Priscilla Barrera Ll.

Más de 6 meses privado de libertad estuvo un joven de 26 años de edad que en abril de 2020 fue acusado por un robo con violencia e intimidación ocurrido en la comuna de Quilpué y en el que el oriundo de Limache no tuvo participación alguna.

Así lo determinó el Tribunal Oral en Lo Penal de Viña del Mar que resolvió absolver de todos los cargos al condenado que pasó 6 meses y 5 días en el Complejo Penitenciario de Valparaíso.

La Defensoría Regional Valparaíso postulará el caso al Comité Editorial del Proyecto Inocentes de la Defensoría Penal Pública. Así lo dio a conocer el defensor regional, Claudio Pérez, quien destacó la labor del defensor Camilo Rore.

"Siempre creyó en su representado y familia. Se mantuvo constante y firme para luchar y demostrar su inocencia, lo que permitió primero que se alzara la prisión preventiva y después que fuese absuelto", comentó el defensor regional.

Agregó que "pese a que la historia tuvo un final feliz, es extremadamente injusta. Demuestra cómo una mala investigación puede generar daños permanentes e irreparables para las personas y su grupo familiar".

Sostuvo que "desde el inicio, la defensa planteó que había una fatal coincidencia de semejanzas de vestimentas, error policial en la detención y una investigación unidireccional".

Según el parte policial, el 24 de abril de 2020, a las 11.30 horas, mientras la víctima fue en su vehículo hasta un local de venta de áridos, al descender para registrar en su teléfono los números del negocio que estaba cerrado, llegó el detenido, acompañado de dos personas, hasta ahora no individualizados, quienes se acercaron con la intención de sustraerle especies. La víctima habría sido intimidada con un revólver para quitarle la billetera que tenía 86 mil pesos y el celular, tras lo cual huyeron a bordo de su vehículo con el que, a la altura del cementerio de Villa Alemana, volcaron.

El defensor penal público Camilo Rore recordó que ese día, su representado, a las 12.05 horas, estaba con sus padres visitando a una amiga en Villa Alemana, cuando fue detenido por carabineros por vestir un pantalón gris y zapatillas rojas.

"La detención es producto de un procedimiento en Quilpué a las 11.30 horas, momento en que alguien sufrió el robo de su automóvil por parte de tres personas, a quienes no les vio el rostro. Únicamente señaló como características de uno que vestía pantalón gris y zapatillas rojas".

El Tribunal Oral de Viña estableció que "se ha estimado que el Ministerio Público no logró acreditar el hecho punible y menos aún la participación que en el delito de robo con violencia e intimidación que se atribuyó al acusado y nadie puede ser condenado por delito sino cuando el Tribunal que lo juzgare adquiriere, más allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y que en él hubiere correspondido al acusado una participación culpable y penada por la ley". Agrega que "el Tribunal no ha alcanzado tal convicción, existiendo dudas basadas en la razón, que emanan precisamente de la debilidades de la evidencia de cargo que se han anotado, falta de certeza que representa la imposibilidad del Estado de derribar la presunción de inocencia que ampara al acusado, motivo por el cual ha de dictarse sentencia absolutoria en su favor, acogiendo de esta manera la petición de su defensa".

Tras ser ampliada su detención el miércoles 5 de enero, ayer se realizó la audiencia de formalización en contra del único imputado por el asesinato de Claudia Ortiz Lobo, de 55 años, cuyo deceso se registró la mañana del primer día de este 2022 en la comuna de Papudo. En la instancia, el sujeto de 21 años -identificado como C.A.Z.M.- fue formalizado por el delito de robo con homicidio.

En relación a las circunstancias que habrían rodeado la comisión del crimen la mañana del 1 de enero, se dio a conocer que el imputado habría llegado caminando alrededor de las 10.21 horas de ese día hasta la intersección de las calles Serrano con Cochrane, lugar donde se sitúa la vivienda de Ortiz Lobo. Allí habría forcejeado por varios minutos el portón hasta que logró ingresar cerca de las 10.40 horas, sin que la víctima notara su presencia y con el objetivo de sustraer especies de valor.

Ya en el interior, donde incluso se preparó un sándwich de queso, según lo expuesto por el fiscal José Ramírez, se dirigió hasta un dormitorio donde "sorprende a la víctima (...) a quien ataca con un objeto cortopunzante, causándole al menos 55 heridas cortopenetrantes en cuello y tórax, de las que tres de ellas serían cortopenetrantes cardíacas y lesión de los grandes vasos del lado izquierdo del cuello". A causa de ese brutal ataque la mujer falleció por una anemia aguda y cayó en el suelo, a un costado de su cama, tras lo cual el imputado la habría desnudado y trasladado hasta un baño para dejarla caer sobre el inodoro, artefacto que incluso se quebró por la fuerza ejercida.

El sujeto habría limpiado con una toalla y un paño las manchas de sangre esparcidas en distintos puntos de la casa e intentado robar el automóvil de la víctima, el que se encontraba en el patio. Al encenderse las luces de emergencia del vehículo, desistió y abandonó el domicilio antes de las 13.35 horas.

Durante la formalización, el defensor penal público, Juan Zepeda, cuestionó la participación del imputado en el crimen ya que -según expuso- por los relatos de testigos y las imágenes de cámaras de seguridad del sector, no sería posible hacer un reconocimiento facial. Asimismo, pidió al tribunal que fuera sometido a un examen psiquiátrico, pero lo anterior fue denegado por el magistrado Nelson Fernández.

En el 2019, tal como adelantó La Estrella en la jornada previa a esta audiencia, en el contexto de una causa por homicidio frustrado, el sujeto fue derivado hasta el Hospital Psiquiátrico Dr. Phillippe Pinel de Putaendo. Allí estuvo internado por un cuadro de policonsumo y el informe emanado desde el recinto no arrojó que sea inimputable.

1 sándwich con queso se hizo el imputado antes de cometer su sangriento crimen.