Obesidad, la otra pandemia
En la Cámara de Diputadas y Diputados fue aprobado un Proyecto de Resolución que solicita al Presidente declarar estado de emergencia sanitaria en Chile para enfocar los recursos necesarios para atacar el alza en el ranking de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de los países con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad.
Este acto marca un precedente en la lucha contra la malnutrición por exceso y debiera dotar de las herramientas necesarias para esta tarea al personal sanitario, particularmente a los nutricionistas. Considerar este hito como algo único y esperanzador pareciera una respuesta tardía frente una crónica sanitara anunciada: la malnutrición por exceso ya se perfilaba como una pandemia. Según el informe OCDE, el 2016 Chile presentaba un 25,1% de obesidad en adultos, el 2018 aumentó al 34,4% y el índice de sobrepeso y obesidad infantil el 2019 era casi del 45%. Los datos muestran que la malnutrición por exceso es una problemática crónica y de larga data, implacable a las medidas y políticas establecidas, que abarcan desde impuestos a una ley de etiquetados, las que parecieran no surtir efecto, por tanto, la solicitud de declaración de estado de emergencia sanitaria responde inevitablemente al fracaso en las pautas existentes.
¿Por qué no tienen efecto? La respuesta no es sencilla, pero es posible decir que se requiere de personal capacitado para combatir el sobrepeso y obesidad, medidas subsidiarias efectivas y, definitivamente, educación alimentaria. Esta última, en conjunto con la promoción de salud, debieran ser los pilares a una serie de regulaciones y normativas. Hay que dar el espacio para educar a la población antes de castigar la malnutrición. Debemos preguntarnos qué sabe la población de los alimentos que consume y por qué los consume. Después de todo, la malnutrición por exceso es una desnutrición encubierta.
Catalina Zamora Docente de la carrera de Nutrición y Dietética UDLA Sede Viña del Mar