Abuso de poder
Nos encontrábamos con ánimo de festejar al presidente electo en el centro de nuestra ciudad, Valparaíso. Nos dimos un par de vueltas pero no encontramos lugar para estacionar, de pronto y circulando por la calle Carrera vimos un lugar que al parecer pertenece a la 2da Comisaría. Cerca había un furgón de Carabineros con 4 funcionarios dispuestos fuera del vehículo, circunstancia que aprovechamos para preguntar en tono muy cordial y educado si podíamos estacionar allí. La respuesta no se hizo esperar, pues un funcionario vestido con protección especial se abalanzó sobre nosotros para pedir de muy mala forma la licencia de conducir a mi madre. Cabe mencionar que ella tiene 74 años y junto a ella iba mi tía que tiene 70 años; los otros ocupantes del vehículo eran una amiga, mi hijo menor de edad y quien suscribe, 5 ciudadanos comunes y corrientes y sin antecedentes de ningún tipo.
El carabinero apoyó ambas manos sobre el parabrisas impidiendo que avanzáramos y nos hizo bajar a gritos. Esta actuación nos puso a todos muy nerviosos, y molestos, pues no se entendía la razón de los malos tratos, la falta de educación y la discriminación del funcionario hacia 4 mujeres y un niño. Acudimos, luego de estacionar el vehículo en otra zona, a poner un reclamo en la comisaría correspondiente, pero igualmente fuimos tratados con poco respeto y prácticamente expulsadas del establecimiento. Después de un rato transcurrido nos cursaron una multa por ruidos molestos (uso de bocina en lugar no apropiado). Esta sanción obviamente está fuera de lugar pues recuerdo que ese día todo Valparaíso se encontraba festejando y todos los vehículos usando sus bocinas.
Quiero dejar en evidencia que el nombre del funcionario que produjo este incidente es el Sargento Primero Díaz, y el carabinero a cargo ese día es el Suboficial Salas; ambos funcionarios, a mí parecer, merecen una sanción por trato discriminatorio, misoginia y abuso de poder.
Claudia Romero C.