Sobre ruedas

Para muchos de los fanáticos de "Fórmula 1: Drive to survive", el exitoso docureality de Netflix, la pandemia supuso un padecimiento extra, pues nadie sabía si el famoso circuito de carreras se podría realizar en 2020 y, en consecuencia, si la serie -que retrata las bambalinas de este deporte- tendría una tercera temporada. Y para fortuna de ellos, ambas cosas se concretaron: con modificaciones, la temporada 2021 de la F1 se concretó, regalándole nuevamente el triunfo al talentoso piloto Lewis Hamilton, de Mercedes, y los productos de Netflix se las arreglaron para seguir a los corredores, encargados de equipos, periodistas y financistas de esta disciplina y mostrarnos la variopinta sucesión de emociones vinculadas a ella.

En su tercera temporada, "Formula 1: Drive to survive" consolida al máximo sus dos grandes méritos. El primero: atrapar al espectador sin importar si éste ha visto alguna vez en su vida una carrera de autos. No es una serie sobre el automovilismo, sino sobre personas apasionadas por una actividad que, en este caso, resultan ser las carreras de autos, y por lo tanto lo que prima son las emociones humanas y no tanto las destrezas deportivas. Y segundo: los productos y guionistas han logrado extraer de la realidad una serie de tramas dramáticas tan exquisitamente construidas que ya no importa cuán "real" sea este docureality. Si las peleas, amistades, rivalidad, traiciones, desprecios, intereses y grandezas que vemos en pantalla reflejan exactamente lo que ocurre en los "pits" de la Formula 1, ya no resulta tan relevante, porque lo que nos cautiva son las relaciones humanas que se expresan en la serie.

Tal como en los ciclos anteriores, esta temporada sigue en detalle a los protagonistas del campeonato de la Formula 1, el circuito más codiciado del automovilismo, donde solo 20 corredores pueden competir. Cada capítulo se orienta en una escudería y en sus pilotos. Por cierto, los más entretenidos son los de aquellos que luchan por un espacio en este cerrado círculo, como Valtteri Bottas, el eterno "segundo" del campeón Lewis Hamilton, condenado siempre a estar detrás de la estrella de sus misma escudería. También hay puntos altos en la historia del mexicano "Checo" Pérez, despedido por su escudería a mitad de temporada y quien remata el campeonato con una carrera de antología, pasando del último al primer lugar; o el del francés Pierre Gasly, despreciado por la escudería Red Bull, que lo mandó a su equipo "B" (Alpha Tauri), donde el joven piloto se luce como nunca, provocando el arrepentimiento de los jefes. También hay peleas entre las escuderías, que intentan ganar puntos "por secretaría", pirateos de autos y rotundos fracasos.

"Formula 1: Drive to survive" es una serie llena de emoción y juegos de poder. Ideal para maratonear. Y si no ha visto las temporadas anteriores, hágalo: no se arrepentirá.