Viñamarino mató a su exsuegra y apuñaló al resto de la familia
Guillermo López Vargas de 24 años llegó hasta el domicilio de la que había sido su pareja la madrugada de ayer. Además de quitarle la vida a la dueña de casa, dejó gravemente heridos a la joven y a su papá.
Los gritos de auxilio y los golpes que provenían desde el exterior interrumpieron el sueño de los vecinos del pasaje Brasil de la Villa Las Américas del Campamento Manuel Bustos en Viña del Mar.
Los primeros en acudir a los llamados de auxilio de Camila Gallardo Astorga de 26 años fueron su cuñado y su hermana, quienes se encontraron con una escena horrorosa al interior de la casa signada con el N°952 situada en el mismo pasaje donde residen.
Al interior del dormitorio de los dueños de casa, Mónica Astorga Vega de 55 años yacía ensangrentada en el piso y a su lado, también herido, su esposo Eduardo Gallardo Zenteno de 59. Al intentar auxiliar a la mujer, se percataron que ya se encontraba sin signos vitales.
Paralelamente, el cuñado de la joven, que pedía auxilio, logró reducir en el patio de la vivienda a Guillermo Eduardo López Vargas, quien aún fuera de sí, gritaba y profería amenazas. Con un cable lograron amarrarle las manos e impedieron que escapara del lugar a la espera de la llegada de Carabineros.
Mientras los lesionados eran trasladados hasta la unidad de emergencia del Hospital Gustavo Fricke, familiares de Mónica Astorga comenzaban a reconstruir la tragedia que sin justificación alguna les arrebató a su madre.
Breve relación
Estefanía Salinas, una de las hijas de la víctima fatal, relató que aproximadamente a las 2.30 de la mañana escucharon una pelea que mantenía su hermana Camila con un sujeto y en la que la joven le pedía que la dejara en paz y que no la agrediera.
"Le mandé un WhatsApp a mi hermana preguntándole qué pasaba. Ella me contó que había terminado con este tipo hace tiempo pero que la seguía acosando. Este tipo nunca entró a esta casa, nunca fue presentado como pareja de ella. Sabíamos que era una persona que salía con ella pero nada más", acotó Estefanía.
Tras esa primera pelea Guillermo López se habría retirado del lugar pero luego regresó. Fue entonces que Camila le pidió por WhatsApp a su hermana que llamara a Carabineros. "Mi marido sale a ver qué pasaba pero este tipo ya se había ido porque mi papá ya lo había echado. Como a las 3.10 llamé a mi mamá para saber qué pasaba. Mi mamá me contesta y me dice 'tranquila hija, yo estoy con la Camila y le quité el teléfono'...eso fue lo último que me dijo", relató Estefanía.
Guillermo López había regresado. Tras romper una ventana posterior, ingresó a la vivienda, con los vidrios se autoinfirió heridas amenazando con matarse. Tras agredir a su expolola se encontró de frente con la madre de Camila, a la que sin razón alguna, le propinó una certera puñalada en el pecho.
Eduardo Gallardo, su esposo intentó defenderla, pero igualmente fue agredido por la espalda. Camila salió de la casa para pedir auxilio.
Devastados
En la Villa Las Américas del campamento Manuel Bustos todos conocían a Mónica Astorga Vega.
La mujer tenía 55 años y hace dos años fue diagnosticada de un cáncer al esófago que se había ramificado. La mujer, madre de 5 hijos prácticamente no salía y se había cuidado especialmente en estos meses de pandemia. Su delicada salud mantenía a su esposo e hijos pendiente de ella. Sus vecinos también estaban al tanto de su condición.
Por eso ayer nadie daba crédito a los hechos ocurridos y que de manera tan trágica terminaron con la vida de Mónica.
Sus hijas y familiares están devastados. No entienden porqué este hombre que no fue más que una pareja ocasional de su hermana actuó de esta manera tan cobarde. Exigen que la justicia actúe como es debido y que sea condenado con las mayores penas.
"Mi mamá prácticamente no salía, estaba siempre en la casa, muy delicada de salud, pero estaba aquí con nosotros y viene este hombre y la mata de esta manera tan brutal", acotó Estefanía.
Su padre y hermana se encontraban fuera de riesgo vital, con diversas lesiones provocadas por un arma cortante. Sin embargo y pese a que las lesiones no fueron profundas, el estado de schock impedía que fueran dados de alta.
55 años tiene la dueña de casa fallecida. Casi no salía de su casa porque padecía de cáncer al esófago.