El Ali-Frazier sigue siendo la Pelea del Siglo
Hace 50 años el Madison Square Garden acogió una de las luchas más míticas de la historia del boxeo, marcada por la guerra de Vietnam, la animosidad entre ambos peleadores y el retorno de Ali, que buscaba su mejor forma física.
Agencia AP
La bolsa era enorme para su época -2,5 millones de dólares para cada uno- y el escenario también para Muhammad Ali y Joe Frazier. Su primera pelea fue tan épica que se la llamó la Pelea del Siglo y 50 años después, ninguna le hace sombra. Frazier era el campeón peso pesado invicto, un fajador con un gancho de izquierda capaz de noquear a sus rivales. Alí era... Alí, por más de que Frazier insistiese en llamarlo (Cassius) Clay.
El combate se hizo el 8 de marzo de 1971 y el Madison Square Garden se llenó de gente vestida al último grito de la moda."Todo el que era alguien estaba allí", comentó Gene Kilroy, quien administró el dinero de Ali por mucho tiempo. "Si no estabas allí, es porque no eras nadie".
Frazier era un fajador implacable que resentía a un rival que lo denigraba. Ali estaba recién entrando en forma, era su tercera pelea desde su regreso al ring, pero ya era "The Greatest", el más grande de todos los tiempos, y sus admiradores no concebían que pudiese sufrir su primera derrota.
El trasfondo
Los 15 rounds eran más que una pelea debido el trasfondo político y sociológico. Ali era adorado por muchos pero también despreciado debido a su negativa a ser reclutado por el ejército, además de ser musulmán. Frazier era un obrero del boxeo a quien Ali llamó "Tío Tom" porque decía que los blancos del país lo apoyaban.
"Fue algo que rebasó el boxeo", comentó Ed Schuyler Jr., periodista de Associated Press que cubrió la pelea. "Había una mezcla de religión, patriotismo y, desde ya, racismo. Todo eso incidió".
Fueron 15 intensos rounds. Frazier avanzaba agazapado, tirando sus ganchos de izquierda, y Ali lo recibía con veloces jabs y derechazos. Las piernas de este último, sin embargo, no eran las de antes, y a menudo tuvo que plantarse y fajarse, renunciando a la que había sido su mejor arma, el "toco y me voy".
Se dijeron de todo mientras intercambiaban golpes. Ali sumó puntos en los primeros rounds, con jabs y derechazos que sacudían la cabeza de Frazier. Eran golpes duros a pesar de que ya no llevaban tanta velocidad, y no tenía problemas haciendo blanco en un rival más pequeño que él. Pero Frazier seguía presionando y su gancho izquierdo empezó a llegar con más frecuencia, sobre todo en el 11mo round, en que Ali recibió una paliza.
El considerado mejor boxeador de todos los tiempos ganó el 14to y parecía estarse llevando la mejor parte cuando Frazier soltó su mejor gancho de la noche. Repentinamente, Ali estaba en el piso, logró pararse y terminar la pelea, pero su suerte estaba echada.
Frazier ganó en fallo unánime más que nada porque se negó a perder. "Nadie le hubiera ganado a Joe Frazier esa noche", dijo Kilroy. "Joe estaba enchufado. Decía 'estoy cansado de él, mis hijos van a la escuela y les dicen que su padre es un gorila'. Ali decía, 'Joe sabe que lo hago para promocionar la pelea'. Yo le decía a Ali que 'no, que él se lo toma en serio'. En el fondo, Joe odiaba a Ali".
"¿Quién es el campeón?", gritó Frazier después del combate, aunque nadie lo hubiera pensado al verle la cara. Si bien el mentón de Alí estaba muy hinchado y se tuvo que hacer rayos x en un hospital, las lesiones de Frazier fueron más severas y requirieron una hospitalización.
Al día siguiente Ali habló con la prensa en el Hotel New Yorker. "Perder es una buena sensación", expresó, agregando que "la gente que te sigue también va a perder. Hay que mostrarles cómo se pierde. Así veo yo esto de perder".
Ali ganaría el cetro pesado otras dos veces, una de ellas noqueando al formidable George Foreman tres años después en otra memorable pelea en Zaire que también fue catalogada como la mejor de la historia. Se midió con Frazier otras dos veces, ganando en ambas oportunidades, siendo la tercera una batalla campal en Manila de la que ninguno de los dos se recuperó plenamente.
"La leyenda de Ali es mucho más que la pelea del Madison. Después vino Manila, Zaire, recuperar el título de Spinks y todo eso agrandó la leyenda", expresó Schuyler. "Para Joe, eso fue todo. Le hubiera convenido retirarse después de esa pelea. Lo noqueó dos veces Foreman. Incluso cuando ganó, siguió a la sombra de Muhammad Ali".