El camino que llevó a Pablo Ilabaca a lanzar el primer disco con su nombre
Luego de casi tres décadas de carrera, el exguitarrista de Chancho en Piedra deja de lado seudónimos para firmar un álbum simplemente como Pablo Ilabaca. El disco lleva por título "Canciones para conversar con la muerte".
Ignacio Silva
Pablo Ilabaca hace un repaso mental por su extensa carrera. Saca cuentas y llega a una conclusión: tardó casi 30 años y 26 trabajos de estudio para firmar por primera vez un disco simplemente con su nombre.
"Es bien extraño pero me costó toda mi vida firmar con mi nombre real algo. Los primeros años de los Chancho en Piedra me hacía llamar K-V-Zón, firmé así hasta como el cuarto o quinto disco. El quinto firmé como Jaco Sánchez y después saqué discos con ese seudónimo", resume el músico que comenzó su recorrido en 1994 junto a la banda de 'Locura Espacial'.
Pero fue en julio que eso finalmente terminó. Durante ese mes el mayor de los hermanos Ilabaca lanzó "Canciones para conversar con la muerte", un álbum personal y editado con su nombre y apellido, ya no bajo una chapa o al alero de un proyecto colectivo.
Se trata de un trabajo de 10 canciones que, como su título advierte, están inspiradas en la relación del músico con la muerte. Aunque él advierte que hay más.
"Este disco partió porque hice una canción para relatar la muerte de mi abuelo, que murió en la mina El Teniente en el año 45 ('Teniente 1945'). De ahí empecé a pensar en el tema de la muerte, pero no solamente en la muerte física, sino que en la muerte de la infancia, la muerte de un amor, la muerte de un recuerdo. Entonces ahí se empezó a volcar el concepto hacia la transformación", explica el compositor.
Así, dice, fueron surgiendo canciones con recuerdos de su niñez como 'En el Melonal' y otras inspiradas en conceptos como el paso del día a la noche ('Pálida forma nocturna') o en hechos como el nacimiento de su hija Amapola ('Tonada para una guagüita recién nacida').
"Pero es verdad que siempre tuve un tema con la muerte. Cuando chico tuve varios momentos paranormales y con los Chancho compuse canciones como 'Lophophora', 'Voy a resucitar', 'Da la claridad a nuestro sol' o 'Todo el mundo querrá partir', que también incluí en este disco", comenta Ilabaca. "Entonces es un tema que siempre me llamó la atención, siempre me inspiró. Pero al ser este un disco tan personal tenía que ponerle mi nombre".
Y aunque la temática sea recurrente, la forma en que se creó el álbum no lo fue: habituado a ser el guitarrista de los proyectos en los que participa, el músico esta vez dejó los instrumentos de lado para centrarse en cantar. En su lugar, de los instrumentos se hicieron cargo una larga lista de músicos invitados entre los que figuran Martín Benavides (co-productor del álbum), Titae Lindl, Nano Stern, Ismael Oddó y Felipe Metraca de Como Asesinar a Felipes.
"Yo creo que he ido dejando de lado la guitarra hace tiempo. Desde que empecé a retomar la música de Jaco Sánchez por el 2017, un año antes de que me saliera de los Chancho en Piedra me estaba abocando más a cantar", explica el compositor. "Y coincidió con que empecé a visualizar este disco como algo totalmente distinto a lo que había hecho antes y no quería tocarlo con una banda establecida sino que quería buscar distintos elementos que pudieran enriquecer la música. Y esos elementos son los distintos instrumentistas que pueden tocar. Ahí fue donde se sumaron todos estos amigos".
¿Qué representa este disco en tu carrera?
Este disco es completamente nuevo para mí también. La forma de haberlo hecho, el significado que tiene. Este es un concepto que tiene que ver con la transformación y se manifiesta en todo, desde la temática hasta la forma de hacerlo y su sonido. Las canciones tienen un denominador común que pueden ser los vals, las tonadas o los ritmos ternarios, y tiene particularidades como que la tuba reemplaza al bajo eléctrico o que tiene arreglos de cuerdas sobre los que aparezco como un crooner cantando. Todo eso hace que sea un disco totalmente distinto en mi carrera.
Hablando de transformaciones, este disco llega tres años después de tu salida de Chancho en Piedra. Ya con la distancia, ¿cuál es la valoración que haces de esa decisión? ¿Cómo recuerdas esa etapa que fue gran parte de tu vida?
Claro que fue fuerte dar un paso al costado de un proyecto que fundaste, pero era totalmente necesario. Ya necesitaba salir del grupo porque hago muchas otras cosas, como 31 Minutos, Jaco Sánchez y este disco en particular, que creo que no podría haber hecho con toda mi atención si hubiera estado en los Chancho, porque los Chancho consumían mucho tiempo y mucha energía. Es una banda muy grande que ya no era como de uno, era de la gente. Y a mí ese concepto ya no me estaba agradando tanto. Pero lo veo súper bien, me encanta haberme salido de la zona de confort y estar rascándome con mis propias uñas en la independencia total. ¿Y cómo recuerdo mi etapa en Chancho en Piedra? Con mucho cariño. Fueron años maravillosos. Ahora más que nunca me están dando ganas de escribir mis memorias, voy a empezar luego porque como empecé tan chico, a los 17 años, se me van a olvidar algunas. Pero eso, tengo muchos recuerdos bonitos, seguimos siendo amigos y todo bien.
Decías que haces muchas cosas. ¿Ya tienes pensados proyectos para el futuro?
Ahora estoy haciendo música para dos series. Una es la serie de Los Prisioneros de Movistar, y la otra es una serie animada en inglés que se llama "Doggy World". También se viene la salida del vinilo de "Canciones para conversar con la muerte" y el día 23 de agosto vamos a anunciar el lanzamiento en vivo. Y en marzo del próximo año voy a lanzar un nuevo disco. Pero no quiero hablar todavía de eso porque sería una falta de respeto con mis muertitos.
¿Y ese disco sería como Pablo Ilabaca?
Sí, como Pablo Ilabaca. Está casi listo.