"Esperamos que digan donde la enterraron"
Familiares de Pascale Alvarado Soto siguieron a las afueras del Tribunal de Viña la primera jornada del juicio contra Mario Ulloa y Miguel Soto.
Han sido años de angustia, desesperanza, incertidumbre, incertidumbre que se extendió incluso hasta este lunes 8 de noviembre, día que además de coincidir con la fecha en que la adolescente Pascale Alvarado Soto desapareció en Puchuncaví el año 2011, debía iniciarse el juicio contra los dos imputados por su secuestro, violación y homicidio: Mario Ulloa Saavedra y Miguel Soto Cruces.
Por eso ayer, superadas las dificultades técnicas que obligaron a posponer los alegatos de apertura del juicio oral, amigos y familiares de la joven estudiante, se apostaron en las afueras del tribunal, para solidarizar con la madre y la hermana de la joven y hacer presente que no cesarán en su demanda de justicia pero también en que se establezca dónde fueron enterrados los restos de la adolescente.
"Esto se ha dilatado demasiado y escuchar que uno de los imputados no sabe leer ni escribir, que es analfabeto, nos parece que no son argumentos para pedir que no se le condene (...) Para nosotros la llegada del actual fiscal fue como la llegada de un ángel porque de lo contrario no estaríamos hoy aquí. Esta ha sido una lucha incesante, lo que queremos es saber dónde la dejaron. El juicio es una parte, pero necesitamos encontrar su cuerpo para darle sepultura, para que ella pueda descansar y sus papas también, lo mismo que sus primas que eran de su misma generación y que crecieron con miedo", relató Jennifer Cerpa, familiar de Pascale.
Otro puchuncaví
Decenas de personas que el lunes llegaron a acompañar a la familia de Pascale por el inicio del juicio contra los imputados, coincidieron en afirmar que tras lo ocurrido con la adolescente, Puchuncaví nunca volvió a ser la misma.
"Es que fue así, pasó lo de la Pascale y murió la paz y la tranquilidad en Puchuncaví. Hace poco habían secuestrado a un niño, hace poco se había perdido una niña en Quintero Cuánto más tiene que pasar", agregó.
Entre las personas que esperaban afuera del tribunal de Viña también se encontraban las primas de Pascale Alvarado, quienes manifestaron su impotencia tras tan larga espera.
"Esperamos que se haga justicia. Han pasado 10 años y lamentamos el pésimo trabajo que se hizo en un comienzo. Todavía no sabemos dónde está su cuerpo", comentó Sofía Pérez.
En el mismo sentido se pronunció Johanna Aravena quien manifestó que espera que en el transcurso del juicio los imputados digan dónde enterraron el cuerpo de su prima.
"Que se pongan la mano en el corazón y digan dónde la dejaron. Si ya Miguel Soto ya dijo todo lo que hicieron , que digan ahora dónde la dejaron", agregó la joven.