado en este cultivo, por una simple razón. En la obtención de la fibra se usaba un método que consistía en lograr la pudrición de la corteza de la planta que alcanzaba los tres metros de altura. Después de permanecer un par de días bajo el agua, los hatos de varillas de cáñamo se maceraban y la fibra se separaba el tasco. Similar a lo que hacen los artesanos del mimbre. Entonces desde los Andes, en el curso superior del Aconcagua, hasta Quillota, fue cultivado en las grandes haciendas y fundos que por falta de agua sobrevivieron hasta 1930. El fin de la gloriosa época de las naves veleras coincide con la extinción de las grandes haciendas y fundos del Chile Chico. En el ámbito marítimo se introdujo una fibra natural más económico llamada manila y luego definitivamente las jarcias sintéticas. Desde entonces vimos la decadencia del cáñamo. Con los dineros obtenidos con la venta de la hacienda El Melón, se construyó la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Otro buen ejemplo es el palacio de la hacienda de Quilpué, ubicada en San Felipe, que demuestra lo ostentosas que eran las propiedades cañameras.
-¿Existen plantaciones legales de cáñamo en nuestro territorio?
-En la V Región Costa pareciera que no. Desde el 2014 es factible realizar una plantación legal, siguiendo todos los protocolos. El 2017 se realizaron ocho solicitudes al Servicio Agrícola y Ganadero y solo se aceptaron dos.
Así fue como el cáñamo ha desaparecido de nuestros campos. Una situación paradojal pues durante la colonia y el siglo XIX, Chile fue uno de los principales exportadores de cáñamo del hemisferio sur, llegando a contar con más de 20.000 hectáreas plantadas en el país.