130 años de una guerra fratricida
Concón y Placilla fueron los escenarios de cruentas batallas en el transcurso de la Guerra Civil que depuso al Presidente José Manuel Balmaceda.
Por Juan Guillermo Prado O.
En 1891 nuestro país padeció la guerra civil más cruenta que hemos vivido. Ese año se enfrentaron las fuerzas gobiernistas que obedecían al Presidente José Manuel Balmaceda y las tropas opositoras que representaban al Congreso Nacional.
Todo se inició con un clima enrarecido por la intervención electoral del Ejecutivo; conflictos con la Iglesia, representada por el Partido Conservador, y las tensiones políticas entre el Ejecutivo y el Congreso Nacional que se negó a aprobar las leyes periódicas que fijaban las fuerzas de mar y tierra así como la Ley de Presupuesto de gastos públicos para el año 1891.
José Manuel Balmaceda reaccionó estableciendo por decreto las mismas leyes sobre la materia aprobadas el año anterior. Esto significó una crisis institucional. El Congreso Nacional declaró al Presidente fuera de la ley y Balmaceda ordenó la clausura del Poder Legislativo.
Con el objeto de defender la Constitución y las leyes se rebeló gran parte de la Armada y un sector del Ejército, asumiendo el mando el capitán de navío Jorge Montt Álvarez. Para que el movimiento de los rebeldes no fuera considerado como un golpe de Estado, los marinos exigieron la presencia de los Presidentes de ambas Cámaras. Asistieron Ramón Barros Luco, Presidente de la Cámara de Diputados, y Waldo Silva, Vicepresidente del Senado.
El 6 de enero de 1891 ambos parlamentarios entregaron a Jorge Montt el acta de deposición del Presidente Balmaceda, firmada por numerosos congresistas, señalando que "está absolutamente imposibilitado para continuar en el ejercicio de su cargo y en consecuencia que cesa en él desde este día y que están igualmente imposibilitados para reemplazarlo en ese cargo sus Ministros del Despacho y los Consejeros de Estado, que han sido sus cómplices en los atentados contra el orden constitucional y en consecuencia designamos al señor don Jorge Montt para que coadyuve a la acción riel Congreso, a fin de restablecer el imperio de la Constitución". Vicente Reyes, presidente del Senado, siendo partidario del Congreso, no firmó el acta de deposición del presidente Balmaceda.
Al día siguiente la escuadra se sublevó y se dirigió al puerto de Iquique y el 11 de febrero de 1891, Balmaceda ordenó la inmediata clausura del Congreso Nacional. Comenzaba así una guerra civil, que duraría seis meses y costaría miles de vidas. El 12 de abril se constituyó en Iquique la Junta de Gobierno, presidida por el capitán de navío Jorge Montt e integrada por Waldo Silva y Ramón Barros Luco como vocales.
Sobre el tema consultamos al historiador Guillermo Parvex, autor de libros como "Un veterano de tres guerras" o "El rey del salitre que derrotó a Balmaceda", ¿qué actos ilegales cometió durante su mandato José Manuel Balmaceda? Nos responde: "Tratando de ser lo más imparcial posible, estimo que el único acto ilegal que cometió Balmaceda durante su mandato fue el de renovar al presupuesto anual de la nación para el año 1891, luego que el Congreso no aprobara las Leyes Periódicas, que contemplaban la ley anual presupuestaria del Estado, que era prerrogativa exclusiva del poder legislativo. Creo que conscientemente cayó en la trampa que urdieron sus adversarios, que esperaban esta acción, para declarar la ilegalidad de su mandato".
-¿En aquel tiempo qué causó más mortandad las pestes, como el cólera o la viruela, o la guerra civil?
-Balmaceda, durante su administración, debió enfrentar una trágica peste de cólera, que según las estadísticas más conservadoras dejó sobre 29 mil muertos entre 1886 y 1888. Durante el transcurso de la guerra civil fallecieron en combate o enfrentamientos diversos sobre 4 mil 500, entre balmacedistas y congresistas. Hay que tener en cuenta que los partes de batalla solamente entregaban la cifra de muertos en el campo, pero en los días y semanas posteriores fallecieron sobre los dos mil heridos, lo que lleva a una cifra total, muy conservadora, de seis mil 500 a siete mil muertos".
-¿Por qué el bando congresista se instaló en Iquique?
-Iquique estaba lo suficientemente lejos del alcance del ejército balmacedista y solamente se podía acceder por mar, en circunstancias que el control del mar lo tenían los congresistas. Además, el dinero estaba allí, porque se continuó con las operaciones de exportación de salitre y, por último, estaba el capital humano para formar un gran y buen ejército, considerando que en la zona había un estimado de 15 mil trabajadores salitreros, excombatientes de la Guerra del Pacífico. Sin duda, un sitio muy bien elegido.
-¿Cuál fue la influencia británica en la guerra civil?
-Estoy convencido que fue muy amplia, consecuencia de la campaña de desprestigio que inició el magnate John Thomas North a partir de un año antes del conflicto. Todo ello por la observación a futuro de los mantos calicheros. Por sus influencias, North no solamente colocó al gobierno británico en contra de Balmaceda, sino que consiguió que se involucrara casi directamente en el conflicto, enviando una flotilla, que cooperó abiertamente con el bando congresista.
En las cercanías del Puerto
En el transcurso de la Guerra Civil de 1891 hubo numerosos enfrentamientos, especialmente en la Pampa salitrera. En Valparaíso fue fusilado Ricardo Cumming, acusado de conspirador y en Lo Cañas, comuna de La Florida, sucedió una masacre donde fueron asesinados unos setenta jóvenes y veinte artesanos, contrarios al régimen balmacedista. Este hecho volcó a la ciudadanía en favor de los congresistas. Sin embargo, hubo dos batallas trascendentales, en las inmediaciones de Valparaíso: Concón y Placilla. En ambas fueron derrotadas las fuerzas gubernamentales.
El 21 de agosto unos nueve mil soldados de las tropas congresistas desembarcaron en Quintero y atravesaron el río Aconcagua el 20 y 21 de agosto. Se enfrentaron a siete mil hombres partidarios de Balmaceda en Concón. Fue un combate feroz se calcula que por el bando congresista hubo unos 400 muertos y 600 heridos y por las tropas gubernamentales sumaron 2.200 los muertos y heridos; hubo dos mil prisioneros que se unieron a los vencedores.
Una semana más tarde se enfrentaron en Placilla, última batalla de la Guerra Civil. Fue la más mortífera, las tropas gubernamentales perdieron el 30 por ciento de sus fuerzas, entre muertos y heridos y las fuerzas congresistas un 20 por ciento de sus efectivos. En esta batalla fueron cruelmente asesinados los generales balmacedistas Orozimbo Barbosa y José Miguel Alcérreca.
Al saberse la noticia del triunfo de las tropas congresistas, en Santiago y otras ciudades turbas descontroladas saquearon e incendiaron las casas de prominentes hombres de gobierno.
El 29 de agosto de 1891 asumió como jefe accidental de la República el prestigioso general Manuel Baquedano, héroe de la Guerra del Pacífico. El 31 de agosto el capitán de navío Jorge Montt tomó el mando de la nación como Presidente de la Junta de Gobierno.
José Manuel Balmaceda, asilado en la legación argentina, esperó el término de su mandato para suicidarse un día después, el 19 de septiembre de 1891. Más tarde, se dictaron diversas leyes de amnistía y poco a poco el país se reconcilió.