¿Estamos en medio del apocalipsis?
Durante varias crisis en la historia de la humanidad muchos se preguntaron si atravesaban por aquello que anticipa el libro de la Biblia. En medio de la pandemia hoy muchos reflexionan lo mismo.
Juan Guillermo Prado
Los cuatro jinetes del Apocalipsis se describen en el capítulo 6 de este libro, versos 1-8. Los cuatro jinetes son descripciones simbólicas de diferentes eventos que tendrán lugar al final de los tiempos. El primer jinete es mencionado en Apocalipsis 6:2: "Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer". Este primer jinete parece referirse al anticristo, a quien le será dada autoridad y conquistará a todos los que se opongan a él. El anticristo es el falso imitador del verdadero Cristo, quien también regresará en un caballo blanco (Apocalipsis 19:11-16).
El segundo jinete se describe en Apocalipsis 6:4: "Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada". El segundo jinete se refiere a una terrible guerra que ocurrirá al final de los tiempos.
El tercer jinete es descrito en Apocalipsis 6:5-6: "… he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino". El tercer jinete del Apocalipsis se refiere a una gran hambruna que tendrá lugar, probablemente como resultado de las guerras producidas por el segundo jinete.
El cuarto jinete es mencionado en Apocalipsis 6:8. "Miré, y he aquí un caballo amarillo y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra". El cuarto jinete es el símbolo de la muerte y devastación. Parece ser una combinación de los jinetes anteriores. El cuarto jinete traerá más guerra y terribles hambrunas junto con terribles plagas y enfermedades. Lo que es más asombroso, o quizá terrorífico, es que los cuatro jinetes del Apocalipsis solo son "precursores" de juicios aún peores que ocurrirán posteriormente en la Tribulación (Apocalipsis capítulos 8-9 y 16).
¿apocalipsis ahora?
Ante la crisis del COVID 19, mucho se ha dicho de la Biblia, de las profecías y del cristianismo.
Agarremos "el toro por los cuernos" y veamos qué podemos sacar en claro desde una visión histórico- crítica de Teología Bíblica, sobre este tema: repetimos: "agarremos el toro por los cuernos".
Siempre que sucede una crisis aguda en el campo político, económico y social, la gente se lanza a la "interpretación o reinterpretación" de profecías o lo que se consideran profecías, para valorar el futuro. Por ejemplo, este tema de los jinetes del Apocalipsis, fue interpretado por Martín Lutero conforme a su época, ligado a la derrota de los turcos; también fue muy popular durante la I Guerra Mundial: guerra, sangre, hambre, peste, casi siempre vienen juntas.
Como muestra, en el momento presente, hay gente que dice que el COVID-19, es parte de los "jinetes del Apocalipsis". Analicemos el texto, para de una buena vez, saber de qué habla la Biblia en este pasaje.
Para iniciar, comencemos con una breve introducción sobre el Apocalipsis como libro y de la apocalíptica, como género literario:
Conforme a los teólogos Nekane Adrien y Xabier Etxeberria, si uno lee de repente el último libro del Nuevo Testamento, es decir, el Apocalipsis, lo encontrará extraño: extraño en su estilo y extraño en su lógica.
El libro del Apocalipsis, está escrito en un género literario: el apocalíptico, que hoy nos resulta extraño, pero en la tradición bíblica, fue bastante común. Este género, fue anunciado en el libro de Ezequiel y claramente mostrado en el libro de Daniel (Ambos del Antiguo Testamento), ellos dan origen a una abundante producción literaria, que se prolongará hasta comienzos de la era cristiana, aunque en términos de libros, solo se reconozcan en la Biblia, el de Daniel y el Apocalipsis.
Esto no quiere decir que en la Biblia no haya pasajes marcados por el género apocalíptico. Solo citamos como ejemplos:
• Isaías capítulos del 24 al 27 (por cierto que hablando de la cuarentena producida por el coronavirus, se dice que en Isaías 26: 20, ésta se encuentra allí profetizada, cosa absurda a la luz (O las luces) de Teología (Teologías) seria (Serias))
• Mateo 24 - 25 que se conoce por muchas comunidades de fe cristianas como: "el sermón escatológico (Referido al final de los tiempos) de Cristo".
Con esto claro, cabe la pregunta: ¿Cómo es el género apocalíptico?:
A) La palabra "apocalipsis" significa "develar". El autor apocalíptico escribe en tiempos de crisis agudas para la comunidad a la que pertenece, y con su obra pretende desvelar el final de esa historia crítica en que vive. Lo que supone, por un lado, una visión pesimista del presente, que se considera dominado por el mal, y, por otro, una visión optimista del futuro en el que se realizará (Ese es el objetivo de la revelación), la salvación de Dios.
B) Este desvelamiento lo hace con un estilo peculiar. El autor apocalíptico es un "vidente", alguien que transmite su mensaje a través de la descripción de sus visiones y que, por tanto, usa la palabra al servicio de la imagen. Pero, además, describe sus visiones, que se convierten en símbolos, con un material estilístico original: construcciones míticas, cifras misteriosas, apariciones, cataclismos cósmicos.
C) El Apocalipsis del Nuevo Testamento participa de todas las características descritas, pero también presenta diferencias, por ejemplo:
1) Para los especialistas que defienden que fue el Apóstol Juan el autor del libro, evidentemente, éste no utiliza seudónimo, eso sí, desde una perspectiva histórico -crítica, hoy se sabe que nos es así, la hipótesis es que el autor, pudo haber sido un discípulo de su escuela o corriente teológica.
2) Al contrario, hace una directa descripción de su situación histórica.
3) Es también profético, ofrece aplicaciones para el presente.
4) Al ser cristiano, no habla de salvación futura, tiene muy presente la centralidad de Cristo que, con su resurrección, ha inaugurado ya el mundo nuevo.
Hablemos ahora algunas cosas del contexto histórico en el que surge el libro: los cristianos se habían difundido con gran rapidez en el Imperio, el primer enfrentamiento del cristianismo, es con el judaísmo del siglo I, quizás por ello, sus diferencias con el imperio no ocupan un punto central. Es más, si uno observa solo para poner un ejemplo, la Pasión según San Juan, se dará cuenta que hay hasta un tono de condescendencia con el Imperio (Pilato trata de no condenar a Jesús, los judíos quieren que sea reo de muerte).
Pero vendrá la persecución liderada por Nerón (Algunos especialistas, dicen que en ese momento se redactó algo del Apocalipsis), pero esa persecución fue muy centralizada en Roma. La divinización imperial, era aún difusa.
La persecución siguiente, bajo Domiciano (81 - 96), fue más frontal. Se dio en todo el Imperio, impactando las comunidades de Asia Menor, la divinización del Estado era evidente: dado que el emperador era "dios", parte del ser ciudadano del imperio, era reconocer esa deidad y rendirle culto. El choque con el cristianismo es inevitable: solo Jesús es Dios, solo a él se le puede rendir culto. Este es el momento en el que aparece el Apocalipsis. El texto es beligerante, pero no violento contra el Imperio. La ubicación temporal de la aparición del libro, se hace entre los años 90 y el 95.
Para terminar esta breve introducción, digamos algo sobre el contenido del libro: éste va dirigido a las iglesias de Asia Menor, que están en situación crítica por la persecución. Históricamente, el libro de lo que habla es del enfrentamiento entre el Imperio Romano (La bestia feroz), cuya capital es Roma (Babilonia, la gran prostituta) y la Iglesia, ya llena de mártires.
Ahora, ya lo hemos dicho: El autor apocalíptico escribe en tiempos de crisis agudas para la comunidad a la que pertenece y con su obra pretende desvelar el final de esa historia crítica en que vive. Si se quiere mirar "espiritualmente", el Apocalipsis habla del enfrentamiento del mal (Concretado en Satanás), que tiene entre su instrumental, el poder de este mundo (El imperio Romano, es solo una de sus concreciones) y Dios, que vencerá por medio de Cristo (En la figura del "Cordero inmolado, pero de pie")
Este punto es importante: el cordero (Cristo), es gentil, compasivo, amoroso, bondadoso, mientras que la bestia que se presenta en el libro es: salvaje, hostil, cruel y destructiva; véase que la figura principal de Cristo en el Apocalipsis es el "Cordero inmolado": el que sufre inocentemente, para expiar nuestros pecados.
En ese enfrentamiento, van apareciendo una serie de plagas: el choque entre el Imperio y el Cristianismo, va a conducir hacia la ruina, pero Dios tiene un plan salvador del cual son parte los "siete sellos". Véase que nosotros, en este trabajo, vamos a hablar de los primeros cuatro, es decir no se debe perder de vista, que ellos son parte de ese plan: Dios tiene el control completo de las trágicas consecuencias del pecado en la historia y las usa para cumplir sus propósitos. A través de ese plan, se va desarrollando el proyecto salvador de Cristo, cuyo punto final, es el vencer al último enemigo: la muerte.
Una vez hecho esto, llega la Nueva Jerusalén, que es lo opuesto a lo que fue Babilonia, como el Imperio Romano y todas las otras Babilonias (Todos los sistemas de dominación de la historia, donde pondera el egoísmo y la opresión), la Nueva Jerusalén, es el hogar de Dios entre la humanidad. Es el anuncio del triunfo final de Cristo, es la llamada a la fidelidad y la esperanza (De esto trata el Apocalipsis, más que de catástrofes): "¡Ven Señor Jesús!".
Busque su Biblia y lea: Apocalipsis capítulo 6, versículos del 1 al 8 "Los cuatro primeros sellos".
"Si se habla de caballos y jinetes: ¿Habrá animales en el cielo?"