"El Estado no está capacitado en la protección de niños y niñas trans"
Carla González, representante del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual en la V Región, denuncia que el sistema público tiene como tarea pendiente la capacitación de todos los profesionales involucrados para resguardar la salud mental de los menores pertenecientes a la comunidad.
Carla González Aranda tiene 23 años y un gran desafío, actualmente, es la encargada de la dirección y vocería de Movilh, Movimiento de Integración y Liberación Homosexual en Valparaíso, es decir, debe encabezar la agrupación LGBTIG+ en la zona que registra la mayor tasa de homo/transfobia de Chile. De acuerdo al Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, en el año 2020 Valparaíso fue la región con mayor tasa de casos y denuncias de todo el país, concentrando el 56,1% del total nacional y aumentando en 121% en relación al año previo, el 2019. Y si bien la joven reconoce que se ha avanzado, los cambios han ocurrido "en un periodo demasiado largo, considerando que otros países lo han logrado en tiempos más breves", pues lo que a su juicio se requiere es una transformación cultural de largo aliento. Cuesta no coincidir con ella, sobre todo ante las recientes declaraciones del arzobispo Celestino Aós quien agradeció en el Te Deum ecuménico a quienes "buscan respetar y proteger los valores no negociables", refiriéndose a los defensores del matrimonio heterosexual.
Pero Carla no se amedrenta ante los retos; de hecho, la joven trans lideró en el año 2020 el Bus de la Libertad, que luchaba por la visibilización y respeto de las disidencias sexuales. La iniciativa nació en respuesta al denominado "Bus del Odio" que proclamaba "con mis hijos no se metan", defendiendo la concepción heterosexual y tradicional de la familia y de la educación infantil, iniciativa liderada precisamente por la madre de la activista, Marcela Aranda. La determinación de Carla consiguió que se acelerara la tramitación de la Ley de Identidad de Género.
Sin embargo, González afirma que "el Estado de Chile tiene un pie adentro y uno afuera, intentando jugar para ambos bandos y agradarles a todos los sectores, mientras mantiene su postura de conservadurismo". Reconoce que si bien algunos de los logros más importantes, se han alcanzado con apoyos inesperados, como la "suma urgencia al matrimonio igualitario, que impulsó el Presidente Piñera, el que menos se iba a esperar que lo apoyara", aún falta mucho camino por recorrer.
Los niños primero
Una de las grandes tareas pendientes tiene que ver con la adopción homoparental: "A modo personal, yo creo que una pareja homosexual le va a dar el mismo amor que una pareja heterosexual", reflexiona. La encargada de la dirección del Movilh considera que hay "tantas personas que no están capacitadas para tener hijos" que negarle esta oportunidad a la comunidad LGBT+ "es una injusticia, una balanza que está muy desequilibrada". La vocera argumenta que este proceder arrebata además la oportunidad a un niño de ser amado y feliz.
Pensando en este mismo grupo etario, es que la activista destaca la importancia de tener un ambiente de apoyo durante la infancia que asegure la protección de la salud mental de los niños y niñas que pertenecen la comunidad que representa. Y aunque reconoce que parte del aparato público ha buscado formación "como el Sename, los Cesfam u Hospitales", cree que en términos generales "el Estado no se encuentra capacitado en la educación o protección de los niños y niñas trans, así que en eso creo que lo mejor sería involucrarse". No es una tarea fácil, "tienes que capacitar a muchas personas, pero si estás dispuesto a hacerlo, podrías tener un avance y un impacto muy grande. De entrada, les vas a evitar un trauma a muchos niños y niñas", asegura. Para ella, "la mejor forma de propagar el respeto es enseñarle a quienes van a estar con ellos casi todo el día (..) creo que el Gobierno, el Estado, deberían proporcionar el apoyo suficiente como capacitaciones a los profesores y a los profesionales que se involucran con los niños casi 24/7", declara.
Iguales
La joven, que se identifica como pansexual, no tiene la posibilidad de casarse en Chile con su novia. "Si tengo una pareja mujer, llegar a casarme con ella sería bacán, pero no se puede", relata. Una de sus esperanzas es justamente no tener que ir a otro país a hacerlo, como la futbolista Tiane Endler que celebró su boda en Francia.
González plantea que existe una limitación de los derechos porque el parlamento no está abierto al diálogo. La idea -según ella- es otorgarles el poder de representación a quienes de verdad se sientan identificados con el sector. "Al final, donde está alguien que defienda su propio interés, siempre va a haber un avance; si hay alguien que te está representando de verdad, vas a progresar", afirma. Iniciar un camino más inclusivo, de acuerdo a su visión, debe plasmarse en la nueva Carta Fundamental: "La persona se debe respetar como tal, independientemente de cómo se identifique o de cuál sea su orientación sexual. Dejar de poner etiquetas creo es primordial. Si logramos eso en nuestra Constitución, que es con lo que regimos todo lo demás, sería ideal. Un progreso gigante que nos permitiría avanzar en muchas otras cosas", concluye.