La violencia contra nosotras las mujeres está presente como un continuo en nuestras vidas. Para contribuir en prevención y más importante aún, en su erradicación y también como una forma de dignificar a víctimas y sobrevivientes de femicidio, nuestra sociedad en su conjunto requiere advertir que la violencia de género no son hechos aislados, sino que responde a un sistema de construcciones culturales asentadas en la idiosincrasia de los espacios públicos y privados, es un sistema de valores, creencias y estereotipos que la reproduce constantemente, y más grave aún legitima y promueve una cultura que nos discrimina atentando día a día contra nuestros derechos fundamentales, por mencionar algunos: vida; libertad de movimiento y expresión; integridad física y psíquica; vivir una vida libre de todas las expresiones de violencia machista.
Conmemorar el día nacional contra el femicidio sustenta la necesidad de visibilizar este delito, el asesinato de mujeres, como la expresión más grave y más extrema de la violencia de género, que no resiste otra explicación que el perpetuar y justificar una "manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres" tal y como lo consagra la Convención de Belém Do Para con un fuerte llamado a proteger, sancionar, rechazar y condenar simbólica y tangiblemente, la violencia contra las mujeres.
Desde el año 2005 en adelante, año en que una niña de 6 años fue brutalmente asesinada por su padre biológico, para posteriormente intentar asesinar a la madre de la niña, hecho que dio origen a esta Conmemoración, además de honrar a mujeres y niñas víctimas de inhumanos crímenes y, de reconocer el compromiso y trabajo del movimiento feminista en la eliminación de la violencia machista, desde el 19/12/2005 hemos avanzado -con grades desafíos aún- en políticas públicas para fortalecer las autonomías: física, económica y política de mujeres, y; en la instalación del debate público de prácticas naturalizadas durante décadas, entre ellas: creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, sanción del acoso sexual callejero, situar y comprender la violencia simbólica y micromachismos como una dimensión de la violencia machista, la tipificación del femicidio, la promulgación de la Ley Gabriela. Así, como Ministerio y Servicio, hemos impulsado con urgencia en el Congreso la "ley de violencia integral", un PL que propone dar mayor protección a mujeres sobrevivientes y, además, promueve un trabajo fortificado en los distintos organismos e instituciones que intervienen en atención y prevención de estos deleznables hechos, con la convicción profunda que el trabajo intersectorial y que nos involucre a toda la sociedad nos permitirá avanzar en equidad de género y en consolidar nuestro derecho a vivir una vida libre de violencia.
Valentina Stagno
Seremi Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Región de Valparaíso.