Tanny Pantich: El pianista gitano del Metro que sufre por un accidente
Conocido por sus hermosas interpretaciones en el tren subterráneo regional, el músico autodidacta no puede interpretar música y necesita ayuda.
Javiera Espinosa Pizarro - La Estrella de Valparaíso
Tanny Pantich es un pianista autodidacta que renunció a su vida de gitano por el amor que encontró en las melodías. Durante años sus presentaciones en el Metro Regional de Valparaíso le abrieron un camino de reconocimiento a punta de un innegable talento al teclado que lo llevó a la televisión al programa "Talento Chileno".
"A veces me llaman y me preguntan ¿en qué estación te subirás? y ¿a qué hora?" explicando así la sintonía que con el tiempo ha logrado forjar con un público literalmente en movimiento.
Su vida artística y laboral la dedicó a la música y ese compromiso lo expresó viviendo una rutina inagotable: partía temprano su jornada, a las 8:30 de la mañana, e iba y venía hasta las 17:00 horas, lo que le permitió alcanzar ese anhelado sustento económico para él y su familia que muchos artistas desean en estos días de precariedad económica. Incluso, antes de la pandemia, había logrado tocar en algunos shows privados que surgían entre los mismos pasajeros del metro que encantados solicitaban sus buenos oficios para la interpretación de melodías con una versatilidad que le permitía tocar canciones como "Claro de luna"; "El vals de Amelie" del músico francés Yann Tiersen; o su adaptación de la famosa canción de John Lennon "Imagine".
El poder musical
Tanny cuenta que el poder de la música ha sido tal en su vida, que incluso, comenta a modo de anécdota, un pasajero que subió en la estación de Viña del Mar se molestó tanto al ver el teclado que había instalado en la plataforma que comenzó a insultarlo. "Frente a su reacción con la música comencé a tocar melodías para sanarme, porque me trajo malos recuerdos de cómo me había tratado mi padre cuando se dio cuenta que me quería dedicar a la música y no vivir como gitano. Entonces al tocar, el mismo hombre que me había insultado, al terminar su viaje, se acercó a mí y me pidió disculpas pues no se imaginó lo que iba a hacer con mi música".
En el mismo Metro Regional de Valparaíso comenzó a vender discos con sus interpretaciones. Al comienzo "vendía 50 discos, pero quedaba corto" confiesa, y añade que más de una vez, los pasajeros le pedían que llevara más, "usted debería traer 300, si acá en el metro no andan 50 personas" recuerda con cariño el gitano.
Accidente premonitorio
El poder transformador del piano, cuenta Pantich, quedó detenido desde comienzos de marzo de este año, cuando al encontrarse en un paradero en Quilpué junto con sus instrumentos, un camión pasó a llevar con violencia su mano, truncando su quehacer y la forma en que hasta entonces se había ganado la vida, pues su recuperación tardará más de un año.
Para el músico este accidente había sido alertado premonitoriamente por su hijo de 12 años, quien hace unos meses había soñado que su padre era atropellado en un paradero, y para desgracia del pequeño en el sueño su padre moría.
"Cuando mi hijo despertó lloraba desconsolado y tuve que calmarlo, asegurándole que andaría con precaución en mi vida", confiesa Pantich y añade que esa zona de Quilpué le ha arrebatado la vida a otras personas, en el mismo lugar.
Pantich se declara afortunado y da gracias a Dios hoy se encuentra con vida. Sin embargo sostiene que como pianista una parte de él está muerta, debido a que su mano no tiene fecha de recuperación, debido a que según los médicos que lo revisaron, todo es de acuerdo a como vaya evolucionando en el tiempo.
Es por eso que hoy su preocupación es resolver cómo vivirá este tiempo en que no podrá trabajar, debido a que cómo expresa "comer y vivir no es gratis". El músico tiene dos hijos y cuenta que la ayuda después del accidente ha llegado, pero sabe que esta no será eterna.