El regreso de los Cañoneros
El club de football americano se las ingenia para cumplir con sus entrenamientos. El no tener una cancha que responda a las exigencias de la disciplina los complica.
Con los cascos guardados y con las ganas de volver intactas están en la interna de Cañoneros. El histórico club viñamarino de football americano ha visto congelados sus planes dado el coronavirus y las incertidumbres que el avance de la pandemia sigue dejando, pensando en el corto plazo.
Pero la primera escuadra de su disciplina a nivel nacional, que ya lleva 17 años de trayectoria, no pierde la fe y adelanta lo que podría deparar su destino, aunque por ahora, todo está en pausa.
El presidente y jugador de Cañones, Ignacio Abarzúa, asegura que hoy, junto al receso que se tomaron, los planes están en el papel aunque sí en miras de retomar en pocos días algunos bloques de entrenamiento enviando pautas de trabajo a sus jugadores, para continuar así la modalidad virtual.
"Estamos en veremos, de poder participar en una competencia nacional porque todavía está todo muy incierto. La federación se contactó con el club y hay un plan de trabajo nacional que esta vez contempla solo adultos mayores de 23 años. También se habla de una competencia femenina de Flag Football, modalidad que no tiene contacto y por lo que se hace más factible aún", dice el dirigente, poniendo ciertos paños fríos al hablar del calendario 2021.
Tiempos de covid
Aunque las incertidumbres son mayores que las certezas, el club sortea el abanico de opciones para trabajar, aunque el retorno se ve un poco más complejo dados los tiempos fuera de la cancha y la falta de realidad al momento de practicar. "Volver a una competencia de tacle se ve muy difícil porque no se puede enseñar en dos meses e incluso, un jugador que tiene experiencia, en dos meses o tres no se puede preparar, esto es constante", explica Abarzúa.
"Por más que se pueda ver simple, el trabajo y fundamento es esencial tanto en la persona que va a realizar el tackle como quien también lo recibe, es un trabajo enorme. Si no tenemos cancha o realidad de juego se ven muy compleja las labores pensando en una competencia, eso es lo que nos está deteniendo como club de decirle a la federación 'vamos a ir a competir' con los ojos cerrados. Eso es una cosa y la otra es el avance del COVID-19", agrega el dirigente, dando cuenta de lo que ha sido el problema en sus 17 años de existencia.
Falta de espacio
Tal como lo adelantó el jugador, la falta de espacio sigue siendo el mayor dolor de cabeza que los limita al querer plantear un retorno. "Hemos tenido varias conversaciones con la municipalidad de Viña del Mar, principalmente con Mario Carrasco que es el encargado de deportes. Por un tema de seguridad, no queremos hacer la actividad al aire libre y que lleguen más de cien personas, no es la idea, sino que sea algo controlado", comienza planteando Abarzúa, agregando que hubo conversaciones para usar el recinto de Gómez Carreño pero lamentablemente, no son la única disciplina que utiliza la cancha, por ello, se abrió otra opción y Reñaca Alto aparece como el lugar para una posible vuelta.
"El tema de los espacios es un problema de toda la vida", lamenta el dirigente, a propósito de las conversaciones que han sostenido pensando en el retorno. "El fútbol americano es un deporte que no es comprendido a nivel nacional, por los encargados de deporte tampoco ni a nivel municipal, ni regional, porque piensan 'te paso mitad de cancha' y no es así", agrega el viñamarino.
"Para trabajar en la realidad de lo que es el fútbol americano, necesitamos una cancha completa, espacios, implementos, un montón de cosas que hoy no están. Sí se habían acercado antes del estallido social y la pandemia. Como club llevamos 17 años trabajando y se puede hacer algo, pero hoy está mucho más complejo que antes, pero estamos con las ganas y el optimismo de poder lograr que el municipio nos de la oportunidad de generar un espacio", dice Abarzúa, confiando en las opciones que se presentan con las autoridades y pensando en que Cañoneros volverá más temprano que tarde a lucir sus uniformes en la cancha para poder dar el sí a la invitación de una futura competencia.
Sofía Navarro Martínez
La Estrella de Valparaíso