"Valparaíso para principiantes y moribundos" por Gonzalo Ilabaca Página XXVIII
La bohemia porteña fue una fiesta popular, multicultural y multifacética supeditada al comercio y ligada también al libertinaje y el contrabando, la sal y agua de todo puerto. La bohemia en sí misma era música y, por lo tanto, ese fue el único arte que se reflejó y animó la fiesta, donde la orquesta Huambaly, el Negro Farías, la cueca porteña y otros dejaron para la posteridad su legado.
Pero sorprende el poco material artístico en otras artes que ella produjo desde adentro. Después de la Segunda Guerra Mundial, en otras partes del mundo también se vivieron largas fiestas pero, a diferencia de Valparaíso, sí dejaron obras icónicas que reflejaron la época desde adentro, especialmente en la literatura, el cine, la música y la pintura.
El documental "A Valparaíso" de Joris Ivens (1963) y la película "Valparaíso mi amor" de Aldo Francia (1969) son cintas que reflejan con maestría el Valparaíso de la época y aunque sí se introducen en el tema de la bohemia, lo hacen de manera tangencial y paralela. Si no fuera por la figura solitaria de Sergio Larraín, el fotógrafo universal que sí vio las luces del burdel y dejó impresa para el futuro la tarea que otros no hicieron, la bohemia porteña sería hoy una fiesta sin imágenes, sin belleza.
Óleo sobre tela
2021
58 x 33 cm