Pedro León Gallo, el primer gobernador elegido por el pueblo
Sucedió en los inicios de la Revolución de 1859. Propietario de una enorme fortuna, armó un ejército que se enfrentó a las fuerzas gubernamentales.
Por Juan Guillermo Prado
En las elecciones del fin de semana pasado, en las 16 regiones del país, solo tres de los candidatos a gobernadores triunfaron en primera vuelta: Valparaíso, Aysén y Magallanes lograron más del 40 por ciento de los sufragios. El próximo 13 de junio habrá una segunda vuelta entre los dos más votados. Reemplazarán a los intendentes designados por el Presidente de la República.
En nuestra historia política los encargados de las provincias o regiones han sido nombrados por el Poder Ejecutivo porque son funcionarios de exclusiva confianza, pero hubo una excepción a mediados del siglo XIX, en Copiapó, cuando la ciudadanía eligió a su propio gobernador, que en la época, como hasta la elección pasada, se denominaba intendente.
Entre los años 1851 y 1861 gobernó el país Manuel Montt Montt. Fue un gobierno realizador. Se construyeron caminos, puentes y líneas ferroviarias entre Santiago y Valparaíso y Rancagua. Se estableció el Código Civil, redactado por Andrés Bello, y la educación fue una preocupación: cuando asumió había 186 escuelas y al final de su mandato eran casi 600.
Copiapó se Rebela
Sin embargo, en Copiapó, donde la minería era el motor de la economía del país, existía un profundo descontento con las autoridades impuestas por el gobierno, quienes eran acusados de autoritarias, deshonestas y abusivas.
El 25 de noviembre de ese año se organiza en la capital de Atacama el Club Constituyente, presidido por Pedro León Gallo. En conformidad con sectores opositores de Santiago, allí debía comenzar un movimiento revolucionario que se extendería por todo el país.
En Copiapó el 5 de enero se inició el levantamiento. El gobierno tenía escasas fuerzas policiales para aplastarlo, además muchos de sus integrantes concordaban con los revolucionaros, quienes sin mayor oposición ocuparon el cuartel policial, la cárcel y el control de la ciudad.
José María Silva Chávez, intendente de Atacama, huye de la ciudad. En la noche los miembros del municipio y los habitantes designan como intendente a Pedro León Gallo, un opulento minero. Caso único en la historia del país que un funcionario de ese rango fuese elegido, al margen de la ley, por decisión popular.
Los acontecimientos se precipitaron: se formó un gobierno provisional, se acuñó una moneda propia denominada "peso constituyente", se diseñó una bandera de color azul con una estrella dorada y se formó un ejército para enfrentar al gobierno.
Balas de Plata
El incipiente ejército contaba con solo 450 fusiles, 150 sables, 100 carabinas y 400 lanzas. En las maestranzas de Copiapó y Caldera, dirigidas por el ingeniero Anselmo Carabantes, se fabricaron pistolas, fusiles y cañones. Se cuenta que las balas eran confeccionadas con plata.
La esperanza de Pedro León Gallo estaba puesta en la ayuda que la provincia de Coquimbo podría colaborar para derrocar al gobierno de Montt.
El ejército revolucionario comenzó su marcha hacia el sur. Triunfó sobre las fuerzas gubernamentales el 14 de marzo de 1859 en la batalla de Los Loros, en las cercanías de La Serena. Arribaron a la ciudad y allí logran armas y cuatro cañones. Los revolucionarios se reorganizan en la ciudad de los campanarios y el ejército aumentó a 2.300 hombres.
En Tongoy se había concentrado el ejército gubernamental, al mando del general Juan Vidaurre Leal, quien había llegado a Los Vilos con sus tropas en cinco barcos y había avanzado hacia el norte.
Tres mil militares formaban el contingente que se enfrentaría el 29 de abril, en la batalla de Cerro Grande, en las proximidades de Peñuelas. Los rebeldes fueron completamente derrotados. Se calcula que en el enfrentamiento murieron 600 revolucionarios y 500 fueron los prisioneros. Pedro León Gallo tuvo que huir por el valle de Elqui, cruzando la cordillera hacia la ciudad argentina de San Juan. Fue el fin de la aventura revolucionaria. Solo regresó al país con la amnistía de 1863.
centralismo
La revolución de 1859 surgió no solo por las arbitrariedades cometidas por las autoridades de la época. Tuvo causas más profundas derivadas del centralismo de Santiago. Atacama era la región más rica y floreciente del territorio nacional. Las enormes riquezas mineras habían contribuido al desarrollo del país.
El reclamo de Pedro León Gallo tenía que ver con una demanda de más participación y contribución de las provincias en las decisiones gubernamentales. En la sede del Senado en Santiago, la sala de lectura recuerda su nombre. Es paradojal que sea destacado cuando intentó derrocar a un gobierno constitucionalmente elegido.
Al respecto, el fallecido senador Adolfo Zaldívar, como presidente de la corporación, el año 2009, al colocar su nombre a la sala, señaló: "Podemos afirmar que Pedro León Gallo es el precursor del regionalismo en nuestro país. Sin embargo, no ha merecido la preocupación que a nuestro juicio se merece".
Respecto a lo sucedido en el lejano año de 1859, entrevistamos a Yuri Jeria, antropólogo social, profesor universitario y Consejero Regional de Cultura en Atacama.
-Se ha señalado que el origen de la fortuna de su familia se debe a Juan Godoy, descubridor de Chañarcillo...
-Así es... Todos los historiadores regionales destacan no solo el hecho de que la sociedad en la propiedad del pedimento minero de la mina La Descubridora fue en la práctica un regalo de Juan Godoy a Miguel Gallo y su familia, sino también el que este haya comprado la parte de Juan Godoy en la sociedad por un precio muy bajo, en comparación a las ganancias obtenidas de ella. Esto es destacado tanto por historiadores locales como Carlos Maria Sayago, Oriel Álvarez y Guillermo Cortés, a diferencia de otros, no locales, como Sergio Villalobos y Jorge Ibáñez, quienes justifican y encuentran razonable el negocio.
-¿Qué hizo como intendente de Atacama por el pueblo que lo eligió?
-Formalmente, fue intendente de Atacama entre el 5 de enero y el 29 de abril de 1859. Con respecto a su gestión, esta fue claramente orientada a sustentar la rebelión, ya que sus esfuerzos estuvieron más bien en el plano militar. Se considera que su cargo se extingue con la derrota de Cerro Grande.
-¿Se podría calcular cuánto gastó, en dinero de hoy, en armar el ejército que luchó contras las fuerzas gubernamentales?
-Es muy difícil, ya que se indica que Pedro León Gallo recurrió a su fortuna personal y la de su familia. Su madre, Candelaria Goyenechea, fue una entusiasta aportadora para financiar la empresa, fundamentalmente lo que sería la compra de armas para las tropas rebeldes. Sin embargo, la falta de circulante los obligó a acuñar sus propias monedas, los famosos pesos constituyentes, hechos de plata de Chañarcillo, de los cuales se acuñaron 400 mil, y las monedas de 50 centavos, de las cuales se acuñaron 10 mil.
-A su juicio, ¿qué significó la revolución de 1859?
-La revolución constituyente significó un capítulo muy importante en el imaginario de Atacama. Se alza como el primer reclamo contra el centralismo santiaguino. A mi juicio tiene esa impronta, de ser un movimiento por la demanda de un mejor trato por parte del gobierno hacia las provincias, y por la consideración de las necesidades locales, y el reconocimiento al derecho de elegir las propias autoridades. Es claro que no fue un movimiento popular o de masas, sino más bien el de una élite económica e industrial local, que demanda mejor trato y mayor consideración por parte de un estado muy centralista.