Observar y socializar: formas de preparar mascotas ante un bebé
Según especialistas, la relación entre animales y humanos trae beneficios para ambas especies. Pero, ¿cómo hacerlo cuando se aproxima la llegada de un nuevo miembro a la familia? Una veterinaria da recomendaciones.
Ignacio Silva
Los animales han tomado un lugar central en las familias chilenas y así lo demuestran los estudios.
Sin ir más lejos, la encuesta Cadem reveló que un 73% de los chilenos tiene un animal de compañía en sus hogares, cifra que va de la mano con los 1.300.000 de perros y gatos que según el Registro Nacional de Mascotas y Animales de Compañía, se inscribieron durante el 2020.
El alto número de mascotas se condice con el creciente cuidado que se tiene con ellas, tendencia a la que se suma una nueva práctica: la preparación de los animales ante la llegada de un nuevo integrante a la familia.
"El preparar la llegada de un nuevo miembro a la familia permite que estemos más atentos al entorno que compartimos con nuestros animales, para definir si serán necesarios algunos cambios con el fin de que tanto las personas como los animales se sientan seguros y de esta forma minimizar el estrés en toda la familia", dice Paola Mujica, Secretaria Académica de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Américas, sobre los beneficios de esta práctica.
Según explica la especialista, la relación entre niños y mascotas es "absolutamente recomendable" y va en la línea con los múltiples beneficios que la evidencia científica muestra del vínculo humano animal.
"En mi experiencia, he observado que la convivencia estrecha de niños con animales favorece el desarrollo de la empatía en los niños, les permite comprender mejor algunos valores como el respeto y la responsabilidad ya que aprenden que su perro o gato depende de los cuidados que ellos proporcionen para estar bien", comenta. "Siento que incluso una relación cercana y respetuosa con un perro o un gato puede potenciar la autoestima del niño, ya que el animal siempre expresará su voluntad de compartir con el niño porque los disfruta realmente y para el niño esto será una evidente muestra de cariño e incluso contención".
Claros los beneficios, se debe tener en cuenta que hay que preparar el ambiente para la llegada del bebé con anticipación.
"Dependerá de cada caso el tipo de manejos que se recomienda realizar, pero sin duda se recomienda comenzar a preparar la llegada del nuevo integrante con anticipación. El cambio que se generará afectará el ambiente del animal, por lo que es necesario incorporar gradualmente las modificaciones o estímulos para preparar o acostumbrar a los animales a la presencia de este "nuevo humano", que desde el punto de vista de los animales es un ser completamente distinto a un adulto", explica. "Es muy importante observar las señales conductuales del animal, respetar su espacio y también enseñar a los niños a que comprendan que este animal también tiene necesidades, es un ser sintiente, un miembro más de la familia y no un juguete que está siempre a su disposición".
Para la especialista, una buena forma de comenzar es exponer gradualmente al animal a los estímulos que generará el bebé. "Es lo que llamamos socialización gradual. Por ejemplo, ponerle grabaciones con sonidos de recién nacidos o niños, acercamiento a niños y coches durante paseos, utilizando refuerzo positivo y siendo muy cuidadosos de no presionar al animal ante estas actividades", comenta la especialista. Luego profundiza: "Debe asegurarse que estas actividades de socialización progresiva sean agradables para el perro o el gato y que no representen una amenaza ni para ellos, ni para las personas involucradas. Incluso, la familia puede utilizar un muñeco para facilitar este proceso, especialmente en el caso de animales más nerviosos o reactivos".
Además de eso, es importante comenzar a modificar paulatinamente el ambiente de la mascota. Un ejemplo es la cama: si el animal duerme con sus dueños y se pretende modificar esa conducta una vez que el niño llegue a la casa, la recomendación es comenzar a trabajar en ello desde antes.
"Para el animal, ya es suficientemente estresante la llegada de un nuevo integrante y si a eso sumamos un cambio, que para el animal puede representar un desmedro en el vínculo con el humano, como puede ser dejar de dormir con ellos, estamos facilitando un aumento en el nivel de estrés. Los animales pueden manifestar de distintas maneras esta condición y algunos podrían llegar a desarrollar conductas no deseadas, que son más sencillas de prevenir que de manejar una vez instauradas", profundiza la veterinaria.
-¿Hay animales que tienen más dificultades para relacionarse con niños?
-Efectivamente existen grandes diferencias entre animales respecto a su relación con los niños, pero más determinante que la especie o la raza es el carácter que tenga cada animal, su nivel de sensibilidad y sus experiencias previas. Sin embargo, para todos la llegada de un nuevo miembro a la familia requiere de trabajo gradual de socialización previa y adecuación del estilo de vida. Y dado que cada perro o gato tiene características conductuales propias, se recomienda a los tenedores responsables consultar con un médico veterinario con experiencia en etología para que puedan, en conjunto, implementar los manejos más adecuados para cada familia.