"Hay que transversalizar la perspectiva de género en toda la Constitución"
Alejandra Sepúlveda, la presidenta de Comunidad Mujer, advierte que la nueva Carta Magna debe ir más allá de lo meramente formal e instalar "el principio de igualdad sustantiva y no discriminación", que incluya también que "el Estado pueda impulsar políticas de acción afirmativas" en todas las áreas.
"Las mujeres esperamos y tenemos muchas expectativas respecto al trabajo de la convención, a que tengamos una nueva Constitución con enfoque de género, que contemple las garantías de nuestros derechos fundamentales y algunos cambios que son muy relevantes para de verdad avanzar en sostenibilidad y en igualdad de género y oportunidades", parte diciendo Alejandra Sepúlveda, la flamante presidenta de ComunidadMujer -cargo que asumió en junio pasado-, en conversación con el programa Región F.
Magister en Relaciones Internacionales de la Fundación Ortega y Gasset en Madrid, experta en temas de género, políticas públicas, participación económica y política de las mujeres, lleva más de una década como miembro de la entidad que ahora dirige. Por lo mismo, asegura que su norte al mando de la organización está muy claro: como primer punto, aportar en el histórico proceso constituyente que se lleva a cabo en el país y en el que están colaborando desde mediados de junio a partir de la iniciativa #CabildeoDeMujeres, un proceso de participación ciudadana impulsado por ComunidadMujer y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Lo anterior determina que la timonel de la entidad tenga muy claro los cambios que se deben impulsar en la nueva Carta Magna. "La Constitución actual establece una igualdad que es formal, en el papel, hombres y mujeres son iguales ante la ley. Lo que necesitamos es introducir en la Constitución el principio de igualdad sustantiva y no discriminación, que significa una igualdad real en los hechos, en los resultados, cómo tú mandatas al Estado con el deber de asegurar esa no discriminación y esa garantía de igualdad real. Eso significa que el Estado pueda impulsar políticas de acción afirmativas que corrijan esa situación de desventaja que enfrentan las mujeres", explica.
Y va más allá. "Eso significa también transversalizar esa perspectiva de género en toda la redacción de la nueva Constitución. La paridad no es solo la paridad en la convención, es para la elección de todos los cargos de elección popular, para la presencia de las mujeres en los poderes del Estado. El que nosotras estemos en una presencia sustantiva implica que nuestra experiencia también va a influir mucho más y vamos a poder incidir en la toma de decisiones. Significa garantizar derechos fundamentales para las mujeres, como el derecho a una educación no sexista, al trabajo e igualdad salarial, a una vida libre de violencia", ejemplifica y aclara que es esencial que en la convención las mujeres no queden subsumidas en roles secundarios, sino que estén en todas las comisiones relevantes.
Reactivación
Alejandra Sepúlveda es clara al explicar que quizás donde más se verifica la desigualdad de género hoy es en el mercado del trabajo. Y sobre todo en medio de la pandemia. Por lo mismo, otro de los objetivos que tiene a la cabeza de ComunidadMujer es precisamente enfocarse en los efectos de la crisis sanitaria en este ámbito. "Los trabajos de las mujeres se han visto muy golpeados en esta pandemia, y hay todo un proceso de reactivación económica que las tiene que incluir de manera muy activa", asegura.
Así, aclara que avanzar en la corresponsabilidad de los cuidados "es un deber" de la sociedad, lo que incluye -además- cambiar el chip frente al mercado laboral y su normativa, evitando -por ejemplo- que el costo de la maternidad recaiga exclusivamente en las mujeres. "No hay solo una estrategia para avanzar, no es solo combatir sesgos culturales, tienes que hacer reformas normativas, tienes que institucionalizar políticas de género en las organizaciones, tienes que pensar que esas políticas no son solo para beneficiarias trabajadoras mujeres, sino que para hombres y para mujeres", plantea.
Y finaliza advirtiendo que el golpe de la pandemia al empleo femenino ha sido importante y su reconstrucción es un imperativo, pero no de cualquier modo. "Cuando el virus esté más controlado, no va a bastar con el fin de las cuarentenas, con que los hijos vuelvan al colegio, con que las mujeres retomen o sigan en el mediano plazo aumentando sus capacidades y sus estudios. Nada de eso va a ser suficiente para recuperar la década de participación laboral (perdida a raíz de la crisis sanitaria) si es que no empezamos ahora a impulsar políticas de corresponsabilidad social de los cuidados", concluye.