Tercer lugar nacional: 96.750 migrantes viven en la región
Iglesia y organizaciones locales repudiaron lo sucedido en el norte y padre Pedro Nahuelcura destaca que la región tiene vocación "patiperra", por ende existiría mayor empatía con los extranjeros.
Nadie quedó indiferente a los hechos sucedidos en Iquique respecto a los migrantes, especialmente por la situación violenta en que terminó la protesta. Pese a que varios argumentaron que no era un tema xenofóbico, sino que más bien de alerta por las políticas de migración; la quema de carpas, ropa y hasta juguetes de quienes acampaban en la plaza, alarmó por el grado de violencia e intolerancia.
De acuerdo a estadísticas del INE, hasta fines del 2020, 1.462.103 extranjeros permanecían en el país. Este número se ha acrecentado desde el 2018 en un 11% y por orden de preferencia y residencia habitual, este casi millón y medio de personas se ubica en primer orden en la región Metropolitana (905.681); Antofagasta (101.979) y Valparaíso (96.750). Tarapacá, cuya capital es Iquique ocupa el cuarto lugar con un total de 69.358.
El padre Pedro Nahuelcura, iniciador del movimiento de Movilidad Humana Incami del Obispado de Valparaíso, que hace más de dos décadas comenzó atendiendo y brindando asesoría a peruanos y ecuatorianos, conoce el tema de cerca.
Uno puede entender que algunas personas pueden verse invadidas en sus espacios y calles viendo tanto drama humano, constituyendo una verdadera crisis que es tanto o más grave que la pandemia del coronavirus. Pero ¿cómo podemos equilibrar el tema? esto no es un tema aislado, esto ya pasó en Perú, en Colombia, en Brasil, con incidentes mucho mas graves. Por eso es necesario un llamado a las autoridades, al país, para tratar el tema humanamente", sostiene Nahuelcura, quien destaca que la movilidad humana es un derecho universal y debiera estar garantizado.
"Estamos todos los fines de semana saliendo a terreno, atendiendo 100 y 200 personas en operativos en Quillota, La Calera, campamentos en Valparaíso. También atendemos en la oficina (Pocuro 834) para regularizar u orientar temas legales gracias a voluntarios y profesionales".
El padre Nahuelcura conoce las estadísticas con rostro y sabe que la región es tercera en Chile en cuanto a migración extranjera. Él conoce el lado amable de los chilenos, pero también reconoce el clasismo y xenofobia de los criollos, que sin embargo opera distinto con migrantes sudamericanos y europeos.
"Acá en la región hay nichos laborales tanto en el campo como en el turismo y son los extranjeros los que están haciendo el trabajo".
MÁs patiperros
Desde una mirada integral y porteña, Nahuelcura lamenta lo sucedido en Iquique, pero tiene la certeza de que en la región no pasaría esto, pues los porteños tienen alma de patiperros y habría más empatía con los migrantes.
"Esta es la región que más emigrados tiene, que más chilenos salen del país al extranjero. Hay gente en Estados Unidos, en España, en Suecia, no hay casi un lugar el mundo donde no haya una bandera de Wanderers, quizás por eso el fenómeno acá es distinto a lo que pasa en el norte, pues hay una cierta conciencia de que la movilidad es parte del alma del porteño", sostiene Nahuelcura.
Desde el Departamento Pastoral Movilidad Humana Incami Obispado de Valparaíso también quisieron referirse a los hechos ocurridos en el norte del país, indicando que " nos duelen, es triste ver personas humanas enfrentándose. Hoy rezamos y hacemos un llamado para que todos los actores responsables busquen pronto respuestas a estos desafíos donde el tema central está la protección de vidas humanas. No podemos permitir un nuevo estallido, pero está vez de odio, racismo y xenofobia. A la luz del Evangelio estamos siempre por la vida sobre todo en momentos de crisis humanitaria".
Finalmente Santiago Mao, presidente del Centro de Orientación Migratoria cree que el tema de la crisis del norte no sólo es complejo por lo que se está viendo sino que además debe ser observado y estudiado desde diversos enfoques.
"Lo que está sucediendo se pudo evitar con un enfoque garantista de los derechos de las personas que migran. Estos caminantes no salen de sus países porque quieren, salen porque se vieron obligados o forzados a hacerlo. Y la reacción de cualquier ser vivo, desde el más microscópico hasta el más evolucionado es ponerse a resguardo ante cualquier acto de violencia que pretenda afectar su supervivencia".