Educación Post Covid
El impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación no tiene precedentes en la historia, afectando a casi todos los estudiantes del mundo. En la segunda ola de contagios en Chile, mientras que la mayoría de las y los alumnos han sido testigos nuevamente del cierre de sus escuelas, la pandemia nos brinda una oportunidad única para repensar la educación que realmente necesitamos en contraposición al modelo inflexible y obsoleto al que nos hemos aferrado.
El artículo "The Changes We Need: Education Post - Covid 19" de Zhao y Watterson alude a tres grandes cambios en la educación que Chile también debiera anticipar.
Primero, necesitamos un currículo o plan de estudios nacional con un conjunto mínimo de conocimientos y habilidades esenciales, suficientes para que los estudiantes desarrollen las competencias básicas y aprendan normas, expectativas y organizaciones sociales más comunes, en complemento con un plan flexible para que ellas y ellos puedan elegir lo que desean aprender y desarrollen su propia ruta de aprendizaje.
Segundo, requerimos una pedagogía basada en investigaciones iniciadas por las y los alumnos en búsqueda de soluciones a problemas auténticos y significativos para ellos. Y, una relación pedagógica centrada en el protagonismo de estudiantes empoderados. Esto implica que el rol del maestro transita al de un organizador del aprendizaje, consejero de los estudiantes, organizador comunitario, motivador y administrador de proyectos de aprendizajes de estudiantes diversos. La responsabilidad principal del maestro también requiere que su formación se transforme: tarea para las universidades.
Tercero, buscamos una organización de la enseñanza-aprendizaje que reconozca que el lugar del aprendizaje no es sólo el aula, ya que los estudiantes podrían aprender además de los recursos en línea y de expertos en cualquier parte del mundo. El tiempo de aprendizaje se expande enormemente más allá del tiempo escolar tradicional. Y, el modelo ideal para organizar este concepto, basado en las experiencias de COVID-19, es una combinación de oportunidades para captar conocimientos tanto en línea como presenciales.
Finalmente, no podemos olvidar que una condición básica para responder a los desafíos del currículo, la relación pedagógica y la organización de la enseñanza-aprendizaje es asegurar el acceso a la tecnología a docentes y profesionales de la educación, a estudiantes y sus familias. La cuestión de la brecha digital sigue siendo un problema importante en Chile y debiera ser una preocupación del gobierno, las empresas y las universidades.
Mahia Saracostti S.
Directora Cátedra UNESCO: Niñez y Juventud, Educación y Sociedad
Académica Escuela de Trabajo Social - Universidad de Valparaíso
Miembro Red Universidades
por la Infancia