No le cancelan licencias
Tomé la decisión de enviar este escrito, ya que estoy pasando por una angustiosa situación médica, en donde el "mejor sistema de salud del mundo" me tiene realizando inimaginables gestiones para poder cobrar los beneficios que por derecho me corresponden. Me encuentro delicado de salud, con hernias en mi columna, lo que me dificulta el caminar y el estar mucho tiempo de pie; yo soy chofer de camiones (principal motivo de este diagnóstico) y mi cuerpo está acostumbrado a esta dinámica, pero lamentablemente debo respetar las orientaciones que me entrega el médico. Y digo "lamentablemente" porque dentro de esta palabra incluyo el molesto y desgastante proceso que significa la espera del pago de mis licencias médicas, ya que desde noviembre del año 2020 he tenido siete licencias de las cuales solamente me han cancelado una, aun estando aprobadas y autorizadas para pago.
Siento que en este proceso se considera poco la integridad física y mental del enfermo, ya que en mi caso he tenido que dirigirme presencialmente a oficinas de Compin y dependencias de la caja de compensación (Los Andes) en donde de un lado para el otro se entregan la responsabilidad de responder por mi dinero, lo cual me parece impresentable y poco empático, ya que a pesar de mis dolencias, tuve que comprarme un asiento portátil para hacer las largas filas en estas dos entidades que he nombrado anteriormente, porque incluso siendo adulto mayor, presentan poca amabilidad y paciencia para atender mis consultas.
¿Qué hace uno en estos casos? Me orientan reclamar a la "superintendencia de seguridad social" (Suseso), ya que allí debieran darme una respuesta, pero habiendo hecho el reclamo y registrando la larga lista de información que ellos solicitan, aún me encuentro sin respuestas. Quiero y necesito mi dinero, pero estoy desilusionado de que me mientan en la cara y de aguantar tanta tramitación, siendo que una institución que ha sido tan mal evaluada por los usuarios como es Compin en mi caso ya aprobó el pago, y es la caja de compensación la que no me quiere pagar. Así está la cosa en Chile, y después lamentamos los altos índices de enfermedades, considerando que entramos al sistema por una dolencia y por toda la burocracia terminamos con el estado de salud mental más afectado que la misma patología diagnosticada. Espero que alguien de Compin o de la caja de compensación lea esto y empatice con la injusta realidad a la que nos exponemos diariamente.
Me despido con la fe de que este reclamo remueva el criterio y el corazón del Compin y de la caja de compensación.
Edwin Paredes Díaz, Villa Alemana