restauración
Cerca de tres años tomó la restauración de la casona ubicada en calle Lautaro Rosas, en el cerro Alegre, donde funcionará el Museo Universitario del Grabado. Se trata de una propiedad imponente del año 1886, que ha superado ya varios terremotos. La restauración se hizo con total respeto a la arquitectura y el diseño originales. Donde se pudo, se mantuvieron puertas, ventanas, cielos y pisos. En el auditorio, por ejemplo, se encuentra un maravilloso cielo raso de madera pintado con diferentes ornamentos, que se descubrió luego de raspar capas de pintura. Las bisagras de la puerta de entrada son las originales, con un fino diseño en fierro forjado. Las paredes mantuvieron su materialidad original de adobillo y vigas y el recubrimiento se hizo con un fino barro de color natural, que le da un aspecto único al museo. Las bases de la casona son muros de piedra de gran fortaleza, que sostienen los tres pisos hacia arriba, cuyas ventanas están orientadas hacia la bahía. El museo cuenta además con espacios inclusivos, como ascensores que fueron instalados para garantizar el recorrido de personas con movilidad reducida, y una sala para personas ciegas, con una selección de obras donde la imagen de la estampa se tradujo en placas en relieve de aluminio, acompañadas de leyendas en braille.