Vuelta a clases
La vuelta a clases va y es el 1 de marzo. Para concretar este acontecimiento tan necesario y que urge a miles de familias, padres y apoderados, contamos con las vacunas aprobadas por el ISP que han llegado a Chile. Por su parte tenemos el informe de la ONU del 5 de agosto de 2020, donde se indica textual la existencia de "una catástrofe generacional" por cuanto los estudiantes han adquirido menos de la mitad de los contenidos teniendo un retraso en potenciar diversas habilidades que, querámoslo o no, las redes digitales no han podido, y quizás nunca podrán, reemplazar el trabajo en las aulas. En contra tenemos el centralismo y asambleísmo que afecta en distintas esferas del país y lamentablemente también a la educación formal chilena. El colegio de profesores, donde pertenecen un 32% de los 218 mil docentes a nivel nacional, realizó una encuesta en la cual apenas un 25% participó votando que acepta la propuesta del cuerpo colegiado para crear un consejo general asambleísta que decida por las comunidades escolares de todo Chile en esta vuelta a las salas de clases. Las familias no podemos depender de este centralismo agobiante que pretende solucionar todo desde Santiago, sin conocer las realidades comunales y locales. Creemos en la autonomía de los territorios y de las comunidades escolares. Cada director debe conversar con apoderados, familias, personal docente y asistentes de la educación. Es pertinente que de una vez por todas en Chile consideremos a las comunidades educativas: sala cunas, jardines, escuelas, colegios, liceos y universidades, desde la autonomía y profesionalismo de sus integrantes. Jamás desde las asambleas que deciden desde la metrópolis.
Eduardo Hernández Salgado