"Siento que en mi música todo puede pasar. Nada es muy raro"
El cantautor chileno lanzó este año su disco "Aló!" tras ser pospuesto más de una vez. El músico espera presentarse en el Teatro Caupolicán el próximo 13 de marzo. Para su último álbum, Pedropiedra compuso más de 40 canciones.
Javiera Palta Olmos
Aunque el año 2020 ha estado marcado por las cancelaciones, suspensiones de eventos y más, los discos y la nueva música en la industria chilena no paró.
Entre los artistas que no se quedaron detenidos pese a la pandemia se encuentra Pedropiedra, quien aunque tuvo que posponer su concierto en el Teatro Caupolicán por casi un año, buscó otras formas de poder lanzar su último disco "Aló!".
"El disco había que sacarlo sí o sí", cuenta el cantautor, que ya había pospuesto el lanzamiento del disco en noviembre de 2019 para marzo de este año. " Y resulta que en marzo llegó la pandemia, tuvimos que cancelar y terminamos sacando el disco como por un streaming", cuenta.
Esta ha sido un año súper accidentado, pero aún así buscaste la forma de sacar tu álbum con "Sueños por cumplir".
Lo del documental fue porque el disco había que sacarlo sí o sí. Hicimos la película y una especie de streaming más del disco y eso fue nuestro aporte. Creo que todos los grandes artistas colaboramos en crear cosas para el streaming, aparte de los lives de Instagram o las transmisiones por facebook.
¿Cómo nace "Aló!"?
Yo ya tenía un puñado de canciones para hacer un disco nuevo y yo quería trabajar con Cristian Heyne. Le mostré las canciones y él empezó a verme en vivo, se hizo una idea y pensó un disco en su cabeza. Yo creo que este disco es como su hijo porque él se imaginó todo el disco. De todas las canciones que tenía, sobrevivió sólo una: "La Quinta Costa". Y después me empezó a decir "haz más canciones. Ojalá una por día. Mándame todo lo que tengas". Y empezamos a hacer un trabajo como de taller súper arduo que acabó terminando con más de 40 canciones de las cuales elegimos en el disco.
Fue un trabajo exhaustivo.
Sí, pero fue divertido. Es súper bueno componer como con un guía, alguien que te va diciendo "esta sí. Esta no. Esta podría ser. Juntemos esta con esta". Como que lo visualiza mejor. Además, muchas canciones las hicimos en el estudio. Estuvimos largas horas ahí, él trabajando con secuencias, con beats, con pistas y yo con una libreta escribiendo. El disco se hizo casi como en tiempo real. Fue una experiencia súper increíble trabajar con él.
¿Te consideras alguien que siempre está creando?
No. De hecho me considero muy bueno para sacar la vuelta (risas). Pero sí me gusta sentarme y cultivar mi oficio. La realización, la producción y el hacer que las cosas pasen cada vez cuesta menos. Lo que va costando más es encontrar la idea, porque uno ha creado tanto que van quedando trampitas de temas ya hechos. Esa búsqueda es lo más difícil y cuando uno lo encuentra, producirlo es puro gozar en el fondo.
¿Trampitas? ¿Es como un "yo ya escribí algo sobre esto"?
Sí, un poco eso y como canciones de este tipo, con este ánimo. Me gusta ir probando voces nuevas e ir quitándome capas de piel. Ser cada vez más yo. O poniéndome disfraces también, estar siempre jugando con el cambio.
Es como ser más auténtico.
Preferiría más el ser impredecible. Quizá en el fondo es producto de la poca planificación y del despelote o de la falta de prejuicio pero siempre siento que en mi música cualquier cosa puede pasar. Nada es muy raro… Aunque sería raro que hiciera una canción grunge, aunque cualquier cosa puede pasar.