Ripamonti: "No vamos a desvincular a nadie encaprichadamente"
A solo semanas de asumir el mando de la municipalidad de Viña del Mar, la dirigente frenteamplista descarta que su administración genere despidos a diestra y siniestra. Pero sí es clara en que se debe ordenar el municipio y dejar atrás el sistema "altamente clientelar" que existe hoy. Vea la entrevista completa en SoyValparaiso.cl desde las 18.00 horas.
Es la alcaldesa más joven que ha tenido hasta ahora la municipalidad de Viña del Mar. Con solo 29 años, Macarena Ripamonti Serrano (Revolución Democrática) logró batir en la última elección -con un 38,5% de los votos- a su contendora más cercana, la UDI Andrea Molina, y se transformó en la sucesora de la histórica Virginia Reginato.
Un cambio que encuentra al municipio en el peor de sus momentos: con una deuda que a fines del año pasado se cifraba en más de 14 mil millones de pesos, una pandemia que no le ha dado tregua a sus habitantes y una crisis económica -producto de las cuarentenas- que ha aumentado la condición de vulnerabilidad de gran parte de sus habitantes.
Faltando solo tres semanas para que asuma oficialmente a la cabeza de la comuna, Ripamonti conversó con Región F sobre sus expectativas, sus proyectos y también sobre las primeras polémicas que han surgido tras su elección, como la posibilidad de que haya despidos en el municipio. "Tranquilidad, que aquí va a haber un proceso objetivo, aquí no vamos a llegar encaprichadamente a desvincular a nadie", dice la alcaldesa electa.
Y explica que su llegada a las oficinas de calle Arlegui incluirá a un equipo técnico "muy calificado", con el que espera iniciar el proceso de instalación, pero asegura que "aquí hay que hacer grandes distinciones, porque buenos funcionarios públicos, buenas funcionarias, no voy a tener problemas con reconocer ese trabajo", advierte.
Todo lo anterior se realizará en paralelo a una auditoría externa que le permitirá conocer el estado del municipio: "¿Qué es lo que esperamos encontrar? No solamente cómo están mal imputadas las cuentas, sino cuál es el modelo de gestión, porque no existe, no hay ningún tipo de modelo, puro capricho en su funcionamiento".
"Dolor en el cuerpo"
Licenciada en Ciencias Jurídicas y actual alumna del Magíster en Filosofía en la UV, Ripamonti fue asesora parlamentaria en diferentes proyectos relacionados con presupuesto y justicia militar, además de desempeñarse como investigadora en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Valparaíso.
Desde esa experiencia, ha adelantado que dentro de sus principales propuestas para la Ciudad Jardín está un plan de 100 días con ejes motores, la transparencia y los cuidados financieros, además de la creación de una oficina de diversidad sexual.
Su diagnóstico del Chile actual pasa por entender que las personas tienen "mucho dolor en el cuerpo" debido a "instituciones públicas que los han golpeado tantos años", lo que determinó que la ciudadanía saliera a marchar en el denominado estallido social.
"La gente no se movió en la revuelta popular porque tuviese una idea, porque agarró un libro colorado, se puso a leer y dijo 'estas ideas me hacen salir a la calle'. No es ideológico, es un dolor muy profundo en el cuerpo, de que el sistema de salud no te acompaña, que la educación no te acompaña", explica.
Y advierte que lo que ella y otras alcaldesas jóvenes progresistas "queremos demostrar es que podemos ser más solidarias, podemos trabajar bajo lógicas asociativas, que podemos bajarle la cuota al ego de la política", a partir de "un proyecto muy concreto".
Campamentos
La alcaldesa electa asegura que espera cambiarle la cara al municipio, pero también su funcionamiento y el sistema instaurado, a su juicio, "altamente clientelar". Su trabajo apuntará a la participación ciudadana: "Las personas, cuando se hacen parte de las decisiones, pueden comprenderlas", afirma.
En ese sentido, tiene claro que las necesidades son múltiples y los recursos escasos, pero le preocupa la urgencia que se debe tener en algunas áreas, sobre todo en lo referente a la vulnerabilidad, el aumento de personas viviendo en campamentos y la existencia de hasta 200 ollas comunes en la zona.
"Ha existido un manejo deshumanizado de esta pandemia, entonces creo que, en ese sentido, hay que tomar cartas en el asunto", dice.
Respecto de los campamentos, Ripamonti es enfática: "No hay que concentrarnos en las casas solamente, sino también en el desarrollo de los barrios completos, porque el problema es súper estructural".
En esa línea, dice que "tenemos que volvernos una entidad patrocinante, un municipio que sepa técnicamente cómo ser una buena contraparte técnica para la buena ejecución de proyectos. Yo aspiro a que ese pueda ser nuestro rol y demos cuenta al resto de Chile cómo la comuna con más campamentos, Viña del Mar, es pionera en la regularización de campamentos. Ese es nuestro objetivo a largo plazo", concluye.