Marcelo Macellari - "La Estrella de Valparaíso

"La actriz entrega una verdadera master class teatral y se saca literalmente los zapatos en escena". Así describió el crítico teatral Mario Valle en su columna de El Mercurio la performance de Gabriela Hernández en "Molly Bloom", pieza que se inspira en el último capítulo de la novela "Ulises" de James Joyce y que fue parte de última versión de Santiago a Mil.

Tras ese vanguardista monólogo, la actriz retomó su papel en la exitosa comedia "Viejas de mierda", que la traerá de vuelta el 9 de febrero a Viña del Mar, con dos funciones en el Enjoy (18.30 y 21.00 horas).

Sobre el hecho de combinar el llamado "teatro serio" y la comedia, Gabriela Hernández comenta que "durante toda mi carrera he hecho lo mismo, mezclando el humor con obras de Radrigán o Marco Antonio de la Parra. Yo he hecho cosas en 'Morandé con compañía' y me he divertido un montón, porque también admiraba la capacidad de hacer reír que tenía ese elenco. Es difícil hacer comedia y yo opino que si me dan un drama impactante como 'Molly Bloom', yo feliz, lo mismo cuando me ofrecen algo relacionado con humor. Hice hasta cabaret cuando era joven. Para mí todo lo que sea estar arriba de un escenario es válido. No tengo prejuicios, solo contra el arribismo y la gente corrupta".

Desde su estreno en octubre de 2018, la obra que coprotagoniza con Gloria Münchmeyer y Gloria Benavides se transformó en uno de los montajes más vistos a nivel nacional, pero debió suspender sus funciones debido a las restricciones de la pandemia. Ahora las actrices están de vuelta desde diciembre pasado con las hilarantes historias de estas tres amigas de la tercera edad que reflexionan sobre sus amores, los hijos, la sexualidad y la vejez.

"El regreso con funciones presenciales -comenta la actriz- ha sido fantástico, porque el teatro en vivo y no por Zoom, que fue una herramienta muy útil y democratizó mucho el acceso al teatro llegando a lugares donde no había salas, es una alegría inmensa, tanto para el público como para nosotras.

Las funciones de "Viejas de mierda" en Viña del Mar son con aforo reducido, exigencia de pase de movilidad habilitado y uso de mascarilla en todo momento. Entradas a la venta en PuntoTicket.

-¿A qué atribuye el éxito de "Viejas de mierda"?

-Es un espectáculo simpático, divertido, bien escrito, bien dirigido y bien actuado. Entonces la alegría es mutua, para el público y para nosotras. Se trata de tres mujeres de clase media alta que han tenido una vida bastante convencional y hasta latera, dándose cuenta a través de sus conversaciones que han vivido una existencia supeditada a sus maridos y a sus hijos. Sin embargo, en un momento se rebelan contra eso, porque nunca es tarde para despertar al feminismo.

-¿Cree usted que las mujeres se sienten identificadas con lo que pasa arriba del escenario?

-Muchísimo y también los hombres disfrutan de la obra, porque nos reímos de ellos, aunque en forma cariñosa, y hablamos de que las mujeres no queremos más someternos a los maridos y ser unas geishas.

-¿Hay complicidad entre las tres protagonistas?

-Nos hemos hecho amigas. Llevamos dos años juntas y nos conocemos las cosas buenas y las pequeñas mañas de cada una, que no son muchas. Nos llevamos bien y arriba del escenario ellas son unas comediantas estupendas. Las tres salimos felices de las funciones y cuando el público está bueno, que es el 99% de las veces, lo pasamos bien arriba del escenario y en los camarines también. Es precioso estar con ellas haciendo de nuevo en forma presencial este texto de Rodrigo Bastidas y Magdalena Max Neef.

Lejos de la tv

-¿En su carrera en televisión hay un antes y un después de "Pituca sin lucas", por el nivel de popularidad?

-Sí, absolutamente, aunque ya se me acabó esa ola y no tengo idea por qué. La verdad es que no le encuentro explicación. Es más difícil para las actrices, porque los actores siguen en pantalla, aunque sean mayores.

-¿Será por el hecho de dejar Mega e irse a CHV a animar "Viva la pipol"?

-Eso puede haber sido. En todo caso, las teleseries no son lo que eran antes, aunque hay algunas muy buenas, como 'Demente', la anterior nocturna de Mega. Los sueldos han bajado mucho, aunque el mío no fue nunca alto y me lo querían bajar de nuevo, así que en un momento decidí aceptar la oferta de Chilevisión, pero al aparecer me pasó la cuenta. Ojalá me llamen de nuevo, aunque sea un papel pequeño. En todo caso, estoy feliz, porque la teleserie también te consume mucho la vida. Hay teleseries entretenidas, pero también algunas en que te sientes perdiendo el tiempo y que estás solo por el dinero.