"La longitud de esta sequía ha resultado en un agotamiento de nuestras reservas hídricas"
Académico e investigador de la PUCV explica el impacto de la falta de precipitaciones en la zona y apunta algunos cursos de acción. Esto en medio el último reporte hídrico de Esval, que refleja el impacto de la megasequía en los embalses de la región.
Francisca Palma / Redacción - La Estrella de Valparaíso
Para nadie es un misterio que una megasequía azota desde hace varios años a nuestra región.
Recientemente, el reporte de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU advirtió sobre la desertificación de las regiones Metropolitana y de Valparaíso debido a la sequía y advirtió que los eventos de sequía aumentarán exponencialmente en los próximos años en la zona central del país, con los consecuentes efectos sobre temperatura, humedad, ciclo del agua, etcétera.
En ese contexto, el último reporte hídrico emitido por Esval, refleja en toda su extensión la magnitud del problema.
De acuerdo a la información entregada por la sanitaria, el déficit de más del 75% de agua caída y de casi el 100% en nieve acumulada durante 2021, mantiene los embalses de agua de la zona en punto muerto.
El ejemplo más dramático es el del embalse Peñuelas, que hasta hace unos años era la principal reserva de agua para el Gran Valparaíso y hoy está prácticamente seco, reducido a una pequeña laguna.
Su volumen alcanza apenas 170.000 metros cúbicos (con una capacidad total de 95 millones), lo que representa un 0,2% de acumulación.
"Hace solo unos días, un informe de la ONU daba cuenta de que la desertificación está avanzando con rapidez hacia la Región de Valparaíso. Estamos enfrentando la peor sequía de nuestra historia, con un déficit hídrico que se extiende por más de trece años, y el invierno pasado apenas llovió tres días. Esta compleja situación ha impactado en el volumen de agua embalsada, en especial en aquellos acuíferos que no tienen ríos o canales aportantes, como el caso de Peñuelas", dijo el gerente regional de Esval, Alejandro Salas.
El ejecutivo agregó que "gracias al esfuerzo de nuestro equipo, además de las autoridades, regantes y agricultores, en obras de seguridad hídrica como la conducción reversible Los Aromos-Concón, en la que invertimos más de $28.000 millones, podemos respaldar el consumo humano para toda nuestra zona por la presente temporada. Seguimos trabajando en proyectos para robustecer nuestras fuentes y sistemas productivos, no obstante, el escenario sigue siendo muy delicado y necesitamos de la colaboración de todos para enfrentar esta crítica sequía".
Asimismo, Salas reiteró el llamado a la comunidad al uso racional del recurso hídrico. "Todas las proyecciones indican que el próximo invierno debería mantenerse la tendencia de los últimos años, con escasas precipitaciones. Por ello, necesitamos cuidar el agua y utilizarla en forma responsable y moderada, sobre todo en este periodo estival, ya que no nos sobra una sola gota".
Los Aromos y Tranque La Luz
La recarga del embalse Los Aromos a través de la conducción reversible ejecutada por Esval permitió superar la meta de 22 millones de metros cúbicos en noviembre pasado. Gracias a ello, esta reserva se mantiene con un 46% de acumulación (sobre 16 millones de metros cúbicos), garantizando el suministro para más de un millón de habitantes del Gran Valparaíso, el Litoral Norte y La Ligua.
En el caso del Tranque La Luz -que permite abastecer a más de 15 mil hogares de Placilla y Curauma-, su volumen alcanza el 61% (poco más de 3,3 millones de metros cúbicos).
Agotamiento
Para el experto en el área, Ariel Muñoz, investigador en Ciencias Ambientales y profesor del Instituto de Geografía de la PUCV, el análisis es claro: "La sequía que estamos enfrentando es una sequía inusual, nunca hemos experimentado algo parecido como sociedad, sobre todo, en Chile central".
De esta manera, para el profesional el panorama actual se basa en la sequía y en la escasez hídrica. Por otro lado, propone ciertas ideas que se podrían aplicar para enfrentar el complejo contexto.
"La longitud de esta sequía ha resultado en un agotamiento de nuestras reservas hídricas, tanto las estratégicas, como las que provienen de nieve y glaciares y también de nuestras reservas de almacenamiento de agua, como lo son los embalses. En general, la sequía ha develado los problemas estructurales que tenemos de distribución de agua y hay una serie de usuarios que no han podido ni siquiera hacer uso de sus derechos. Tenemos sequía, es decir, falta de lluvia, principalmente y además, escasez, que es cuando no tenemos agua suficiente", precisa el experto.
En cuanto a las recomendaciones, el académico apunta a la tecnología, como también a restaurar la propia naturaleza.
"Lo que han hecho las sanitarias, de invertir en tecnología, es el camino, no obstante, estamos dejando de lado aquellas soluciones que están basadas en la naturaleza: hemos perdido la capacidad natural de generar condiciones que resguarden el régimen hídrico. Hemos reemplazado los matorrales, los bosques, por lo que nos vamos volviendo un paisaje más seco, más árido. Debemos recargar acuíferos, restaurar el bosque nativo, el paisaje, para que seamos menos vulnerables a sequías prolongadas", subraya.
"Debemos apuntar a soluciones domésticas para el futuro: pensar en que podemos reutilizar el agua, haciendo sistemas más pequeños, locales, vecinales e incluso a nivel familiar", agrega el experto.
100% es el déficit de nieve acumulada en la zona. En agua caída, alcanza el 75%.