La comprensión del orgullo como forma de percibirnos en el mundo material y social es parte central de nuestra configuración como personas. A partir de esta perspectiva, rescatar la experiencia de vida de quienes día a día deben luchar contra discriminación, prejuicios y estereotipos es fundamental. Las personas que presentan la condición del Espectro Autista pueden aportar en visibilizar desde su vivencia las brechas en las relaciones y dinámicas cotidianas que afectan la forma de vincularse. Desde esta vereda, se requiere un compromiso por parte de todos para lograr relaciones más dignas y respetuosas, teniendo como eje central los Derechos Humanos y el reconocimiento de la diversidad.
Como contexto de apoyo a lo mencionado anteriormente es que existe la Terapia Ocupacional, disciplina comprometida con la transformación social, entendiendo que ésta ocurre en la vida cotidiana al momento de cuidar de nosotros mismos, al vincularnos con nuestras familias y amigos, en la forma que nos relacionamos con los otros en nuestra comunidad, en el trabajo, en las calles y lugares públicos; pues es en esos espacios de encuentro, donde se debe apelar al reconocimiento y aceptación de la diversidad de las personas como sujetos de derechos.
Por otra parte, es relevante mencionar que hoy producto del escenario sanitario, los espacios de encuentro se han vistos limitados por el distanciamiento físico y social, propiciando interacciones a través de espacios virtuales. Independiente de las formas de comunicación, debemos ser conscientes de que somos seres sociales, por ende, nos construimos en estos espacios de participación.
La invitación entonces es a reinventarnos para volver a ocupar y ocuparnos en los distintos lugares de interacción social, teniendo la capacidad y lucidez de reconocer y aceptar la diversidad humana, sobre todo la de aquellas personas valientes que cotidianamente deben luchar para que la sociedad las integre.
Ivo Alarcón
Director Carrera de Terapia Ocupacional
Universidad de Las Américas