Drama de conserje de 80 años: viaja todos los días 100 kilómetros
Ricardo Ramírez Cárcamo recibe una pensión escuálida que no le alcanza por lo que se ha visto obligado a seguir trabajando y desplazarse diariamente entre Quillota y Viña ida y vuelta.
Fue por una casualidad que carabineros advirtió la presencia de un adulto mayor de 80 años que a inicios de abril fue sorprendido barriendo en las afueras del edificio en el que trabaja, pero en horario de toque de queda. Los funcionarios creyeron que se trataba del abuelo de una de las residentes que paseaba a su perro y que respondió a las consultas de los efectivos policiales.
Nancy Godoy es arrendataria en el edificio Ralun ubicado en 6 Norte con 1 Oriente. Ella fue la que respondió ante carabineros por don Ricardo, conserje hace más de 26 años en esta comunidad.
Según comenta, el pasado lunes 5 de abril carabineros sorprendió a don Ricardo barriendo en la calle y ante la respuesta de Nancy informando que el trabajador cumplía labores como conserje en el edificio en que reside, los efectivos le advirtieron que se trataba de un adulto mayor de alto riesgo.
"Lo sorprendieron en la calle barriendo con polera. Nos recordaron que había toque de queda, pensaron que era mi abuelito por lo que me acerqué y les expliqué que era el conserje. Los funcionarios me plantearon que lo informara a la administración cosa que hice", declaró la arrendataria.
De acuerdo con lo señalado por Nancy, se contactó con el administrador y le planteó el caso de Ricardo Ramírez Cárcamo, señalando que dado que es un adulto mayor de alto riesgo que viaja todos los días en metro desde Limache a Viña, era preferible que no lo hicieran venir más para evitar que se expusiera.
"Sin embargo don Ricardo siguió viniendo pese a que desde la administración habían dicho que no lo seguiría haciendo (...) Don Ricardo se presentó igual el miércoles y el administrador no se presentó. Gracias a la buena voluntad de Carabineros yo misma viajé a Quillota para ir a dejar a don Ricardo", añadió la denunciante.
Preocupados por el estado de salud del octogenario trabajador, un grupo de vecinos ha apoyado las gestiones que ha liderado Nancy Godoy. La última consistió en llevar a un control de salud a don Ricardo el pasado 10 de abril tras lo cual el médico, que lo atendió sin cobrarle - el dr. Daniel Verdessi - le extendió una licencia médica.
Administración
Desde la administración del edificio aludido explicaron que efectivamente desde que se construyó el edificio hace más de 20 años, don Ricardo se quedó trabajando como conserje y que a solicitud del mismo trabajador se le otorgó el turno de noche por razones familiares.
Entendiendo las inquietudes de parte de la comunidad, aclaran incluso que el trabajador durante la primera cuarentena del 2020 permaneció 3 meses en su casa, período durante el cual se le pagaron tanto sus remuneraciones como sus cotizaciones. Asimismo, plantean tener la voluntad de llegar a un acuerdo con el trabajador.
Por necesidad
Por su parte, Ricardo Ramírez manifestó sentirse nervioso con esta situación, precisando que si aún trabaja a sus años es por necesidad dado que su pensión no le alcanza.
"Es efectivo que yo pedí el turno de noche porque durante el día cuido a mi señora que tiene casi 90 años. Es la realidad de muchos, a mí no me alcanza y no queda más que trabajar para poder vivir. Yo me vengo a las 5 de la tarde porque si no me quedo sin locomoción", explicó el adulto mayor, quien agrega que siempre ha sido agradecido con la oportunidad que le han brindado de poder trabajar a sus años, pero considera que no es justo lo que le están ofreciendo para que se retire.
Respecto de esto último, desde la administración le han ofrecido pagarle una indemnización de 2 millones de pesos por retiro voluntario, suma que para don Ricardo es insuficiente.
"A don Ricardo se le están vulnerando no sólo sus derechos como adulto mayor sino también sus derechos laborales. Él ha aceptado porque necesita este trabajo", acotó Nancy Godoy.