Erika Rojas Salazar

De acuerdo al último informe de variantes COVID-19 presentes en Chile, emanado por el DEIS del Minsal, cuya fecha de corte fue el 5 de septiembre, la región de Valparaíso posee en dicha semana epidemiológica 26 casos secuenciados, con predominancia de la cepa Gamma con 11 casos, 10 Lambda , 4 Delta y 1 Mu. Sin embargo según el último reporte de la seremi de Salud regional, en el caso de la cepa Delta hay 34 activos y 130 en total.

En la zona, la secuenciación sigue siendo escasa, pese a la certificación, a mediados de agosto de la Unidad Genómica de la UV que comprometió 96 muestras semanales mediante convenio/ contrato de servicios con el Minsal,, no obstante el proceso todavía no arranca por diversos temas burocráticos propios de la administración pública.

El doctor en Ciencias Biomédicas, Pablo Moya, director de la Unidad de Genómica de la UV e investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso (CINV), comentó sobre los esfuerzos que se han hecho para poseer secuenciación en la región.

"El secuenciador se adquirió el 2019, ahí vino el estallido y meses después la pandemia y todos nuestros esfuerzos como laboratorio fueron en post de procesar PCR y en cierta forma nos olvidamos del secuenciador. Pero en un momento pensamos y dijimos que para aumentar la capacidad de secuenciación del ISP las universidades debían participar. Siempre como universidad buscamos que se generara el convenio, pero el Minsal decidió prestación de servicios. Entonces en esa parte técnica se entrabó varios meses el tema. Paralelamente buscamos apoyo en el CORE, pero en una primera instancia nos faltaba la validación o certificación del ISP. Para ello y sin fondos gubernamentales, obtuvimos fondos internos para comprar los reactivos y con 10 muestras positivas de nuestro propio laboratorio, las secuenciamos y enviamos a ISP, que finalmente en 6 días nos dio la certificación", relata el director y encargado de secuenciar muestras en la UV, el único aparato existente en la región, al margen del Servicio Médico Legal.

-¿Qué falta entonces para comenzar a secuenciar muestras en la región?

-Estamos a la espera de obtener el convenio con el Minsal, haciendo los trámites jurídicos entre la Universidad y el Ministerio para generar el contrato y posteriormente los Servicios de Salud de la zona nos envíen las muestras que estimen conveniente. Además paralelamente y tras varios meses, esperamos que quede en tabla la petición de financiamiento al CORE para duplicar las 100 muestras semanales y ofrecer nuestras capacidades para lo que requiera la comunidad local.

-¿Por qué es importante secuenciar?

-La secuenciación genómica de muestras positivas es crucial, ya que permite identificar no sólo variantes previamente descritas, su linaje y nivel de circulación, sino que también la aparición de nuevas variantes, las que pueden afectar la transmisibilidad del virus, la gravedad de la enfermedad y la eficacia de diagnósticos, terapias y vacunas.

-¿Qué valor tiene secuenciar una muestra?

-El valor varía dependiendo del numero de muestras que cargues en la máquina. Se puede secuenciar desde 1 a 100 y mientras más muestras se carguen, más bajan los costos. Pero en el general el rango de costos va entre 120 mil y 200 mil pesos.

Moya explicó que al CORE también se le presentó un proyecto adjunto para adquirir una máquina robot que se encargaría del pipeteo automático de las muestras. "Por lo menos ya se nos informó que nuestro proyecto está subsanado de todos los errores y ahora dependiendo de la priorización se pondrá en tabla para el plenario", sostuvo el experto.

Desde el CORE su presidente, el gobernador Rodrigo Mundaca se excusó de dar declaraciones por ahora, comprometiéndose a ver el tema cuando quede finalmente en tabla para ser tratado.