Ritos y cábalas para Año Nuevo Presidente Sociedad de Folclor Chileno
Por Yvaín Eltit
Se dice que hacemos ciertos rituales para recibir el año nuevo y la verdad es que todos, más de alguna vez, hemos comido desde legumbres o arrojado cosas que ya no ocupamos por la ventana.
Esta tradición, donde reinan los números y la superstición, tiene su origen por allá en el año 1582, cuando al Papa Gregorio XIII se le ocurrió cambiar el calendario juliano por uno que respondiera a las exigencias religiosas, y en tributo a él se conocería como gregoriano. De aquí en adelante comenzó todo un proceso donde la mítica "nochevieja" se transformó en una instancia mística y de expectación, donde cada país y cultura la festejan a su manera.
Tal es el caso de comer un par de cucharadas de sabrosas lentejas para gozar de abundancia y fortuna, particularmente en Italia en la popular Notte di Capodanno (noche de fin de año). En Panamá se cuelgan bolsitas rellenas con arroz para evitar carencias; los más concretos se ponen un billete de alto valor en su zapato para contar con recursos de enero a diciembre.
Otra de las más célebres cábalas es comer doce uvas al son de las campanadas, contagiados por España; no obstante, se hace inevitable no atorarse. Los mexicanos por ejemplo creen que si se ingieren las uvas apoyados en el pie izquierdo solamente, iniciarán el nuevo ciclo con el pie derecho.
Hay gente que para erradicar a las malas energías y atraer las positivas barren la casa de adentro hacia afuera. La ropa interior oscila según color y para muchos es un símbolo de su suerte venidera, siendo el color por excelencia el amarillo, significando buen agüero para centroamericanos, bolivianos, colombianos, chilenos, dominicanos, ecuatorianos, peruanos y puertorriqueños; diferente es para los argentinos quienes escogen el rosa, y en México el rojo es para convocar al amor. A su vez en Panamá el tono de los calzones o calzoncillos no tiene mayor interés: utilizarlos al revés será sinónimo de buenaventura.
Si la persona lo que anhela es viajar, debe aguardar a la medianoche con una maleta para salir a dar la vuelta a la manzana, o subirse a una escalera con ella. Si te encuentras en Estados Unidos, es típica la planta del muérdago que cuelga de la puerta o la chimenea. Si dos personas coinciden debajo de esta, deben besarse. Ahora si eres más osado y quieres contraer matrimonio, debes idealmente poner un anillo de oro en la copa de champaña al momento del brindis.
Para despedir el año viejo, se acostumbra fabricar monigotes hechos de ropas en desuso, cartón o papel, que se rellenan con virutas, paja o aserrín y se prenden con fuegos artificiales a la medianoche para espantar a las malas vibras o espectros. Estos muñecos tienen que representar lo negativo, entre los más comunes encontramos: políticos, artistas, caricaturas y animales, solo por mencionar algunos, siendo una práctica habitual en naciones como Ecuador, Perú, Nicaragua o Chile, entre otras.