"Valparaíso para principiantes y moribundos" por Gonzalo Ilabaca Página XVI
En las ciudades puertos cada siglo tiene su afán. Los proyectos portuarios son megaproyectos y deben ser pensados a largo plazo porque sus efectos también duran a largo plazo. El diseño ciudad puerto para las naves del siglo XXI es ineludible a toda ciudad puerto y tarda de 15 a 20 años en concretarse. En Valparaíso ese diseño se debió comenzar en 1997, cuando se dicta la Ley de Puertos donde se debía constituir un Consejo Coordinador Ciudad Puerto entre la Empresa Portuaria, la Intendencia y actores locales relevantes, entre ellos el municipio, para un desarrollo armónico entre la ciudad y su puerto. Poco y nada se ha avanzado. Ha pasado casi un cuarto de siglo y la pregunta es la misma ¿Qué hará Valparaíso en el siglo XXI?
Si llevamos esto a un ejercicio personal, verás la tristeza de todo esto. En el '97 yo tenía 38 años, llevábamos siete años de democracia y Valparaíso navegaba en su lenta agonía, agonía que se llevó al Roland Bar en 1994. Con Ricardo Lagos por fin se encienden las luces en el borde costero de Valparaíso: hay proyectos en el sector Barón, se hace el camino de La Pólvora que saca los camiones de la ciudad, Valparaíso es declarado Patrimonio de la humanidad. La EPV, a espaldas de todos, genera el proyecto Mall Barón y el T2, comienza el conflicto puerto vs patrimonio. Todos los proyectos van por carriles distintos: "un caminar epiléptico", al decir de Juan Luis Isaza, quien hace el Estudio de Impacto Patrimonial solicitado por la UNESCO.
Hoy en el 2021 tengo 62 años y estamos en cero. Como imaginar no cuesta plata, imaginemos que si todo fuera sobre rieles y comenzara ahora un diseño ciudad puerto como se merece Valparaíso, a los 82 años podría comenzar yo a ver un Valparaíso del futuro. Capaz que corra una maratón por la costanera para celebrarlo. Si estás con las defensas altas haz un recuento también, calcula tus años, mira Valparaíso como está y verás que esta ineficiencia radical ha afectado tu vida. Si te deprimes, Moya paga.
Óleo sobre tela
2021
58 cm x 33 cm